"El colegio sigue siendo a las 8 am; una tortura que va en desmedro de la calidad y la evidencia científica"
Pablo Egaña N o tiene redes sociales, exceptuando LinkedIn por pega.
Controla el uso de la tecnología de sus hijas, y apaga el celular y el computador durante las noches porque le gusta terminar sus días escuchando música, tomando una copa de vino y leyendo. "Todo muy análogo" dice el economista Pablo Egaña, desde Isla Negra, donde está por las vacaciones escolares de sus hijas.
Casado con una socióloga que conoció en Nueva York, cuenta que vivió casi diez años en el extranjero, entre Estados Unidos y Malasia, experiencia que lo marcó profundamente y le dio una perspectiva más amplia de la realidad. "Lo que está pasando en Chile no es un fenómeno nuevo, está condicionado por la trampa de los ingresos medios, de la cual, lamentablemente, pocos han salido y no hay balas de plata, " dice con tono de preocupación. Master y PhD en Desarrollo Económico Sustentable de la Universidad de Columbia en Nueva York, y director del magíster en Negocios Sostenibles de la Escuela de Negocios de la U.
Adolfo Ibáñez; cuando tenía 23 años lo llamaron del gabinete del exministro de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley, como consultor para trabajar en el tema de "la trampa" de los ingresos medios, que Foxley y la gente de Cieplan ya veían como una amenaza. Luego fue ayudante del economista Andrés Velasco en Estados Unidos.
Pero Egaña se dio a conocer masivamente en mediados del 2020 por estudiar los efectos de la pandemia y la automatización en el mercado laboral, pronosticando nuevos escenarios sobre el futuro del trabajo. "Funciones que haces tú se van a automatizar, te darán más tiempo, pero a la vez se necesitarán nuevas habilidades como la resiliencia, la adaptación al cambio, el pensamiento crítico, la creatividad y el reaprendizaje para las nuevas pegas", afirma.
Exbaterista de la banda Santiago Beatnik, relata que planea usar «ChatGPT» para hacer letras de canciones con una nueva banda, y que trabajó con las Orquestas Juveniles de Curanilahue, investigando la influencia de la música en el desempeño académico.
Le pregunto por la educación de sus hijas y me responde con un ejemplo que revela su mirada original: "Cuando las siestas están relacionadas con el proceso educativo, son muy beneficiosas para el aprendizaje de los niños, porque cuando ellos duermen, fijan la memoria de lo que aprendieron en la mañana. Algo parecido pasa con los adolescentes a los que les cuesta despertarse temprano. Sería mucho mejor que las clases comenzaran a la 10 de la mañana.
Pero en Chile el colegio sigue siendo a las 8 am; una tortura gratuita que va en desmedro de la calidad educativa y la evidencia científica". "Habrán muchas frustraciones en el camino" --¿ Cómo se podría mejorar el sistema educativo en Chile? --Hay que hacer una revolución cultural en las habilidades socio emocionales. Reformular qué es lo que se va a hacer al colegio y qué es lo que se aprende. Debemos abandonar ciertos contenidos y focalizarnos en capacidades como la resiliencia, la adaptación al cambio, y el reaprendizaje.
Mi sensación es que esto no se motiva en los colegios, más allá de cumplir con los 12 juegos, como decían Los Prisioneros. --Te gusta la música y estudiaste la Orquesta Juvenil de Curanilahue. ¿De qué te sirvió esa experiencia? --Además de enseñarte a trabajar en equipo, y aprender a tocar un instrumento, era un proceso que enfrentaba a los alumnos a algo difícil, a entender una partitura que no sabían leer, y que ellos tenían que estudiar en función de algo mayor. A fin de año tocaban frente a todo el colegio y en la Plaza de Armas de la comuna, lo que hacía valoraran sus esfuerzos y logros. Eso generaba un progreso reconfortante a lo largo del proceso de aprendizaje. Por eso creo que, en este cambio del modelo educativo, se tiene que enseñar creatividad, arte, y pensamiento crítico.
Y para eso necesitamos recursos porque si Pablo Egaña: "El colegio sigue siendo a las 8 am; una tortura que va en desmedro de la calidad y la evidencia científica" El economista y académico de la U. Adolfo Ibáñez, dice que "hay que hacer una revolución cultural en las habilidades socio emocionales.
Reformular qué es lo que se va a hacer al colegio y qué es lo que se aprende". Por Daniel Rozas "El colegio sigue siendo a las 8 am; una tortura que va en desmedro de la calidad y la evidencia científica". no es ineficiente. Si a un niño le enseñas a tocar con instrumentos de mala calidad, al poco andar, se va a desmotivar. Obviamente también los niños tienen que aprender matemáticas, estadística o algoritmos; que ya es como leer y escribir. O aprender cosas tan elementales como manejar datos. Hoy es importante hacer inferencias y conjuntos para entender lo que uno lee en el diario o lo que pasa en la economía. Pero más horas no aumentan los resultados, como lo han mostrado los trabajos que evalúan la Jornada Escolar Completa. Uno podría pensar que tiene otros beneficios, como haber sacado a los niños de las calles, pero tampoco hay evidencia de eso. Al final hay una inercia, un status quo muy grande en el sistema. --¿ Cómo enfrentamos estos desafíos tecnológicos? --Hay que adaptarse y reaprender. Hoy estamos enfrentando un creciente poder de estas tecnologías para desarrollar tareas complejas y humanas. Todo esto va de la mano del internet, la nube, la inteligencia artificial, la big data, y la creciente capacidad de procesar datos. Y lo que aparece ahí es que es necesario desarrollar el pensamiento crítico, las habilidades interpersonales, el liderazgo, la comunicación, y la creatividad.
Tenemos que aprender a hacer nuevas cosas en el trabajo. --¿ Crees que los estudiantes universitarios, en algunos casos, se están formando para ejercer trabajos que no existirán? --He leído algunas cosas sobre esa transición y es dramática. Hay un descalce entre las demandas de las competencias laborales y las ofertas. Por eso creo que ponerse hoy a planificar cosas que en 20 años serán irrelevantes puede ser un error garrafal en políticas públicas. Por ejemplo, hace cinco años se puso de moda estudiar programación. Y puede ser muy riesgoso volcar a una generación entera a aprender a programar y que después no haya trabajo en eso. Hoy plataformas como «ChatGPT» trabaja con Python y, quizás, ese software no te va a hacer un código para algo sofisticado, pero te servirá para la programación básica: páginas web y optimización de sistemas. Funciona relativamente bien y, en un par de años, a la velocidad que va, lo hará mejor. Por eso refuerzo el punto de que hay que tener resiliencia ya que habrán muchas frustraciones en el camino.
Cosas a las que les dedicaste mucho tiempo aprendiendo, pueden pasar a ser poco productivas o reemplazables. --En ese sentido. ¿Cómo ves la tolerancia a la frustración de las nuevas generaciones? --Hago clases en la universidad desde hace 15 años y los estudiantes son distintos. Son mucho más negociadores. Antes tú dabas las instrucciones al comienzo del semestre y los alumnos acataban las reglas y las fechas. Ahora es difícil. Ellos te negocian las fechas de las pruebas, los trabajos, y eso es una buena habilidad. Negocian buscando un balance entre estar con sus amigos, la familia, y el estudio.
Las nuevas generaciones, si bajamos la pelota y somos fríos, son las que más van al colegio, las que tienen menos ausentismo, estudian más en la universidad, se cambian más de trabajo, viajan y buscan nuevas experiencias. Es decir, toman riesgos, quieren estar preparados y se atreven. "Hay médicos, abogados, e ingenieros que corren el riesgo de perder su trabajo" --Las ideologías políticas surgen como reacciones a las tecnologías. Por ejemplo, el marxismo respondió a la industrialización. ¿Cómo estamos reaccionando ahora? --Estoy realizando un trabajo para la CEPAL que relaciona los estratos sociales y los riesgos de automatización. Una de las ideas de ese estudio fue entender qué es la clase media, cuáles son sus aspiraciones y sus riesgos potenciales frente a la revolución industrial que estamos viviendo. Pero también hay médicos, abogados, e ingenieros que corren el riesgo de perder su trabajo. Lo más complicado será el cambio de la naturaleza del trabajo, porque cuando cambia la tecnología, cambia la naturaleza del trabajo y el significado de qué es ser un trabajador.
También cambia lo que la gente aspira del trabajo y lo que las empresas esperan de los trabajadores. "Entre la pandemia y el efecto tecnológico de la automatización, los más afectados fueron la gente de mayor edad, la gente más pobre, la gente con más hijos, y el sector informal, según estudiamos en otro trabajo publicado recientemente. Por eso aparecieron con más fuerza demandas a soluciones de política pública como el Ingreso Básico Universal, y la PGU, (Pensión Garantizada Universal), o los bonos focalizados. Como te decía: el futuro del trabajo será con resiliencia, adaptación al cambio, y reaprendizaje. Pero esos factores requieren de apoyo y eso se dará más fácil en las capas medias y superiores.
Es muy difícil creer que los estratos más bajos van a tener las herramientas necesarias para hacer esa reconversión". --A tu juicio: ¿ qué ideología política puede adecuarse mejor a la industria 4.0 y los nuevos riesgos de la automatización? --Hay libros súper interesantes sobre este tema como "La trampa de la tecnología" de Carl Frey, donde se dice que, políticamente, desde la época de los Médicis, los gobernantes han tendido a reprimir la disidencia, como fue el caso de los luditas en Inglaterra, pero al mismo tiempo favorecen una especie de populismo anti tecnológico. Frey argumenta que dada la fragmentación política y desafección de las clases medias, es probable que surjan populismos incluso en países más desarrollados. Pero si uno es pragmático, los beneficios también pueden ser suficientes para que el Estado entregue mayor bienestar y que la gente tenga mayor tiempo libre. Eso lo vimos hace poco con la aprobación de las 40 horas semanales.
Hace un par de años era una locura, y ahora fue votada por unanimidad. --¿ Qué profesiones se verán perjudicadas? --Más que enfocarme en profesiones, me gusta pensar el problema con el enfoque tareas y habilidades. Es muy probable que las ocupaciones o profesiones no se acaben. Por ejemplo, la profesión de un periodista no se va a acabar, pero sí cambiará lo que hace un periodista en el día a día. Si eres periodista y escribes, haces entrevistas, o manejas redes sociales, y además haces análisis de campañas; es posible que dejes de hacer ese análisis de campañas porque eso lo hará un software. Lo mismo pasará con los abogados que no litigan, sino que juntan antecedentes o hacen contratos. Ellos van a tender a bajar su carga profesional.
Lo mismo los médicos que se dedican a hacer muestras de sangre o a tomar imágenes. --¿ Cuál será el impacto de la automatización para las mujeres en el mercado laboral en Chile? --Los estudios para Estados Unidos dicen que en la clase media industrial gringa, le afectará más a los hombres. Pero yo hice un estudio para América Latina y la evidencia dice que le afectará un 2% más a las mujeres. Eso suena como poco, pero es harto. Para Chile el resultado es al revés: los hombres se verán más perjudicados. Mi sensación, después de ver la literatura al respecto, es que ya existen mucha desigualdades de género en Chile. La participación laboral femenina es la peor de América Latina. En Chile la participación femenina aumentó de un 47% a un 53% entre 2010 y 2019, pero se encuentra bajo el promedio de la región. Además, esta incorporación al mercado laboral no ha sido homogénea y existe una segregación de género. Esto ha llevado a que las mujeres sean contratadas en trabajos con peores sueldos en comparación a los hombres.
Y la brecha salarial entre hombres y mujeres es de un 21%. Hay inequidades y la automatización viene a reforzar estos problemas. --¿ Qué profesiones tendrán mayor requerimiento en el futuro? --Es difícil hacer predicciones, pero los que sean expertos en inteligencia artificial y tecnología se verán favorecidos. También la industria de la salud, educación y los cuidados de niño y ancianos. Pero sobre todo, proporcionalmente, aumentará la demanda de la industria del bienestar. El wellness, los instructores de yoga, pilates o deportes, también el turismo y las experiencias presenciales. Ir a un estadio y vivir una experiencia de música o deportiva; la demanda por eso hoy ya es impresionante, basta ver los precios y la velocidad con que se agotan las entradas. Profesiones que conectan con los jóvenes cuyo objetivo ahora es desarrollarse integralmente, y no solo estudiar una carrera, casarse, tener hijos o dedicarse a trabajar para pagar cuentas. Ponerse hoy a planificar cosas que en 20 años serán irrelevantes puede ser un error garrafal en políticas públicas". Antes dabas las instrucciones al comienzo del semestre y los alumnos acataban las reglas.
Ahora te negocian las fechas de las pruebas, los trabajos, y eso es una buena habilidad". "El colegio sigue siendo a las 8 am; una tortura que va en desmedro de la calidad y la evidencia científica".