Autor: MARGHERITA CORDANO
Educación de calidad: el objetivo de la ONU que no se lograría cumplir de aquí a 2030
Déficit docente “Hay un sinnúmero de metas que son parte de este ODS que hoy están siendo una preocupación global. Una de las metas tiene que ver con contar con un permanente flujo de profesores de calidad", dice Mauricio Véliz, decano en la U. De Talca.
“En Chile solo este año ha habido un leve repunte respecto de las matrículas en carreras de Pedagogía, lo que aún no permite establecer que se revierta la tendencia”. Según proyecciones de Elige Educar, para 2025 en Chile harán falta 26 mil docentes idóneos. Es decir, formados profesionalmente.
“Si bien hay avances en políticas, hay que evaluar continuamente si estas, tanto en diseño como implementación, están logrando los resultados esperados”, plantea la académica PUCV, Carmen Montecinos. "La Ley de Carrera Docente buscaba aumentar la calidad de los profesores poniendo mayores requisitos de ingreso, pero una consecuencia indeseada fue la disminución de estudiantes en las carreras de Pedagogía”. Especialistas advierten que la meta es difícil de alcanzar tanto en Chile como en la región Ace una semana, “El Mercupublicó una entrevista al ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en la que el profesor abordaba lo que considera algunos de los principales desafíos del Mineduc.
Desde entonces, varias Cartas al Director han comentado el tema: “Aquellos que estamos en las salas de clases sabemos que los desafíos en educación son muchos más que la sexualidad, más profundos y complejos”, escribió de manera conjunta un grupo de docentes.
“La mayoría de nuestros niños no sabe ni leer ni escribir”, planteó otra profesora, mientras que el presidente dela Asociación de Municipalidades señaló que “las aspiraciones plasmadas en alcanzar un estándar de calidad e inclusión en la educación no se han materializado”. Frente a este debate respecto a las prioridades del área, “El Mercurio” consultó a cuatro especialistas sobre los desafíos educativos de Chile, pidiendo específicamente que se tomara en cuenta el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 de la ONU, un estándar global que apunta a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, además de oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, con metas como aumentar la matrícula de enseñanza preescolar, asegurar el acceso igualitario a la enseñanza escolar y hacer crecer la oferta de docentes calificados. El plazo para alcanzar este y los demás objetivos se fijó para el 2030. Competencias mínimas “A nivel global, el avance del ODS 4 previo a la pandemia se presentaba muy dispar entre regiones y países.
Por ejemplo, los más desarrollados del mundo mostraban avances en diferentes metas, principalmente aquellas vinculadas a educación básica, con altas probabilidades de alcanzar "El 0DS 4 es un objetivo particularmente ambicioso pero, a la vez, necesario", dice Julio Labraña, de la U. De Tarapacá. "Desafortunadamente, es altamente improbable que globalmente se cumpla”, se lamenta Mauricio Véliz, de la U.
De Talca. "Los niveles de desarrollo a este respecto son altamente disímiles en los distintos continentes y también dentro de cada uno de los continentes”. Aunque a nivel nacional se ha avanzado en cuanto a acceso y finalización de la escuela, así como en cobertura preescolar y expansión de educación superior, todavía son varias las tareas pendientes. Desde que los menores efectivamente asistan a la educación inicial, hasta lograr que la educación terciaria ofrezca calidad similar entre distintas instituciones. su cumplimiento en 2030.
Por su parte, los países menos desarrollados, aunque mostraban en algunos casos avances acelerados, en su mayoría podía preverse que no alcanzarían las metas previstas”, comenta Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Unesco. Este último es el caso de Latinoamérica.
“En el período 2015-2019, la región tuvo una desaceleración, y en algunos casos un estancamiento, en el avance de muchos de los logros educativos que fueron notables en el período 2000-2015, principalmente en términos de inclusión y coberturas. Chile, mostrando logros superiores a la media, no estuvo exento de esta desaceleración”, dice.
Este estancamiento se ve en las evaluaciones de los aprendizajes a nivel regional: antes de la pandemia, cerca de la mitad de los estudiantes de 3? básico alcanzaban el nivel mínimo de competencias en lectura y matemáticas. El porcentaje “era mayor en estudiantes de sexto grado: 68,7 % en lectura y 82,8 % en matemática”, advierte Uribe. Si bien sus resultados destacan en la región, cuando se comparan los datos de Chile con el de países desarrollados, esto no ocurre. En la prueba PISA de Matemáticas 2018, por ejemplo, el país obtuvo 417 puntos, 72 menos que el promedio OCDE. Y los datos locales dan cuenta de que en 2022 la mitad de los niños de colegios vulnerables comenzó 2” básico sin poder leer sílabas. Los estudiantes “de familias de los grupos socioeconómicos más acomodados suelen presentar mejores desempeños en matemáticas, lenguaje y ciencias. Eso constituye sin duda todavía un lastre para el sistema educativo nacional”, señala mauricio Véliz, decano de Ciencias de la Educación de la U. De Talca.
Disímiles “Desde una mirada comparada regional, Chile ha logrado altos niveles de avance en la inclusión educativa de la población y en los resultados de aprendizaje en la educación básica”, dice Uribe, quien también destaca queen cuanto al ODS4, se avanzó en la reducción de las desigualdades en el acceso y la finalización escolar, y en la implementación de un Sistema de Alerta Temprana (para prevenir abandonos). “Sin embargo, aún persisten desafíosenormes de inclusión para las poblaciones con más dificultades, como las niñas y los niños con discapacidad, los habitantes de zonas rurales remotas y los miembros de hogares pobres.
Se manifiestan algunas deudas pendientes en la atención a la primera infancia, especialmente entre los O y 4años de edad, donde aún son muchos los niños y niñas fuera de los sistemas de educación y cuidado”. Aunque se avanzó en ampliar la cobertura en educación preescolar, “esto es insuficiente si las familias noenvían a sus hijos e hijas a los centros educativos”, plantea Carmen Montecinos, académica de la U. Católica de Valparaíso y directora del Centro de Líderes Educativos.
Y es que según da cuenta el Monitoreo de Establecimientos Educacionales en Pandemia 2022,70 mil párvulos no tuvieron contacto con su recinto educacional durante el primer semestre de ese año, a pesar de que entonces ya se había anunciado que se volvía a la presencialidad.
Datos de 2022 también muestran que en prekínder y kínder había un 64% de niños con inasistencia grave (es decir, asistencia menor a 85%). “Por otro lado, Chile comparte con el resto de la región una tendencia preocupante en la educación superior, que combina una positiva expansión en el acceso al nivel, con un alarmante aumento de las brechas, que marcan la profundización de circuitos diferenciados de calidad de las ofertas, tanto en las instituciones públicas como privadas”, advierte Claudia Uribe. “Las oportunidades educativas, con sus diferencias en términos de calidad y la formación y su pertinencia para el mercado laboral, se distribuyen diferenciadamente según el tipo de institución. En este escenario, aquellos estudiantes de grupos más vulnerables suelen atender las instituciones con mayores desafíos, reproduciendo así la desigualdad del sistema”, explica Julio Labraña, académico y director de Calidad Institucional de la U. De Tarapacá. Respecto a la educación terciaria, Véliz comenta que “ha habido una masificación evidente, tanto universitaria como de institutos profesionales y centros de formación técnica. No obstante, ese mismo avance presenta correlatos de preocupación. Por ejemplo, se mantienen conductas de entrada deficitaria en estudiantes de primer año en distintas carreras e instituciones”.