Autor: Jesús Farías Silva cronica Olidersanantonio. Cl
La historia del voraz incendio que impactó al balneario de Cartagena
Las llamas arrasaron con el Hotel Zimmer y otras ocho propiedades del lugar, que era el destino favorito de la élite santiaguina. Hasta un ministro llegó a combatir el fuego. Ra el lunes 4 de mar E zo de 1929 y en parte del país se despertaban con la noticia de una tragedia. El día anterior un voraz incendio había afectado al balneario más concurrido por la élite de la época: Cartagena. A través de la prensa, que había recibido reportes vía telégrafo, se estaban enterando del siniestro que había consumido al Hotel Zimmer y a otras nueve propiedades de la zona. Se informó de dos bomberos heridos, de millonarias pérdidas, de personas detenidas por Carabineros y de la “acción heroica” de un ministro de Estado en el lugar. Afortunadamente no habían fallecidos. La foto (ver principal) suele rondar las redes sociales a más de noventa años del hecho. El borde marino es reconocible, pero parece sacado de una película de época. Se trata de uno de los pocos registros de ese acontecimiento.
Gracias a los archivos del extinto Diario La Nación, cuya versión impresa dejó de existir en 2010 y que hoy resguarda la Universidad Diego Portales, se puede reconstruir el día que golpeó al balneario y que fue motivación para conformar la primera companía de Bomberos de Cartagena en mayo de ese año.
Los reporteros de entonces escribieron que las llamas se dejaron ver cerca de la 12.30 horas del domingo 3 marzo y que “desde el primer momento se trató de combatir el fuego, que se propagó rápidamente tomando desde el comienzo gran incremento debido a que los elementos con que se contaba para dominarlo eran insuficientes”. Las noticias corrían boca a boca o por la prensa escrita. La radio estaba creciendo rápidamente pero no tenía la cobertura que alcanzó tiempo después. Radio Chilena se había fundado en el año 23, en Valparaíso, y recién en la década de los treinta comenzarían a trasmitir Nuevo Mundo, Agricultura y Cooperativa Vitalicia. Minería nació a mediados de los cuarenta. También existían los informativos que se daban antes de las películas en el cine. En esa misma edición de La Nación donde se cuenta del incendio se promociona el “Noticiario Paramount”, estudio que sobrevive hasta la actualidad. Su competidor Metro Goldwyn Mayer promocionaba “La mujer divina” protagonizada por Greta Garbo y “El mundo marcha”, dos realizaciones en silencio. INCENDIO Su origen se había identificado en el Hotel Zimmer, pero la causa era un misterio. Se propagó a casas vecinas y locales comerciales. La mala noticia se esparció más rápido que las llamas y llegó hasta San Antonio y Melipilla.
A supervisar la emergencia asistieron las autoridades y “un numeroso público que colaboró entusiastamente con la labor de los bomberos para sofocar el fuego”. Poco importó que al día siguiente, el lunes 4 de marzo, empezaran las clases en las escuelas primarias del país. La escolaridad era mucho menor que ahora y la orden del gobierno era empezar cantando el himno nacional en un acto cívico. Era el último fin de semana del verano para todos, incluido el ministro de Guerra, general de Ejército, Bartolomé Bianche, quien estaba descansando en la playa. El uniformado se había integrado al gabinete del entonces presidente Carlos Ibáñez del Campo luego de perfeccionar sus estudios en Alemania. Además del Ministerio de Guerra, ahora convertido en Defensa, encabezó la cartera de Educación.
Se cuenta en la crónica de La Nación que “tomó la iniciativa a fin de extirpar el fuego”. El hecho destacado en el interior del matutino no alcanzó a ser su portada, que fue íntegramente dedicada a la asunción de Herbert Hoover como Presidente de los Estados Unidos. A miles de kilómetros al sur, en Cartagena, las comunicaciones eran débiles. Carabineros fueron los primeros en llegar al hotel en llamas. Ellos se encargaron de dar aviso a los bomberos más cercanos, en Melipilla y San Antonio. Los primeros “lograron llegar a tiempo, no así los de San Antonio, que sufrieron un accidente de motor en el camino, arribando con algún retraso”, se narra en la nota de prensa. Al combate se sumaron carros municipales y funcionarios de la empresa West India Oil Company, filial de la petrolera Esso que tenía servicios en la zona. A pesar de todos los esfuerzos no se logró salvar el hotel que se “redujo a cenizas”. Su dueño manifestó que tenía un seguro de 160 mil pesos para cubrir los perjuicios. Las “numerosas familias que se hospedaban en el hotel experimentaron algunas pérdidas”. Entre ellas un hombre aseguró haber perdido 8 mil pesos, dinero que fue consumido con el resto de la estructura. Los dueños de las residencias, casi todas de veraneo y una en construcción, indicaron que también reclamarían pólizas. No tuvo la misma suerte el dueño de un almacén y una barraca. Su seguro no alcanzaba a cubrir los 20 mil pesos en que estaban avaluados los daños. Otra de las propiedades que sucumbió fue la oficina del Telégrafo Comercial, que era un concurrido centro para enviar o recibir mensajes principalmente de Santiago o Valparaíso. La demanda era tan grande que esa misma tarde se habilitó otra sede. En total, nueve propiedades fueron destruidas. Estaban ubicadas en las calles Estado, Casanova y Los Suspiros.
El fuego fue empujado por un “fuerte viento reinante (....), debido a esta circunstancia, la acción de los bomberos se vio seriamente entorpecida pues las llamas se propagaban sin que produjera efectos el agua”. Los destrozos fueron cifrados en un millón de pesos.
Por parte de la autoridad concurrió el gobernador Manuel Salas Rodríguez, quien informó al gobierno sobre “las proporciones del siniestro y las medidas adoptadas para sofocarlo”. Los trabajos entre los escombros se extendieron por el lunes y el resto de la semana.
Ese día se supo que tres personas serían puestas a disposición de la justicia para establecer las causas del incendio, pero de eso lamentablemente no se volvió a hablar, al menos no en la prensa, que hacia finales de año ahondaba en la crisis económica en que sumergía el país por la Gran Depresión. Lo último que se dio a conocer fue la recuperación de los dos lesionados. Uno sufrió una caída y el otro, según se reportó, fue atropellado en medio del caos. Ambos eran bomberos. Por aquellos años en San Antonio se discutía otro tema.
Era una propuesta denominada como la “colonización agrícola”. Proponía que junto a la línea férrea, donde había amplios despoblados, se instalaran “pequeños propietarios para cultivar las tierras de una manera intensiva”. La idea, que no prosperó, era que el gobierno fundara “colonias a lo largo de las vías de comunicación que dan acceso a San Antonio” para tener un “mejoramiento económico de toda la región”. En la ciudad se buscaban formas de llevar el progreso y con la crisis económica la situación solo empeoró, pero el recuerdo de esos turbulentos años, al igual que el incendio quedó para muchos en el olvido. O