Rebautizar
Rebautizar Señor Director: Nos encontramos ante una generación completa que necesita rebautizar una serie de elementos, costumbres y patrimonios para "encontrarles sentido" y sentirlos propios. A propósito del proyecto de cambio de nombre de algunas calles en el centro de Santiago, la negativa manifestada por los vecinos de Namur dejó en evidencia el impacto de una medida como esa.
Pareciera que nos estamos perdiendo en debates de forma, pero no de fondo; descuidamos la tradición de los barrios y su riqueza histórica, pero, sobre todo, caemos en el riesgo de creer que las urgentes necesidades de los vecinos de una comuna se resuelven mediante decreto alcaldicio sin siquiera tener en cuenta la opinión de sus habitantes.
Este tipo de decisiones, basadas única y exclusivamente en criterios político-coyunturales, expone a la ciudadanía, dejándola vulnerable ante una serie de aspectos prácticos: cambiar el domicilio tiene implicancias que van desde la correspondencia hasta efectos en trámites tributarios.
Ni hablar de las naturales asociaciones del nombre de un barrio y su vínculo con una actividad comercial o turística determinada; estamos hablando de locatarios, en su mayoría pymes, a quienes les caerán costos importantes por este tipo de decisiones. Ojalá que resignificar los barrios tuviera más que ver con el cuidado del patrimonio y con medidas efectivas de seguridad y resguardo del espacio público. Ojalá podamos rebautizar nuestras ciudades con plazas seguras para las familias y con calles libres de comercio ilegal. Ojalá las autoridades municipales entendieran que la ciudad hace sentido cuando nos alberga a todos y, para eso, los cambios que se requieren son mucho más de fondo que el solo cambio de nombre. MARÍA IGNACIA RODRÍGUEZ Secretaria general de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC) Rebautizar.