COLUMNAS DE OPINIÓN: El humor en el Festival de Viña del Mar
COLUMNAS DE OPINIÓN: El humor en el Festival de Viña del Mar No PENSABA comentar nada, pero ya son varios los amigos que me escriben para que diga algo sobre sobre lo que le sucedió al humorista venezolano que se presentó en el Festival de Viña del Mar. Lo primero que subrayo aquí es que no conozco a ese colega. Es más, ni siquiera he visto su presentación presentación en Viña. Pero no necesito ver si fue buena o aburrida su rutina para reflexionar sobre el hecho tan desagradable que se vivió en ese escenario, según me han contado. He visto espectáculos de todo tipo en muchos países del mundo. He tenido esa suerte. Y donde único he visto que rechiflan hasta sacar del escenario a un artista es en Chile. He sido testigo de rechiflas por algún algún chiste.
Lo peor que he visto fue en el Teatro Karl Marx en La Habana, donde se desarrollaba el Encuentro Latinoamericano de Humor y tras bambalinas escuché cómo pifiaban al uruguayo Leo Masliah al comienzo comienzo de una de sus canciones, pero el mismo público calló a los maleducados. maleducados.
Para míes una falta de respeto, de educación y de decencia que el público público abuchee, pifie, a un humorista (lo hago extensivo a cantantes y a otros artistas, obvio) en esos eventos. eventos. ¡Con qué derecho, por favor! Los humoristas que van ahí, crean, se esfuerzan, ensayan, prueban las rutinas rutinas y les ponen la mejor de las ganas ganas para hacerlos reír.
No merecen que sean tratados as Y si se equivocan equivocan al escoger su repertorio, si algo les falló (incluso los nervios), el peor castigo es que haya poca o ninguna risa, poco o ningún aplauso. Con eso es suficiente, Cuando alguien va a un festival de esos, sea comprando la entrada o gratis, sabe previamente quién se presentará y sabe el orden del espectáculo. Así que si decide entrar, entrar, está muy consciente de lo que verá.
Si por alguna casualidad, no le gusta el humorista que le tocó ese día, puede ir al baño, salir a fumarse un habano bien largo, salir a comerse diez empanadas o simplemente puede levantarse y dar vueltecitas porahípara dartiempo. Ysi se queda sentado, tiene derecho a no reírse, a mandar mensajitos con su celular, sin atender lo que sucede en escena y al final tiene derecho a no aplaudir, aplaudir, por supuesto. Pero no porque no le agrada el artista tiene derecho a protestar, insisto, Y menos armar un escándalo-pataleta porque deseaba seguir disfrutando al artista anterior, anterior, o deseaba que entrara rápido el próximo que esperaba.
Otra cosa es que le impongan un humorista que no estaba programado, programado, o que el cómico le falte el respeto al público; por ejemplo, porque se presente borracho, o se le olvide la rutina, haga un acto inmoral, insulte a alguien o a todos, o algo parecido. Ahí sí hay derecho a gritar, a pifiar, a abuchear a degüello. Por otro lado, me repugnan los ca rroñeros periodistas de espectáculos espectáculos que incitan al público a que expresen esa mala educación para tener una noticia que dar después.
Son los que inventan cosas como “El monstruo de Viña: con la venia (y quizás algo más) de los organizadores organizadores o productores televisivos para provocar expectación en la sociedad: sociedad: “pifiaran hoy a tal humorista?” “ESe lo comerá el monstruo”?, etc. Es rara la conducta social de mucha mucha gente, que fuera del evento se comporta como una persona responsable, responsable, educada incluso.
Pero al llegar allí se convierte en uno más de esa manada, se pone en modo chusma y pierde la racionalidad y la En esta oportunidad, desde muchos muchos días antes ya había escuchado escuchado o leído cosas sobre el humorista venezolano, sacándole su opinión política, como preparando el terreno terreno para el triunfo del circo romano.
Incluso varios humoristas de este país, de contrario pensamiento polftico polftico e ideológico del venezolano, hacían declaraciones “sospechosas “sospechosas Mi pregunta es: ¿ está obligado un artista a pensar como yo? Si no piensa como yo, ¿hay que destruirlo, Pepe Pelayo pepepelayo. com Hace poco un humorista español dijo en escena que deberían dinamitar dinamitar cierto lugar y sobre todo cuando hubiera más gente presente. Parte del público que estaba en contra total de esa barbaridad, los que se sintieron ofendidos, se levantaron y se fueron. Era gente decente al parecer, parecer, porque no se le ocurrió pifiar ni sacar del escenario al humorista. Y si no te ríes con la rutina del artista, porque la encontraste mala, aburrida, problema tuyo, porque pagaste pagaste para verlo a él, sabías a lo que iba. No vayas verlo más, no lo sigas y problema resuelto, No quiero tocar el tema de la xenofobia, xenofobia, porque no estoy seguro.
Vivo en este país y lo mismo escucho maravillas maravillas de cierta grupo de venezolanos, venezolanos, sobre todo de los primeros que llegaron, los cuales trabajan y se sacrifican sacrifican y escucho cosas terribles de otro grupo de venezolanos que son delincuentes y criminales.
Y termino con esto: en mi opinión, no seremos jamás un país desarrollado desarrollado si no nos educamos más, si no valoramos más el arte, si no respetamos respetamos más a nuestros artistas y si no le damos la real importancia que tiene la cultura en general. Permftanme ser pesimista, porque sabemos que la educación en Chile está cada vez peor.
En resumen, basta de hacer de esos festivales un circo romano, donde el populacho chusma y cobarde cobarde vocifera y siente el placer primitivo y malsano de bajar el dedo pulgar para destruir inmerecidamente inmerecidamente a un humorista y a veces hasta su carrera, sólo por el hecho de que a la jauría no le gustó.. El humor en el ftstiial de Riña del Mal cancelarlo?.. ---I-ética, por decirlo de alguna manera..