CEP: Pérdidas por la pandemía en educación equivaldrían a una disminución del 5, 5% del PIB hasta finales de siglo
Un nuevo estudio, elaborado por el Centro de Estudios Públicos (CEP), deja de manifiesto los graves efectos que tuvo el cierre de las escuelas —a raíz de la pandemia del coronavirus— en miles de estudiantes a lo largo del país y el mundo entero. El documento vio la luz justamente en tiempos donde el Presidente Boric ha salido a reconocer públicamente su responsabilidad por la crisis educativa que afecta a miles de familias. Según establece la investigación, Chile es uno de los países más afectados por las distintas medidas de restricción. Entre las más importantes consecuencias, destaca un aumento de la deserción y el ausentismo escolar, pérdida de aprendizajes, aumento de la desigualdad y empeoramiento de la salud mental. Es sobre la disminución del aprendizaje que el documento pone especial atención. Y es que una de sus principales conclusiones es que para los años 2020 y 2021 se estima una pérdida de más de un año escolar. Para peor, se proyecta que en el largo plazo, el deterioro en la enseñanza equivaldrá a la reducción de un 5,5% del PIB. Esto último, a raíz del perjuicio en el capital humano, cuyo costo es de más del 300% del PIB actual. La realidad descrita afectaría principal mente a los sectores más pobres del país, lo que deja en evidencia una nueva fuente de desigualdad. Basándose en cálculos hechos por el Centro de Estudios del Ministerio de Educación (Mineduc) y el Banco Mundial (2020), la pérdida de aprendizajes, porcentualmente, es mucho mayor en los estudiantes de menores recursos. Por solo poner un ejemplo, de mantenerse las escuelas cerradas durante seis meses, la disminución de contenidos sería de un 15% para el quintil más rico y de un 50% para el quintil más pobre. Sobre los efectos en la salud mental, las cifras son igualmente preocupantes. Así lo muestra un análisis sobre el impacto de la pandemia en estudiantes de prekínder a cuarto básico, de 46 establecimientos de la Región Metropolitana. Después de conversar con algunos padres y comparar sus respuestas con los números prepandemia, se vislumbró un mayor riesgo en los alumnos a sufrir ansiedad y depresión.
De estos síntomas, sobresalen "estar triste”, “falta de ganas en actividades que les gustan”, "cambios en el apetito” y "problemas para dormir”. Un 26,9 % de los niños dijeron experimentar dificultades para conciliar el sueño, cosa que antes no tenían.
DESAFÍOS PARA EL FUTURO Para los autores del estudio, Sebastián Izquierdo y Gabriel Ugarte, si bien el Estado ha impulsado una serie de medidas para contrarrestar la crisis, la mayoría de estas no ha sido suficiente. "Ante la grave situación educativa se requiere un plan robusto, uno que durante el año pasado no tuvimos, uno que cuente con presupuesto, coberturas y plazos acordes con los múltiples efectos que dejó la pandemia”, comenta Izquierdo. El estudio resalta que si bien el Mineduc anunció en mayo del año pasado la Política de Reactivación Educativa Integral "Seamos Comunidad", la medida no fue ejecutada con efectividad.
Entre los problemas que tiene, se destaca que, en algunas de las iniciativas de la Política de Reactivación, la implementación fue en una escala menor a la nacional, con cobertura acotada y un presupuesto del PIB (0,008%). Para peor, el estudio advierte una falta de seguimiento público de las medidas adoptadas. Ahora, ¿qué es lo que se recomienda hacer? En base a la experiencia comparada, los autores señalan una serie de recomendaciones para el país. Por un lado, aumentar el gasto en la materia y que este vaya acompañado de una evaluación. Por otro, implementar programas guiados en la evidencia. Y por último, acordar un plan nacional de recuperación.
Para Izquierdo, las recientes declaraciones del Presidente Boric, donde admite su responsabilidad en la crisis educativa derivada de la pandemia, abren un camino. "Con la señal que el mandatario dio la semana pasada, se abre una oportunidad de trabajo mancomunado, que involucre al Estado en su conjunto y a la sociedad civil, con mirada de país y sin mezquindades”. Junto a las políticas ya descritas, se recomienda diseñar un programa de evaluación, para monitorear la situación mental y socioemocional de los estudiantes censalmente, y entregue retroalimentación oportuna. El cierre de las escuelas causará grandes daños al país, de acuerdo al CEP. Cifras: 26,9 % de los niños encuestados dijo tener problemas para dormir. 50% sería la disminución de contenidos que sufriría el quintil más pobre, con seis meses de escuelas cerradas.