Autor: María Cristina Jurado
Sofía Salas analiza las tesis sobre pedofilia
ESTA ACADÉMICA Y MIEMBRO DEL DEPARTAMENTO DE ÉTICA MÉDICO, DESGRANA SU MIRADA CRÍTICA SOBRE ESTOS TRABAJOS QUE CAUSARON DEBATE PÚBLICO. “LES FALTÓ RIGOR ACADÉMICO CON ELECCIÓN DE PÁRRAFOS Y CITAS SIN CONTRAPESO”, DICE. POR.. FOTOGRAFÍA: Sergio Alfonso López. Sofía Salas, médico cirujano, profesora investigadora del Centro de Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo y miembro del Departamento de Ética del Colegio Médico, sirve el café en su living. Décadas de trabajo en una de las ramas más delicadas de la ciencia y la filosofía, la ética, la han convertido en una autoridad. —Yo leí enteras las dos tesis. Y ahí me gustaría aclarar un tema que se confundió al inicio: algunos expertos dijeron que estas tesis tendrían que estar aprobadas por un Comité de Ética de la Investigación, pero no es así. Porque no hay sujetos humanos ni animales en las tesis, son puramente teóricas, no empíricas. Por lo tanto, un comité de ética de la investigación no tiene nada que hacer.
La pregunta de fondo es: si yo tengo una opinión preconcebida, por ejemplo, yo estoy a favor de la esclavitud o de la tortura y busco, dirigidamente, autores, novelas y películas, que cito fuera de contexto sin ninguna mirada crítica, para concluir que hay suficientes argumentos que validan la tortura o la esclavitud, habría un clamor generalizado de que esto no es aceptable. Porque la actual evidencia es tan contundente en contra de la esclavitud, que no se podría escoger y dejar de lado toda la otra línea de argumentación, tan simplemente. Y creo que eso fue lo que pasó aquí. Un trabajo de cherry picking.
El clamor mediático y académico que se generó en diciembre —y que hizo reaccionar desde el Colegio de Profesores a la rectoría de la Universidad de Chile— originado al salir a la luz pública dos tesis universitarias de 2020 y de 2016, una de pregrado y otra de Magíster de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Chile, cuyas conclusiones se interpretaron como una promoción de la pedofilia asociada a sentimientos infantiles y a la pedagogía, la remeció.
En 2016 Leonardo Arce escribió su tesis “Pedófilos e infantes: pliegues y repliegues del deseo” para optar al grado de Magíster en Estudios de Género y Cultura en América Latina, dirigido por la profesora Olga Grau, hoy jubilada. Y en 2020, para obtener el grado de Licenciado y Profesor de Educación Media con mención en Filosofía, Mauricio Quiroz presentó “El deseo negado del pedagogo: ser pedófilo”, dirigida por la docente Marcia Ravelo. Ambas tesis salieron a la luz pública hace dos meses y podían, hasta ahí, encontrarse completas, en el Repositorio Académico de la Universidad de Chile. Sin embargo, días después de aparecer en redes sociales y medios, fueron retiradas.
Dice la doctora Salas: —Mi crítica hacia estas tesis es que, al escogerse solo ciertas citas o párrafos de ciertos autores, se pierden los contrapesos y el equilibrio en el desarrollo y conclusiones de la investigación.
No es que yo me oponga a que se haga una tesis sobre la pedofilia, la EXPERTA EN ÉTICA: “Si yo (cito a autores) fuera de contexto, aunque la cita sea verídica, de alguna manera estoy haciendo una pequeña trampa intelectual”. tortura, la esclavitud, o el incesto. Debe haber libertad sobre las temáticas a investigar en la academia y yo estoy muy de acuerdo. Se puede, por ejemplo, hacer una revisión histórica de cómo en la antigúedad reyes y reinas se casaban a los cinco años en matrimonios concertados. Pero de ahí, yo no puedo decir que quiero promover que hoy las niñas se casen a los siete años. Salas sabe de lo que habla. Su abuela paterna, Rosa Amelia, se casó a los 13 años en 1905 con un señor quince años mayor.
Juntos tuvieron diez hijos y su padre fue uno de los menores. —Las expectativas de vida eran bien distintas y, probablemente, ella no debe haber sido la única en su generación que se casaba alos 13 o 14 años. Pero si yo traslado eso al siglo XXI no resiste análisis. Y hay que levantar la voz porque ahora las niñas y niños no debieran tener prácticas sexuales con adultos y tampoco casarse. Porque hoy a los 13 años un niño es un niño. El rigor académico fue un elemento que —dice esta especialista—, a ambos trabajos de la Universidad de Chile, les faltó. Un rigor que habría obligado a los tesistas a contrapesar y equilibrar sus citas porque, dice Salas, toda investigación actual solo puede construirse sobre la que ya existe. Y en cada tema, hay trabajos y conclusiones que avalan diversas miradas.
Aunque la Universidad de Chile bajó ambos trabajos de su Repositorio Académico, ante el debate público que generaron, Sofía Salas tuvo acceso temprano a ellos y los estudió. —Hice algunos apuntes de la tesis de pregrado de Mauricio Quiroz, que es cortita, de 24 páginas.
Él señala, textualmente, que la premisa que lo guía es que las relaciones entre pedofilia y educación, como pretendo mostrar y, a pesar de lo que pueda pensar el resto de los colegas, son intrínsecas e históricas”. —¿ Qué significa intrínsecas en ese contexto? —Que un pedagogo per se tiene que ser pedófilo. Y que el pedagogo es o debe ser inevitablemente pederasta... Y cita a un autor que yo no conozco. Casi toda la fundamentación de sus artículos es en base (al filósofo) René Scherer, con su libro, “La pedagogía pervertida”, del año 83. Cita también a autores conocidos, que, efectivamente, dijeron lo que dijeron. Por ejemplo, Foucault, junto con otros intelectuales franceses. Él hizo una declaración pública solicitando que se bajara la edad de consentimiento sexual, no me acuerdo si a los 12 años.
Pero si yo miro eso en el contexto actual... El problema es que estoy situando esta tesis hoy en Chile, con el conocimiento que se tiene sobre las relaciones de poder, la mayoría de las veces abusivas, entre un adulto y un niño. Salas observa que el autor eligió, con el método cherry picking, argumentos que favorecieron su idea, y omitió “todo lo demás que hay de conocimiento.
Porque una tesis de pre o posgrado se construye en base a lo que ya se sabe y da un paso más adelante, pero en forma equilibrada”. En su trabajo, Quiroz cita a filósofos como Sócrates en su relación con Alcibíades y a Rousseau con su obra “Emilio”. —Hablando de Emilio, dice: no lo dejéis solo ni de día ni de noche, acostaos en su Pero el sentido de eso en el texto, era que Emilio ya era un joven de 20 años y la tesis que sostenía era que los jóvenes a esa edad se inclinaban por placeres sexuales en solitario. Entonces el maestro tenía que estar cuidándolo para que no sucumbiera a estos deseos. Pero Rousseau ide ninguna manera! dice que es que él se vaya a acostar con Emilio.
Entonces, cuando yo cito, y esto vale para cualquier trabajo científico, si yo lo hago fuera de contexto, aunque la cita sea verídica, de alguna manera estoy haciendo una pequeña trampa intelectual porque estoy induciendo a pensar que estos autores de renombre están diciendo algo que apoya mi tesis—. La académica añade: —No tengo cómo juzgar las intenciones detrás de estas tesis. De repente puede ser: yo quiero hacer algo distinto, algo provocador.
Pero ahí está el rol del profesor guía y del comité de tesis (... ). Las tesis tienen un profesor guía, quien es el responsable y que va encauzando al estudiante en su búsqueda, manteniendo su libertad para elegir un tema. Y cuando está lista, se presenta ante un comité de tesis, que en todas las universidades hay. Por lo tanto, en la Universidad de Chile tiene que haber.
Y en la mayoría de las instituciones (yo he trabajado en la UDP y en la UC), al comité de tesis también se invita a un miembro externo, para mayor objetividad. —¿Qué opinión le merece que el Colegio de Profesores haya emitido un comunicado rechazando estos trabajos? —Las tesis tienden a ser bastante explícitas en señalar que todos los pedagogos se enamoran y se erotizan, y la de Quiroz dice que la historia de la educación es una historia de la pedofilia negada.
Entonces, a mí me parece que el Colegio de Profesores, habiendo tenido acceso a las tesis, no podía quedarse callado (... ). La preocupación me surge porque generaliza que todos los pedagogos son pedófilos y pederastas.
Y no pone contrapeso a los artículos que él buscó, a Foucault, a Scherer, sobre qué es lo que dice la psicología moderna o cuáles son, por ejemplo, las recomendaciones internacionales sobre la relación que debe haber entre docente y alumno.
La doctora Salas recuerda la dedicatoria de la tesis de magíster de Leonardo Arce en 2016, “Pedófilos e infantes: pliegues y repliegues del deseo”. Lee: —“Dedicada a los niños y niñas de deseo inquieto, para que alguna vez puedan tocarse y ser tocados sin miedo ni culpa. Y a los pedófilos de deseo culposo, para que exorcizen su malestar y sus temores para amar a quienes aman”. Y luego agrega: —Yo digo que es difícil darle una lectura distinta a esa dedicatoria. Él dice que hay que “abrir nichos en los cuales gente como uno, evidentemente deschavetada”, estoy citando. O sea, él se reconoce explícitamente deschavetado.
Pero yo aquí estoy evaluando una tesis de Magíster y no me es argumento suficiente la locura deschavetada de mi estudiante, porque yo debo conducirlo en una tesis a argumentos racionales, con los cuales tú puedas deliberar y argumentar con evidencia. Pero es muy difícil argumentar desde la mente deschavetada o locura enfermiza.
Y es curioso que la profesora guía no le haya preguntado: qué quisiste decir con esto. —Las universidades tienen deberes éticos con la sociedad... —A mí me parece —pensando en el comité de tesis, el profesor guía y la responsabilidad de la institución— que, cuando se acepta que se publique una tesis, en este caso al alero de la U.
De Chile, pero podría ser otra, tú estás avalando que el producto de esa investigación cumple con ciertos estándares científicos. (... ) Aceptando que cualquier tema puede y debe ser investigado en el ámbito académico, la metodología y el proceso deben ser rigurosos y la difusión de los resultados también. Y, si yo hago un proceso de búsqueda de la información sesgado, tengo un problema ético.