Autor: Patricio Manque Nicolás Ocaranza Rector U. Mayor Vicerrector académico, U. Mayor
Innovar para asegurar la inclusión
ESPACIO ABIERTO Ás de 140.000 estudiantes lograron ser seleccionados en las universidades y carreras de su preferencia según los resultados de la nueva Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES). Sin embargo, la misma aumentó la brecha en casi 90 puntos promedio entre estudiantes de colegios particulares y aquellos de establecimientos municipales; una dramática distancia agravada por la pandemia, la falta de conectividad y las desigualdades estructurales.
Formara estudiantes que ingresan al sistema de educación superior arrastrando falencias de la educación básica y secundaria, es el mayor desafío que enfrentamos las universidades hoy; nivelar las habilidades sociales en nuestros alumnos -carencia retratada en un reciente estudio de la Universidad de Harvard, que revela que entre los escolares chilenos predomina la adquisición de habilidades cognitivas y un marcado déficiten el desarrollo de habilidades sociales-, nuestro principal reto.
Hoy, junto con transferir conocimientos, debemos ser capaces de desarrollar esas habilidades que hasta ahora no estaban consideradas en el modelo educativo y formar profesionales con mirada amplia, interdisciplinaria eintegrada, espíritu crítico y analítico, familiarizados con el trabajo colaborativo y lacreatividad en la resolución de problemas. ¿Cómo equilibrar la exigencia de los procesos formativos para que los alumnos que llegan en desventaja puedan tener un buen rendimiento? ¿ Cómo acoger, desarrollar y potenciar las capacidades de esos estudiantes de escaso capital cultural y conocimientos básicos, en un modelo de educación superior no pensado para enfrentar los desafíos de una educación más personalizada? ¿ Cómo, junto con transferir conocimientos, formamos en esas habilidades para la vida? Identificar rápidamente a los estudiantes que necesitan más ayuda y ofrecer una variedad de apoyos personalizados que les permitan superar los obstáculos y obtener sus títulos en tiempo, es un primer camino de inclusión. Modernizar y flexibilizar los modelos educativos -inicialmente diseñados para una formación más rígida-, es otra forma de asegurar un buen desempeño de los estudiantes que requieren una forma diferente de acompañamiento e inserción. Asimismo, trabajar en un rol más activo del estudiante como agente responsable de su trayectoria educativa. Incentivar el aprendizaje entre pares y revalorizar la figura del profesor como punto de inflexión en el camino de aprendizaje y desarrollo de los estudiantes. Si nuestro propósito es formar a los profesionales del mañana, debemos construir una educación superior innovadoramente inclusiva que se adapte al nuevo tipo de estudiante que estamos recibiendo. Porque, como bien nos alerta Martha Nussbaum, profesora de la Universidad de Chicago, el gran desafío de hoy es “preparar a gente de orígenes muy diversos para una compleja ciudadanía universal”.