Autor: Felipe O'Ryan
El desplome bursátil de CLC: Desde su peak en 2019, ha perdido más de la mitad de su valor
Acción de Clínica Las Condes está en los mismos niveles en 2008 LA ACCIÓN DE CLC DESDE 2007 50.000 Noviembre de 2019 Cecilia Karlezi 25 de octubre de 2020 se hace con el control de CLC tras Gana el “apruebo” en el una exitosa OPA. Plebiscito constituyente: posibles cambios al sector privado de salud. Agosto de 2010 CLC anuncia inversión por US$180 millones para duplicar capacidad hospitalaria. 40.000 30.000 Enero de 2017 Renuncia Alejandro Quintana, director de Cecilia Karlezi, y comienzan a hacerse públicos los conflictos dentro del directorio. Mayo de 2020 CLC recibe críticas por querella contra exgerente. 20.000 - Febrero de 2010 Sebastián Piñera vende su participación de CLC por US$37 millones. Cecilia Karlezi se transformó en la mayor accionista. 10.000 - A sido un largo recorrido el de la Clínica Las Condes.
Tan lleno de hitos como cuando Sebastián Piñera vendió sus acciones en el 2010 o cuando, ese mismo año, la empresa anunció su mayor inversión hasta entonces, su ampliación al doble de su capacidad, y su valor bursátil comenzó a subir como la espuma, por proyecciones que en algunos aspectos nunca se cumplieron, creen en el mercado. En el camino, Cecilia Karlezi, una de las herederas del clan Falabella, se hizo con el control de la empresa en el 2019, prometiendo cambios estructurales para la clínica. Sin embargo, al día de hoy, nada de esto ha convencido a los inversionistas. Al cierre del 2021, la acción está en su nivel más bajo desde el 2008, rondando los $18.100 frente a su peak histórico en junio del 2019 de $42.000. Es decir, desde ese momento, el centro hospitalario ha perdido más de la mitad de su valor bursátil.
Problemas internos e incerteza regulatoria han golpeado al emblemático centro de salud privada. con una administración que logró dar vuelta los resultados de la clínica e informó aseptiembre ganancias por más de $44 mil millones? “Desde que la compañía hizo ese gran proyecto de inversión (anunciado en 2010), esa ampliación de la clínica, empezó el declive. Fue financiado en gran parte con deuda y no rindió lo estimado.
A eso se sumó el efecto reputacional por casos que se conocieron en el último tiempo y las perspectivas de cambios estructurales a la salud privada, que crea incertidumbre respecto a en qué posición quedarán las clínicas privadas”, opina el operador bursátil de Vector Capital Jorge Tolosa.
Algunos de los casos que afectaron la imagen de la clínica en el 2021 fueron la querella criminal que ésta presentó contra el exgerente general Fredy Jacial, por recibir más pacientes covid-19 de Fonasa sin informar al directorio, y el caso del presidente de la clínica, Alejandro Gil, pareja de Karlezi, quien se puso una tercera dosis de vacuna contra el virus saltándose los protocolos del Minsal. Ambos le significaron una serie de críticas a la clínica en medios de comunicación y redes sociales.
Conflictos internos “Gran parte de la caída tiene que ver con el ruido que causaron los conflictos internos, las querellas y los problemas con los médicos, que generan suspicacias en los inversionistas respecto al futuro de la empresa.
Hay inversionistas que no quieren estar en una empresa tan expuesta, con riesgo a que se judicialicen cosas”, cola administración de Gil llegó a hacer una serie de cambios a la clínica respecto a cómo se relacionaban los médicos con la empresa, lo que le significó una serie de conflictos con ellos. Así lo recuerda el exmédico de CLC, actual accionista y exdirector Herbert Spencer: “La administración tiene al cuerpo profesional descontento. La clínica se cae a pedazos, pero Gil no acusa recibo.
La caída en el valor es obviamente un desastre para la empresa y los accionistas”. Muchos médicos han dejado la clínica en medio de estos conflictos; algunos ostentaban un alto prestigio, como el exjefe de la Unidad de Coloproctología de CLC, hoy jefe del Centro de Cáncer de la Clínica Universidad de los Andes, Francisco López, o Juan Marcos Goycoolea, hoy jefe del Centro del Oído del mismo recinto. Más allá de la pérdida de profesionales claves, la salida de médicos también ha presionado la acción por otras razones, dice el gerente de inversiones de una AGF que invierte en CLC. “Muchos médicos tenían numerosas acciones de la clínica. Hay que recordar que antes de la administración de Karlezi, para transformarse en médico de planta de CLC, se debía comprar acciones de ella. Varios médicos seguían comprando acciones después, como parte de planes de ahorro y para jubilación. Cuando dejaron la clínica o fueron despedidos, tuvieron que vender, y eso presiona los precios hacia abajo en una acción que de todas formas se transa poco”, comenta el ejecutivo. Riesgos externos Pero igual de importante que los conflictos internos, es la incertidumbre que vive la salud privada. La victoria del “Apruebo” para escribir una nueva Constitución en octubre del 2020 generó un importante factor de riesgo regulatorio para la industria, ya que la nueva Carta Magna podría modificar su funcionamiento. A eso se suman los cambios que promete el futuro gobierno de Gabriel Boric. “Si miras los números de CLC en términos generales, han andado bien. Pero claro, el tema de salud privada está en entredicho con lo que plantea el nuevo gobierno, lo que le pega a las clínicas. Eso se suma al tema interno. Tiene presión por ambos lados”, dice Larraín de Sartor. Una empresa con la que suelen comparar a CLC en el mercado es Indisa.
En su peak en el 2018, las acciones de la clínica de Juan Antonio Guzmán, Alejandro Pérez y Jorge Selume, entre otros, superaron los $4.000, pero hoy rondan los $1.600, su nivel más bajo desde el 2010.
“El mercado está dispuesto a pagar poco más de la mitad del valor libro de CLC, lo que significa que espera que su patrimonio se reduzca en el futuro (es decir, tendrá pérdidas). En Indisa, la situación es diferente. Si ves el múltiplo (valor) bolsa/libro de CLC es de 0,52, pero el de Indisa es de 2,4: mucho más positivo. Creo que demuestra una mejor calidad de administración y una confianza en que podría ser rentable en el futuro”, puntualiza Araya.