Autor: MARCELO CARRASCO CARRASCO
COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿GUARDAR SILENCIO O ESTAR PREPARADO PARA CONTESTAR?
COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿ GUARDAR SILENCIO O ESTAR PREPARADO PARA CONTESTAR? Conducir Conducir un vehículo es mucho más que trasladarse de un lugar a otro, es una experiencia que nos enfrenta con el malestar social, la falta de empatía y muchas veces la agresividad de algunos conductores, que no solo tocan sus bocinas en forma desmedida, sino que en algunas ocasiones escala hasta la violencia verbal y física. Según la última Encuesta de Convivencia y Seguridad Vial de la ACHS y Datavoz, un 59% de los chilenos percibe altos niveles de agresividad en la vía pública. Tres de cada cinco personas conviven con la violencia como si fuese parte natural del tránsito, y no lo es. El volante, en manos de algunos, parece convertirse en una extensión de la rabia contenida. Más del 80% de los encuestados afirma haber protagonizado un altercado con otro automovilista, y uno de cada cinco ya sale de su casa con la predisposición de pelear. La pregunta no es si se generará un conflicto, sino cuándo. Los conductores agresivos no solo se manifiestan con su manera de conducir, sino también con su actitud. Gritar, insultar o hacer gestos ofensivos a otros conductores son comportamientos típicos de estos individuos. Estas acciones generan un ambiente tenso y pueden desencadenar conflictos innecesarios en la carretera.
Frente a esta realidad, la decisión se vuelve personal: ¿ guardar silencio o estar preparado para contestar? La respuesta, paradójicamente, no radica en la pasividad ni en la confrontación directa, sino en una forma activa de responsabilidad.
Guardar silencio no es rendirse, es elegir no escalar una situación; estar preparado para contestar no es responder con violencia, sino con conducción agresiva manifiesta cuando el comportamiento de un conductor pone en riesgo a otros, ya sea física o psicológicamente. No hace falta una definición técnica para reconocerla: basta con salir a la calle y observar. El problema no es solo de individuos impulsivos. Es estructural, y se alimenta del estrés, la falta de educación vial, y de una cultura urbana que premia la prisa sobre la prudencia. Los expertos coinciden en que la clave está en la educación: desde la infancia, incorporando el respeto en la enseñanza vial, hasta la reeducación de quienes ya conducen. Pero también es urgente mejorar la infraestructura, facilitar la movilidad, y tener una fiscalización más activa. Porque no se trata solo de castigar al que se sale de control, sino de evitar que lleguemos a ese punto. La calle no debe ser un campo de batalla. El conducir, no puede ser una trinchera desde donde disparamos frustraciones acumuladas.
La verdadera valentía está en evitar caer en la agresión, en saber callar cuando el orgullo grita, yen estar preparado para actuar de la única manera que de verdad se puede cambiar algo: la calma, frenar y no seguir el juego del conductor agresivo. No intentes responder a sus provocaciones y evita el contacto visual. Mantén una distancia segura y, si es necesario, reduce la velocidad para dejarle pasar. T) TIEMRi EDICIÓN 856 / del 03 al 09 de mayo 2025 ¿ GUARDAR SILENCIO O ESTAR PREPARADO PARA CONTESTAR?. IOF conciencia. La se MARCELO CARRASCO CARRASCO.