Autor: Marietta Santi
Alejandro Sieveking vuelve a la vida en el Teatro Nacional
El 15 de julio, gracias al arduo trabajo del equipo liderado por Paulina Moyano, se estrenará «Paren la música», última parte de la trilogía firmada por el dramaturgo.
La escritora Nona Fernández y el director Cristián Plana aceptaron el desafío de traducir en una puesta en escena sus indicaciones, su voz y sus últimos deseos. 1 final de su vida, aun cuidando de la enfermedad de Bélgica Castro (su pareja de toda la vida) y de la suya propia, Alejandro Sieveking (1934-2020) estuvo pensando en la última parte de su trilogía teatral, precedida por «Todo pasajero debe descender» y «Todos mienten y se van». Enfermo —en su casa o en el hospital— habló largamente del tema con Paulina Moyano, amiga, actriz y productora de varias de sus obras. Ella se convirtió en el archivo viviente de las indicaciones del dramaturgo y recibió su mandato tácito de terminar el proyecto.
Paulina no lo pensó dos veces, puso manos a la obra y se hizo cargo de producir «Paren la música», el cierre de la trilogía que debutará el 15 de julio en el Teatro Nacional Chileno. Paulina comenta que las visitas que hacía al Premio Nacional terminaban siempre en trabajo. “Vas a ver a tu amigo para saber cómo sigue su salud y te pones a trabajar con él. Es muy complejo y simple a la vez”, reflexiona.
En esas conversaciones, siempre surgía Cristián Plana como posible director de «Paren la música». Plana, quien dirigió a Alejandro en las últimas obras en que actuó, aceptó el desafío: “Mi mirada surge de lo que no me dijo, de intentar ver lo que no dejó escrito, de entregarme a un imaginario no dicho, no manifestado de manera explícita y relevar lo que más me hace sentido como creador y que se une, quizás, con ciertos rasgos de Alejandro.
A pesar de tener muchas diferencias nos contactamos en el humor, en el sentido teatral o más profundo, en la intensidad, en la mirada crítica y también en la obsesión por lo visual”. El elenco de «Paren la música» lo conforman Catalina Saavedra, Carolina Paulsen, Carolina Larenas, Guilherme Sepúlveda y Felipe Zepeda. siempre el café Para escribir el texto, Paulina convocó a la escritora Nona Fernández, quien estuvo muy cerca de Sieveking los últimos años de su vida. Nona precisa: “Teníamos la idea que, quizás cuando él se sintiera mejor, podría grabar sus diálogos, sus ideas y eso traspasarlo a algún material. Pero no se pudo. Yo, que siempre me niego a hacer trabajos por encargo, sentí que no podía negarme. Era tomar la voz del maestro”. Algunos de los elementos que Sieveking definió fueron el título de la obra, los personajes, el espacio y la inclusión de un cuadro musical. También algunos conceptos de fondo.
La estructura, y otras claves, pueden encontrarse en «Ondina», del francés Jean Giraudoux: “Como en las dos obras anteriores, el café vuelve a ser el espacio de encuentro entre Guillermo y su amiga Gregoria, ahora de avanzada edad.
La gran diferencia es que Guillermo está muerto y el café siendo demolido. "Te espero en el fuego del cita en sueños Guillermo a Gregoria, y ella acude a este último y enigmático encuentro al café, donde sólo quedan escombros. Jocelyn, la dueña del local, descubre a Gregoria, presa de una avanzada demencia senil, entre los restos revisando fragmentos de su vida”, reseña Moyano.
Nona Fernández señala que la escritura del texto surgió de un proceso colectivo, entre Plana, Moyano, ella misma, el músico Damián Noguera y la diseñadora integral Claudia Yolín: “Diría que se trata de una obra donde la caligrafía, la voz y la letra son mías, pero que fue cariñosamente conversada. Creo que esta obra cierra completamente la trilogía. Se escribió en sintonía con las anteriores, intentando captar su espíritu, que es algo que Alejandro me había dicho. Estos personajes contemplan cómo el mundo se va transformando, y ya no se sienten parte del todo. Ellos son, como los personajes chejovianos, de una raza que empieza a desaparecer”.