Autor: CLAUDIA RIVAS A.
Las credenciales del nuevo presidente del TC y su rol tras el fin de la era Brahm
Con Juan José Romero se inició una nueva etapa en la que el organismo deberá navegar en paralelo al proceso de la Convención y los cambios que ésta podría proponer.
Se lo veía como el favorito para reemplazar en el cargo a María Luisa Brahm, que no fue del todo una sorpresa que el ministro Juan José Romero(53) resultara electo para encabezar el Tribunal Constitucional, en una presidencia que es considerada por algunos como de “transición”, Puesto que el abogado termina su periodo como integrante del organismo en marzo de 2022. Lo que sí llamó la atención fue el fuerte respaldo recibido, ya que su opción fue apoyada por nueve de sus pares, salvo la ahora expresidenta del organismo, María Luisa Brahm, quien optó por abstenerse. Romero tiene una larga trayectoria en el área profesional.
Es miembro del Judicial Council de la International Association of Law Schools (LALS); profesor asociado (ordinario) E ES “Es garantía de de los procesos internos, pero también de conocimiento de las críticas de que ha sido objeto el TC”. MARISOL PEÑA EXPRESIDENTA DEL TC: “El primer desafío es recuperar el normal funcionamiento del TC y su prestigio”. ENRIQUE NAVARRO EXPRESIDENTE DEL TC de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica en materias de Derecho Constitucional y Derecho Económico, entre otras; doctor en Derecho de la sidad de Salamanca, España, y Master of Science in Regulation The London School of Economics and Political Science, University of London, Inglaterra. Asimismo, es postitulado en Administración de Empresas (ESAE) de Escuela de Administración de la U. Católica.
Además fue miembro titular de la European Commission for Democracy through Law 1 (Venice Commission), y también fue ministro suplente del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (2008-2013). ' Aterrizó en el TC, designado por la Cámara y ratificado por el Senado en marzo de 2013.
De ahí que algunos estimen que su mandato será de “transición”, en el que deberá enfrentar como principal desafío conducir el tribunal en paralelo a las funciones de la Convención Constitucional, que se presume intentará hacerle cambios profundos al organismo.
Las tareas en la mira La expresidenta del TC, Marisol Peña, ve con buenos ojos la presidencia de Romero, ya que su cuarta antigúedad es “garantía de dominio de los procesos internos, pero también de conocimiento cabal de las críticas de que ha sido objeto el TC”. Peña no economiza elogios, calificándolo de ecuánime y estudioso. Otro expresidente del organismo, Enrique Navarro, destaca la trayectoria de Romero, su prudencia e independencia, pues estima que estas son condiciones básicas para ejercer sus funciones.
Y subraya que la votación casi unánime con que fue electo “da cuenta del aprecio de sus pares”. En la misma línea, la constitucionalista Tania Busch cree que los respaldos obtenidos por Romero podrían ser un signo de “la superación de los conflictos internos” que ha atravesado el tribunal.
Por su parte, su par constitucionalista Tomás Jordán hace hincapié en “Deberá saber leer correcta y prudentemente los agrtados tiempos políticos, con respeto a sus procesos”. TANIA BUSCH CONSTITUCIONALISTA “El desafío mayor será mantener al TC en la Constitución”. TOMÁS JORDÁN CONSTITUCIONALISTA que el nuevo presidente es del ala conservadora, por lo que se estaría volviendo a esa línea. Entre los desafíos que deberá enfrentar el nuevo presidente, todos coinciden en que deberá tener un rol relevante en el proceso constituyente, dialogando con la Convención y resaltando la importancia de institución, como señala Navarro.
En este punto, Peña complementa apuntando que a Romero le corresponderá organizar la posición que el tribunal adoptará frente a las decisiones de la Convención sobre su propia existencia y en cuanto órgano encargado de controlar la constitucionalidad de las leyes y otras normas jurídicas. En este sentido, según Jordán “el desafío mayor será mantener al TC en la Constitución”, en el marco de lo que ocurra en la Convención, y funciones que se van a mantener. Pero también tendrá que demostrar si tiene la capacidad de atenuar los añade.
Siguiendo esta argumentación, Busch añade que los desafíos de Romero pasan por “saber leer correcta y prudentemente los agitados tiempos políticos, con respeto asus procesos”. se lo veía como el favorito para reemplazar en el cargo a María Luisa Brahm, que no fue del todo una sorpresa que el ministro Juan José Romero (53) resultara electo para encabezar el Tribunal Constitucional, en una presidencia que es considerada por algunos como de “transición”, Puesto que el abogado termina su periodo como integrante del organismo en marzo de 2022. Lo que sí llamó la atención fue el fuerte respaldo recibido, ya que su opción fue apoyada por nueve de sus pares, salvo la ahora expresidenta del organismo, María Luisa Brahm, quien optó por abstenerse. Romero tiene una larga trayectoria en el área profesional.
Es miembro del Judicial Council de la International Association of Law Schools (LALS); profesor asociado (ordinario) de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica en materias de Derecho Constitucional y Derecho Económico, entre otras; doctor en Derecho de la sidad de Salamanca, España, y Master of Science in Regulation The London School of Economics and Political Science, University of London, Inglaterra. Asimismo, es postitu= lado en Administración de Empresas (ESAE) de Escuela de Administración de la U. Católica.
Además fue miembro titular de la European Commission for Democracy through Law 1 (Venice Commission), y también fue ministro suplente del Tribunal de Defensa de Competencia (2008-2013). Aterrizó en el TC, designado por la Cámara y ratificado por el Senado en marzo de 2013.
De ahí que algunos estimen que su mandato será de “transición”, en el que deberá enfrentar como principal desafío conducir el tribunal en paralelo a las funciones de la Convención Constitucional, que se presume intentará hacerle cambios profundos al organismo.
Las tareas en la mira La expresidenta del TC, Marisol Peña, ve con buenos ojos la presidencia de Romero, ya que su cuarta antigúedad es “garantía de dominio de los procesos internos, pero también de conocimiento cabal de las críticas de que ha sido objeto el TC”. Peña no economiza elogios, calificándolo de ecuánime y estudioso. Otro expresidente del organismo, Enrique Navarro, destaca la trayectoria de Romero, su prudencia e independencia, pues estima que estas son condiciones básicas para ejercer sus funciones.
Y subraya que la votación casi unánime con que fue electo “da cuenta del aprecio de sus pares”. En la misma línea, la constitucionalista Tania Busch cree que los respaldos obtenidos por Romero podrían ser un signo de “la superación de los conflictos internos” que ha atravesado el tribunal. Por su parte, su par constitucionalista Tomás Jordán hace hincapié en que el nuevo presidente es del ala conservadora, por lo que se estaría volviendo a esa línea. Entre los desafíos que deberá enfrentar el nuevo presidente, todos coinciden en que deberá tener un rol relevante en el proceso constituyente, dialogando con la Convención y resaltando la importancia de institución, como señala Navarro.
En este punto, Peña complementa apuntando que a Romero le corresponderá organizar la posición que el tribunal adoptará frente a las decisiones de la Convención sobre su propia existencia y en cuanto órgano encargado de controlar la constitucionalidad de las leyes y otras normas jurídicas. En este sentido, según Jordán “el desafío mayor será mantener al TC enla Constitución”, en el marco de lo que ocurra en la Convención, y funciones que a mantener. Pero también tendrá que demostrar si tiene la capacidad de atenuar los añade. Siguiendo esta argumentación, Busch añade que los desafíos de Romero pasan por “saber leer correcta y prudentemente los agitados tiempos políticos, con respeto a sus procesos”.