La fragilidad de la memoria y la pandemia
La fragilidad de la memoria y la pandemia l)r. Eduardo Barra Jofré Seremi de Salud Región del Biobío En agosto de 2020, la humanidad vivía un doloroso tormento. Estábamos en medio de la pandemia por covid-19, rodeados de sufrimiento y muerte, con incertidumbre, incertidumbre, sin saber lo que pasaría con nuestras vidas y las de nuestros seres queridos, especialmente los de mayor edad. Tuvimos que recurrir al aislamiento, encerrados, encerrados, en obligada reflexión, para evitar exponernos al contagio, a la enfermedad y sus complicaciones. El impacto en nuestras vidas familiares, rutinas laborales, laborales, relaciones sociales en barrios y grupos de interés, fue significativo. Hubo que modificar las formas de convivencia, incorporar la telemática, videoconferencias, videoconferencias, clases virtuales, la teleconsulta médica, todo en el esfuerzo de mantenernos comunicados, sociabilizando con formas nuevas.
Paralelamente nos enterábamos de amigos y familiares contagiados, esperando por una buena evolución de la infección o viviendo calladamente calladamente el duelo por su fallecimiento, sin siquiera poder despedirlo ni llorarlo en comunidad, como hacemos en tiempos normales. Nos convertimos en espectadores ansiosos de los grandes esfuerzos de institutosylaboratorios farmacéuticos farmacéuticos del mundo por buscar una cura para la infección y una vacuna para poder evitarla. En diciembre de 2020, en EE.UU., se autorizó en mayores de 16 años el uso de la vacuna Pfizer-BioNTcch.
En Chile, a fines de diciembre se inicia la vacunación del personal sanitario y del resto de la población con la vacuna CoronaVac desarrollada p01 la empresa china Sinovac Biotech, autorizada para mayores de 18 años. logrando cobertura de más de 95% de la población con dos dosis al finalizar 2021.
La gran cantidad de vacunados vacunados permitió avanzar rápidamente en la reducción de la mortalidad e hizo menos severos los síntomas, transformando transformando a la infección en un cuadro clínico semejante a una gripe, especialmente en los menores de )0 años sin enfermedades asociadas. Al rememorar los años de pandemia, surgen vivencias vivencias y lecciones para no olvidar.
Los seres humanos somos muy frágiles: una infección desconocida es capaz de matar a más de siete millones de personas en el mundo y más de 60 mil en Chile, en la era de la inteligencia artificial, la robótica, los viajes espaciales y el desarrollo tecnológico nunca visto en la historia humana. Pero fuimos capaces de detener esta infección, gracias a las vacunas.
Chile tiene uno de los programas de vacunación más importantes de América, with campañas anuales programadas programadas para evitar enfermedades de lactantes, niños, niñas y adolescentes, junto a la campaña de invierno que convoca a vacunarse contra la influenza, que todos los años cobra vidas en nuestra población y también, en algunos casos, deja secuelas crónicas. Es por esto y por lo vivido en los años recientes que debemos aprender de la experiencia, siendo activos participantes del autocuidado, del de nuestras familias y de la comunidad.. - -