Autor: Camilo Castellanos
Presupuesto para enfrentar la sequía, sin visión de largo plazo
Especialistas plantean un cambio de paradigma, con más inversiones y optimización del uso del agua.
La sequía ha sido un verdadero terremoto silencioso”, dijo el Presidente Sebastián Piñera al presentar el Presupuesto 2022 que, agregó, contempla recursos para combatir sus “devastadores efectos”. Pero pese a que efectivamente elevó un 11,3 % el dinero fiscal para agua y riego, su destino no convence a la oposición ni a los expertos.
En total, son $846.022 millones (US$1.030 millones) divididos entre tres ministerios: Interior, que sube un 14%, Obras Públicas, 9,3 % y Agricultura, 16,6 %. “De esta manera se da un fuerte impulso a las acciones en el marco del Plan contra la Sequía (... ) Aumenta $14.568 millones al Programa de Riego y $12.597 millones a la Comisión Nacional de Riego”, señala el Presupuesto. “Los recursos tendrán la finalidad de financiar concursos de bonos de riego para la construcción de obras y proyectos que mejoren la disponibilidad y distribución del agua de riego”, agrega. Pero a la oposición en el Congreso no le gusta la asignación.
“El gobierno se quedó absolutamente en deuda en enfrentar la sequía”, critica el senador PPD Ricardo Lagos Weber, para quien hacen falta obras públicas, “construcciones que duren varios años”. “Necesitamos cambiar el paradigma”, dice la senadora DC Ximena Rincón. “La sequía ya no es un fenómeno temporal o IT EE SE la sequía frente al año anterior. La mirada de los expertos de emergencia.
Por eso, se debe contar con un presupuesto que empiece a resolver problemas más de fondo y no solo salvar el año”. Y da ejemplos sobre los focos que debería tener: conservación y ampliación de los programas de Agua Potable Rural (APR); infraestructura de almacenamiento menor, como micro embalses; revisar la situación actual de los embalses; y advierte que “no van a aceptar” que se eleven los gastos por tratos directos en la compra y arriendo de camiones aljibes. Más inversiones Más allá del Congreso, también hay preocupación. “Chile necesita una estrategia hídrica de primer nivel”, dijo Cristián Allendes, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) en Enagro. Y explica a La Segunda que, dentro del presupuesto, se debería destinar “muchos más recursos” a la construcción de embalses. “En Chile disponemos de agua, pero cerca del 80% se vierte al mar. Falta la infraestructura necesaria para gestionarla”, dice. Y habla de priorizar 26 embalses, de los cuales solo hay cuatro en desarrollo. “Los 22 restantes aún están en estudio”, dice y cree que no hay tiempo para hacerlos. “Dura 13 años en promedio la construcción. Hay que priorizar embalses pequeños y medianos rápidos de construir”. La necesidad de mayor inversión también se repite entre expertos.
“El presupuesto es una buena noticia, pensando que es un aumento mayor que el IPC en un escenario pospandemia, pero es insuficiente para todo lo que se necesita”, dice Rodrigo Figueroa, decano de Agronomía de la UC.
“Las necesidades son mucho mayores que lo que se puede resolver en un solo presupuesto”. Figueroa dice que se requiere un trabajo a largo plazo y explica que los recursos se están usando para mantener la infraestructura existente, pero no para las grandes inversiones que se requieren. “Lo que uno esperaría es que se hicieran inversiones más grandes como para, por ejemplo, dejar de transportar agua en camiones”, dice.
Una mejor inversión, a su juicio, sería un desarrollo del agua rural, donde “casi el 80% no tiene agua potable”. Pero para saber cuánta es la inversión total que se requiere para contener la crisis hídrica, hace falta una entidad que defina una estrategia. Gobernanza y conservación Para Ulrike Broschek, subgerenta de Sustentabilidad de Fundación Chile, el problema va más allá de las inversiones. Critica el Plan contra la Sequía: dice que solo menciona líneas temáticas de acción y no contiene un análisis detallado de los territorios, su objetivo, su alcance y el resultado esperado.
Agrega que los recursos para contener la sequía deberían destinarse a cuatro metas: espacios de gobernanza a nivel de cada cuenca para planificar soluciones; reparación y conservación de las fuentes naturales de agua; optimización del uso de agua en todos los sectores productivos intensivos en consumo; y reutilización a nivel urbano y rural de aguas residuales tratadas. “La mayoría (los primeros tres) no están en el Plan de Sequía”, dice. Es que opciones como una gobernanza en cada cuenca y soluciones basadas en la naturaleza para conservar los ecosistemas hídricos son mucho más eficientes. “Un estudio de Barclays del 2021 menciona que estas soluciones son 18 veces más baratas que invertir en nuevas fuentes de agua artificiales como plantas desaladoras”, resalta.
Resumen
“Los recursos tendrán la finalidad de financiar concursos de bonos de riego para la construcción de obras y proyectos que mejoren la disponibilidad y distribución del agua de riego”, agrega., Y da ejemplos sobre los focos que debería tener: conservación y ampliación de los programas de Agua Potable Rural (APR); infraestructura de almacenamiento menor, como micro embalses; revisar la situación actual de los embalses; y advierte que “no van a aceptar” que se eleven los gastos por tratos directos en la compra y arriendo de camiones aljibes., Agrega que los recursos para contener la sequía deberían destinarse a cuatro metas: espacios de gobernanza a nivel de cada cuenca para planificar soluciones; reparación y conservación de las fuentes naturales de agua; optimización del uso de agua en todos los sectores productivos intensivos en consumo; y reutilización a nivel urbano y rural de aguas residuales tratadas.
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