COLUMNAS DE OPINIÓN: Juramento hipócrita
COLUMNAS DE OPINIÓN: Juramento hipócrita E s famosa la inquina de Montaigne, y de Molière, contra los doctores. Los describen como miopes especialistas que ejercen una profesión improbable de enjuiciar --si nos operan bien o mal-y que se pasean, además, como sabios sacrificados en pos de servir a los demás. Sus burlas y quejas han envejecido bien.
Uno dice, todo bien con la técnica médica --ha sido útil para alargar esta pesada vida--, pero todo bien también con la técnica ingenieril, que nos ha protegido de los terremotos, o con la técnica abogadil, que nos ha librado de los violentos. ¿Qué les pasa entonces a los doctores? Es sabido que en Chile los «servidores públicos» faltan casi el doble al trabajo comparados con los privados, pero, entre los públicos, el récord lo ostentan los funcionarios de salud. ¿Dónde está su santidad? Hace años que sabíamos de las mafias y las malas costumbres laborales que dominaban el «mercado de licencias». Sin embargo, el Colegio Médico, sin vergüenza alguna, pagaba un inserto en El Mercurio reclamando por el exceso de fiscalización. Pobrecitos, los estaban vigilando. Estalla ahora el escándalo y aparecen, de repente, «sorprendidos» y «consternados», y con su vicepresidente involucrado. Todo esto era historia conocida.
Bastaba conversar con cualquier estudiante de medicina para escuchar de primera fuente los más decadentes cuentos de funcionarios y médicos que, además de vivir « t i r a n d o l i c e n c i a s » --fotos en la playa de por medio--, controlaban oscuramentehospitales, becas y consultorios. Es un nivel de cooptación experta, a costa de los chilenos, que no existe en otras profesiones, con la vergonzosa excepción de los notarios y el Colegio de Profesores. Y ojo, hay más: es sabido también que en Chile faltan oftalmólogos, ginecólogos y traumatólogos. Es imposible encontrar una hora para el dermatólogo y cualquier operación se atrasa por falta de anestesiólogos.
En regiones, simplemente no hay. ¿Motivos? Varios, pero el principal está en los doctores, quienes bloquean estructuralmente la formación de especialistas --o, antes bien, y otra vez, en los políticos, quienes miran impávidos--. Los oftalmólogos logran que estudien pocos oftalmólogos porque más competencia les bajaría el sueldo. Así de simple. Van a decir que no, que lo hacen en pos de «la calidad». Falso, eso se puede controlar. Recuerden que los optómetras iban a bajar la calidad científica. Van a decir también, junto a dermatólogos o anestesiólogos, que no darán abasto en infraestructura y personal pedagógico. Falso. Si son tan buenos para estudiar manuales, deberían leer uno de economía: la oferta se ajusta a la demanda. Antes existían unas pocas facultades de medicina, ¿se acuerdan? Más cupos, mayores campos clínicos, y más clínicas y más hospitales. Y con más doctores, consultas más baratas y menos chilenos muertos. No nos vengan con cuentos. Juramento hipócrita Fernando Claro V. "Estalla ahora el escándalo y aparecen, de repente, «sorprendidos» y «consternados», y con su vicepresidente involucrado".. -