Autor: FRANCISCA ORELLANA
Soluciones baratas para proteger el piso flotante de los rayones de las sillas
Trabajando en el living de su casa: se llevó la silla de su oficina y se armó un escritorio en un rincón. Pero surgió un problema estético: tanto movimiento de la silla con ruedas empezó a desgastar el piso flotante. Se cambió a una de las habitaciones del departamento que comparte con su marido e hija y pasó lo mismo. "El piso se empezó a marcar porque es bien delicado. Lo notaba cuando limpiaba: yo pasaba el trapero y había rayas”, cuenta. Primero probó con una alfombra pequeña entre el piso flotante y la silla, pero las ruedas se trababan y su perro la escogió como cama.
Lo que mejor le ha resultado es usar un cubrepiso transparente de polipropileno. "Es una solución más práctica para mi oficina improvisada, no se mueve cuando muevo la silla y la puedo trasladar a cualquier parte de la casa. Además, la limpió fácilmente con un trapo húmedo, algo que no podía hacer cuando usaba alfombra”, detalla. R osalía Méndez (31 años) partió teleRosalía Méndez encontró en la alfombra de polipropileno su mejor solución. El problema de cambiar sólo la parte rayada Uno de los problemas que surgen cuando una lámina se daña es encontrar el modelo igual para cambiar sólo lo defectuoso y no todo el piso. “Cuesta mucho encontrar el mismo producto, la misma beta. Si no sabes la marca, es otro problema. A menos que se tengan algunas tablas guardadas”, afirma el arquitecto Sebastián Cifuentes. Mónica Torres civilagrega que el sol va destiñendo las palmetas.
“Si se va a cambiar, de todas formas va a tener un tono distinto al de su compañera, por lo que el costo de tener soluciones para protegerlo termina siendo marginal comparado con cambiar todo el piso”, indica Hay cubrepisos de polipropileno, protectores de patas y hasta ruedas de silicona Especialistas dicen que son soluciones de bajo costo comparadas con tener que cambiar todo el piso afectado. el arquitecto y académico de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Mayor, Sebastián Cifuentes, afirma que es un problema bastante habitual que suceda ya que todos los pisos, por muy duros que se vean a la vista, sufren un deterioro frente al roce de otro elemento como una silla. “Todos son afectos al desgaste. Es cosa de mirar incluso el mármol de las catedrales romanas que con el paso de la gente igual tienen un deterioro.
El tema es que en el piso flotante se nota más porque es de madera y cualquier cosa, como la base de una silla, un clavo, piedrita, virutilla por muy chica que sea, va a generar un raspón. Es como pasar una lija”, indica.
La ingeniera civil y directora de carrera de Ingeniería Civil de la Universidad San Sebastián, Mó_S nica Torres, agrega que el piso flotante, en particular, está disenado en cuatro capas, donde la que se suele dañar por el roce es la primera: “La capa superior tiene una protección de melamina transparente súper resistente, que cuando uno camina por ella no hay problema, pero cuando hay abrasión por un objeto punzante se va a romper”. Si bien los especialistas afirman que hay que cuidar el piso porque cambiarlo puede resultar costoso, ello no debiese impedir trabajar de forma cómoda porque existen soluciones de bajo costo para evitar el daño. Protectores de sillas "Hay un montón de formas de cuidarlos. Si tenemos un espacio de trabajo, en que hay que mover las sillas bien seguido o tienen ruedas, están unos cuadrados plásticos o cubrepisos que se ponen bajo la silla.
Son transparentes y prácticos para poder deslizarte, pero tiene el contra que son feos”, afirma el decorador José Vivanco (Ojosevivanco_decoracioness en Instagram). Andrés Cuadrado, gerente del área de Muebles y Hogar de la empresa de fabricación de policarbonato Dvp. Cl, detalla que estos cubrepisos son una lámina de polipropileno rígida semitransparente de 1,7 milímetros de espesor resistente al peso, que no se mueve con el vaivén de la silla. “Funcionan bien para piso flotante e incluso cuando hay losa radiante, ya que resisten hasta 120 grados de temperatura. Si bien es un cubrepiso rígido, tiene cierta flexibilidad”, indica. Cuestan desde $16.796. Para sillas como las del comedor, sin ruedas, existen los sets fieltros o protectores de patas, que son como alfombrillas que se pegan a la base y cuestan menos de $9.000.
El jefe de línea ferretería de Sodimac, Fernando Marín, señala que son los más vendidos dentro de la categoría de fijación autoadhesiva y destacan dos marcas: 3M y la marca propia Fixser. "Hay en rectángulos grandes que sirven para recortar a la medida o en círculos de diversos tamaños listos para pegar”, describe. En general, estos adhesivos duran hasta dos años. “Cuando hay desgaste se empieza a salir y hay que reemplazarlo”, afirma. Vivanco agrega que si bien estos son productos muy fáciles de usar, hay que estar atentos a su limpieza: “Se llenan de pelusas y pelos, por lo que hay que estar limpiando.
Yo soy de la idear de usar alfombras porque agrandan los espacios y los hacen ver más cálidos, pero tienen la desventaja de que se corren cuando uno manipula la silla”. Si nose quiere instalar ningún elemento adicional al piso cuando se tiene sillas con ruedas, existe la opción de comprar sillas que vengan con ruedas especiales de silicona o comprar sólo las ruedas. "No dañan el piso, ya que la silicona es más flexible frente al movimiento”, afirma Torres. En Mercado Libre hay proveedores de ruedas que van embutidas desde $11.900.