Autor: MAUREEN LENNON ZANINOVIC
MATÍAS TAGLE: "Gabriela Mistral debió tener admiración por el poder"
El historiador chileno publica, bajo Ediciones UC, Gabriela Mistral y los presidentes de Chile, donde se recogen cartas y + pensamientos de la premio Nobel sobre distintos mandatarios.
On alrededor de tres décadas de destacada carrera docente en distintos colegios y al alero de la Pontificia Universidad Católica de Chile (ejerció en el Instituto de Historia y en la Escuela de Periodismo) el historiador Matías Tagle Domínguez ocupó los intersticios de su apretada e intensa actividad pedagógica para dar formaasu más reciente libro, Gabriela Mistral y los presidentes de Chile, publicado bajo Ediciones UC.
Se trata de un trabajo de largo aliento donde este doctor en Ciencias Históricas por la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) rescata el valioso epistolario y las agudas impresiones de la premio Nobel 1945 hacia distintos mandatarios de nuestro país, partiendo por José Ma Balmaceda (1840-1891) hasta Eduardo Frei Montalva (1911-1982). En sus cartas, la autora de Tala se revela de una manera muy humana, expresa sus afectos, su universo cotidiano y las más variadas inquietudes, pero también da cuenta de un estilo llano, sin “medias tintas”, donde no solo trasunta admiración y reconociiento hacia un determinado político, sino que también puede mostrar desdén, desagrado, molestia y hasta cierta desconfianza.
Así lo subraya el historiador al referirse a sus vínculos con Arturo Alessandri Palma (1868-1950). Matías Tagle señala que estamos ante una relación ambigua y que, en general, los reparos de Gabriela respecto al llamado “León de Tarapacá” serefieren a que nunca tuvo simpatía por él, no obstante considerarlo honrado, y se prolongan hasta 1934, cuando le reconoce sus méritos por el acuerdo final que solucionó el tema pendiente con Perú relativo al estatus de Tacna y Arica. Según el investigador, los sentimientos encontrados y las se mantienen hasta la reelección de Alessandri a la Presidencia de la República, en 1982, a propósito de la cual emite una serie de comentarios muy laudatorios.
Pasiones y odios Para dar cuenta de los distintos vaivenes de esta relación, el autor de Gabriela Mistral y los presidentes de Chile reproduce una carta de la poeta del Valle del Elqui hacia su gran amigo, el escritor Eduardo Barrios, enviada desde México.
Hay que recordar que durante el primer mandato de Arturo Alessandri Palma, Pedro Aguirre Cerda (18791941) entonces ministro de Interior, intercedió por ella para que fuera nombrada directora del recién creado Liceo N? 6 de Santiago y que, ejerciendo ese cargo, fue contratada por el ministro José de Vasconcelos de México para emprender la reforma educativa en ese país.
En la carta a Barrios, la premio Nobel muestra su enojo y afirma que “(Arturo) Alessandri dijo a Vasconcelos, veladamente, que yo no era la representante efectiva ¡ alta de la enseñanza femenina en Chile que los de afuera creían, queél le presentaría a la efectiva, que era la señora Labarca” (en referencia a la profesora, feminista y escritora chilena Amanda Labarca, quien falleció en 1975). Más adelante comenta que el saber “que ese hombre es falso me ha creado un conflicto moral serio”. Aunque durante un buen tiempo sigue considerando que el Presidente la detestaba, poco a poco Mistral va templando sus apreciaciones, en particular cuando Alessandri es incorporado a la Academia Chilena de la Lengua, donde lo describe como un “letrado” y lo ensalza con admiración.
El último contacto entre ambos se dio en 1950, donde el entonces expresidente le escribe a la cónsul de Chile en México y se refiere a ella como “Mi distinguida amiga” y le pide atenciones hacia don Carlos Hamilton, “un profesor universitario de excepcional inteligencia”. La autora de Desolación mantiene dos relaciones de amistad y confianza de larga data: con Pedro Aguirre Cerda, desde su carrera ministerial hasta sullegada a La Moneda, y con Eduardo Frei Montalva. Enel capítulo 3, por ejemplo, Tagle Domínguez.
Cata parte de la abundante correspondencia entre la premio Nobel y el político radical (veintiséis de la Mistral y un número inferior de quien fuera abogado, confidente y consejero de la poeta) y donde salen a relucir los problemas que enfrenta cuando, en el curso de 1932, la nombran “cónsul particular de libre elección”. Ejerciendo primero sus funciones en Génova, experimenta los primerosescollos de sulabor porsu manifiesta posición antifacista y le escribe a su amigo que “si usted ve, don Pedro, que la nueva presidencia no deja posibilidad para mí en un cargo consular, le ruego que me lo diga francamente”. En 1939 la poeta fue nombrada cónsul de Chile en Niza y una vez que Pedro Aguirre Cerda asume la Presidencia de la República, un año antes de su destinación diplomática, decidió encargar sus asuntos personales a otro abogado, Eduardo Frei Montalva, a quien le advierte casi inmediatamente: “Se me ocurre que sea bueno que Aguirre sepa de cerca nuestra amistad y ojalá que hable con UD. Muy ocupado. Va para él la carta adjunta. Como Ud, ve, caro Frey (sic), voy a encomendarle mis asuntos reales, que son muy pobre cosa. Es un acto de cabal confianza.
Me los manejaba don Pedro”. Matías Tagle comenta que este libro se fue armando sobre la base de cartas con distintos presidentes, y con algunos de ellos mantiene correspondencia desde antes de que llegaran a ocupar el principal sillón de La Moneda.
También hay numerosos escritos publicados en “El Mercurio” donde expresasu visión hacia mandatarios a quienes no alcanzó a conocer o no tuvo contacto directo, como José Manuel Balmaceda y Juan Antonio Ríos (1888-1946). “Con Pedro Aguirre Cerda y con Eduardo Frei Montalva tuvo más cercanía porque eran sus apoderados legales. Cuando eligen al primero de la República, sabe que no puede seguir encomendándole esta tarea y le pide a Frei que sea su apoderado.
Sea usted, mi Pedro, mi piedra sólida y durable de Chile”, le dice al político de la Falange”, expresa el historiador, quien destaca que si bien la Fundación Eduardo Frei publicó en 1989, con editorial Planeta, Memorias y correspondencias con Gabriela Mistral y Jacques Maritain, en este “libro no están todas las cartas.
Yo tuve acceso, gracias al aporte de importantes mistralianos —como Luis Vargas Saavedra— a una mayor cantidad de escritos”. Él investigador reconoce que le impresionó el discurso de Mistral tras recibir el Premio Nobel en 1945. “No fue algo menor. Una mujer latinoamericana recibe un reconocimiento contundente y macizo y ella elige el discurso para definirse como hija de la democracia chilena. Esa es su definición. ¡Es fuerte! Con esa frase se incorpora a lo más medular de lo chileno, a la historia de Chile y lo hace de manera consciente”, dice. Matías Tagle añade que su “vida, sus andares, y venires le permitieron conocer desde Arica a Punta Arenas, en tiempos en que viajar no era tan habitual. Ese conocimiento de Temuco, Santiago o del Valle del Elqui la hace genuinamente chilena.
Mistral supo captar esa chilenidad profunda”. —Usted habla de una fascinación de la Mistral hacia Balmaceda. ¿A qué atribuye esa visión tan elogiosa? —Es curioso, porque no se conocieron (la autora tenía dos años cuando él se suicidó), pero en las palabras dela pocta se puede advertir una fascinación porel ícono. Habla de “la cabellera romántica” y, en la misma línea de nobleza, se refiere a él como un patricio. El historiador Eduardo Devés, al hablar de Balmaceda, presenta una imagen con granclarividencia y parece que la Mistral debió haber trabajado esas mismas imágenes, porque eran lasoficiales de su tiempo. Devés señala que se produjo, en los años siguientes a su muerte, una suerte de culto popular hacia su figura. Era habitual que en las casas hubiese una foto de él con mucho dorado, yeso y que alimentaba la leyenda popular, y sobre esa base la poeta construye su mirada ¿ del político. Eso sí, hay que reconocer la preocupación del Presidente por las regiones, por el tendido de ferrocarriles, y por eso no resulta extraña esa leyenda que se construyó en tormo a su legado. Por otro lado, al analizar la guerra civil de 1891, la autora tomó partido por Balmaceda. Mistral es de amores y de pasiones, y de odios también. Es sin duda una "mujer política. Yo hubiera querido hacerle una introducción más larga a este libro, tan Jarga que habría constituido un ensayo aparte sobre el vínculo de ella con el poder. Debe haber tenido una debilidad o admiración por el poder político, porque no en vano se cartea con tantos presidentes de nuestro país y del mundo.
En las páginas finales añadí un colofón donde rescato con Rómulo Gallegos, quien fue Presidente de Venezuela; con el mandatario Álvaro Obregón, de México, y con el líder Eduardo Santos de Colombia, por citar a algunos”. —¿ Por qué siente animadversión hacia Carlos Ibáñez del Campo? —Lo primero esque la Mistral lo describe como “un milico de botas altas”, con lo cual muestra su talante claramente antimilitarista que recorrerá la mayor parte de sus apreciaciones hacia su gobierno. No fue, eso sí, una relación compleja.
Lo que pasa es que ella le tiene animadversión a los uniformes, En segundo lugar, no creo que por voluntad de Ibáñez propiamente tal, perosícreo que por su ministro de Hacienda, Pablo Ramírez, dejan de pagarle su jubilación como protesoraprimaria y, por lo mismo, ve una disminución desus ingresos pecuniarios durante un período bastante significativo. Yo creo que Ramírez es quien instiga para quenole paguen. Tengo entendido que él era, además, radical y masón y, quizás, por ese lado puede venir una explicación dela malquerencia por parte de la masonería. Así de tenue, frívolo y liviano pudo ser este hecho, es decir, bastó que alguien dijera quítenle esta pensión a esta “católica pechoña”, y así terminó ocurriendo.
Por otro lado, y ahí hay una paradoja, durante el segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, Gabriela Mistral llega a Chile por poco más de un mes y recibe todotipo de homenajes encabezados porel Presidente, los cuales agradece con formalidad. —También señala que la apreciación de Gabriela respecto de González Videla fue de dulce y agraz... —Con él fue particularmente dura, aunque no llegó al nivel de rechazo que manifestó hacia Ibáñez del Campo.
Mistral le hace partícipe a Eduardo Frei del lujo y la falta de sobriedad que está viviendo el país y le escribe que “para colmo el Patrón (alusión a González vuelve también maniquí de fiesta”. De éltiene la imagen de que es bueno para el baile, bueno para la fiesta, liviano y medio frivolón. En este caso, no hay cartas conste presidente, pero sfescribesobre él y manifiesta su opinión con muchos de sus cercanos. GABRIELA MISTRAL Y LOS PRESIDENTES DE CHILE Matías Tagle Domínguez Ediciones UC, 2022,460 páginas, $20.000. EPISTOLARIO E: ENTREVISTA Nuevas aristas de la poeta No en vano se Cartea con tantos presidentes de Nuestro país y del mundo”. Le pide a Frei que sea su apoderado. “Sea usted, mi Pedro, mi piedra sólida y durable de Chile”, le dice al político de la Falange”. Ella elige el discurso (del Nobel) para definirse como hija de la democracia chilena.
Esa es su definición. ¡Es fuerte! Con esa frase se incorpora a lo más medular de lo chileno, a la historia de Chile”. Otra novedad: Reeditan “Motivos de San Francisco” Bajo ediciones UDP también acaba de aparecer otra importante novedad vinculada a la autora de Tala.
Se trata de Motivos de San Francisco y otras prosas cristianas ($15.000 ). La edición de este texto mistraliano fue realizada por Sebastián Astorga, doctor (c) en Literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien rememora que se encontraba investigando sobre el modo en que la autora del Valle del Elqui comprende la naturaleza, principalmente desde el Poema de Chile y sus crónicas y ensayos sobre viajes. *Una de las claves con las que di fue la insistente búsqueda de unidad, de gracia, de desasimiento y éxtasis de la poeta en la naturaleza, Todos, finalmente, aspectos religiosos, sean animistas, paganos o cristianos”, afirma el investigador. Añade que, en ese contexto, la figura de San Francisco cobra particular importancia, por su concepción sagrada y celebratoria que tiene del mundo y su radical voto de pobreza.
De esta manera decidió continuar por esa veta y rescatar sus Motivos de San Francisco, alos que llegó a través de su primera edición de 1965, disponible en el sitio Memoria Chilena de la Biblioteca Nacional, "así como textos dispersos sobre otros santos y asuntos cristianos que valía la pena verlos reunidos en un libro, idea que conversé con Folipe Gana en Ediciones Universidad Diego Portales, con quien trabajo hace varios años", explica el editor. Astorga agrega que este trabajo es muy interesante por varias razones.
Por un lado, apunta, aunque ella no alcanzó a verlo impreso, sería su primer libro en prosa (completo de su autoría), el cual planificaba lanzarlo en 1926, cuando se conmemoraban 700 años de la muerte de San Francisco. "Como el libro, sin embargo, lo siguió escribiendo durante varios años, se pueden apreciar en él evoluciones estilísticas de su prosa, desde sus inicios más apegados al modernismo al despliegue de una voz más propia. Por último, y lo más importante, en este libro da preciosas entradas para acercamos a su concepción de la espiritualidad y la religión”, expresa.
Sobre las razones del interés de la premio Nobel hacia San Francisco de Asís, Sebastián Astorga considera que en él cuajan varias de las características que Mistral buscaba para sí misma, "Una mística de la naturaleza, la liviandad, la humildad, la entrega hacia la belleza del mundo, too lo cual era posible conjugar por medio del canto y la poesía. San Francisco fue poeta, asimismo lo fue Santa Teresa de Ávila, quien también aparece retratada en este libro en un hermoso texto”, concluye.