Autor: ROLANDO ARAOS
CÓMO MANEJAR LAS COLMENAS MELÍFERAS EN ÉPOCAS DE ALTAS TEMPERATURAS
Es importante el monitoreo permanente del apiario LAS TEMPERATURAS SOBRE los 35 "Co 37 “C, como suele ocurrir en verano, puede ser altamente perjudiciales para el bienestar y sobrevivencia de las colmenas.
Idealmente deben mantenerse a una temperatura estable de entre 32 *C y 33 *C, pues las crías, que están presentes desde inicios de primavera hasta finales del verano, son sensibles a las oscilaciones térmicas bruscas época la reina está en plena postura y, por lo tanto, hay una nueva población que está ereciendo”, explica Patricia Aldea, veterinaria y directora del Centro para el emprendimiento apícola de la Universidad Mayor (Ceapimayor). Juan Carlos Galaz, ejecutivo de Innovación Agraria y especialista apícola de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), explica que la abeja trabajará para evitar que las temperaturas le afecten. “La abeja está preparada. Hay países que son más cálidos que Chile, donde las colmenas sobreviven perfectamente. Entonces, ¿cómo las ayudamos y apoyamos? Esa es la pregunta”, sostiene.
ACCESO A AGUA Las abejas no solo requieren agua para beber, sino también para disProporcionarles a las abejas una temperatura estable y protegerlas del ataque de plagas como la avispa chaqueta amarilla son solo dos de las medidas que plantean los expertos. Minuir y mantener estable la temperatura al interior de la colmena y así cuidar a sus crías.
Para eso las abejas obreras ingresan gotitas, que luego, a través de su lengua, esparcen sobre los opérculos, que corresponden a la capa que sella a las crías, generando humedad.. “Luego, con el aleteo, las ventilan, creando una pérdida de calor”, agrega Patricia Aldea.
Sin embargo, el ir y venir constante, transportando una gota a la vez, genera un gran desgaste fisiológico y energético en las obreras, lo que se traduce en que consumirán más miel, mermando la producción del apicultor. Por ello, si la fuente del líquido está a una distancia considerable, esto se acen= tuará. Así, la recomendación es que el agua no esté más allá de 10 0 20 metros respecto del lugar en que se encuentran las colmenas. Además, el acceso al agua debeestar protegido para evitar que se con= tamine o quelas abejas mueran ahogadas. Si no tiene circulación lo mejor es cambiarla con frecuencia para evitar la aparición de hongos o su descomposición. Otro elemento importante es tomar precauciones, según el material de la colmena.
En el caso de las de madera, la recomendación de Pamela Rodríguez, coordinadora de proyectos dela División Agrícola en la Fundación Fraunhofer Chile Research, las colmenas deben tener al menos 10 pulgadas de ancho (sin uniones), para evitar que filtraciones de agua las pudra. Para Juan Carlos Galaz la madera nativa del sur del país es la mejor opción, debido a su disponibilidad, bajo costo y a que resiste muy bien las altas temperaturas. De cualquier forma, recomienda el uso de pisos sanitarios, es decir una malla que se pone debajo de la colmena. CUIDADOS DEL ENTORNO Enero y febrero también representan un riesgo para las colmenas, debido al aumento de posibilidades de incendios forestales. Por ello es fundamental cortar todo el pasto o hierba que circunde al apiario También se recomienda generar cortafuegos que permitan resguardar tanto al colmenar como las demás estructuras agrícolas. Pamela Rodríguez, por su parte, sugiere raspar el suelo con el fin de evitar la presencia de cualquier maleza y de insectos. Finalmente considerar que las altas temperaturas disminuyen las Fuentes florales en el entorno, por lo que la recomendación es desplazar las colmenas o, en el caso contrario alimentarlas artificialmente. LIDIANDO CON LAS PLAGAS Además de altas temperaturas, el verano trae consigo la aparición de otros agentes que pueden afectar a una colonia. Uno de ellos es la avispa chaqueta amarilla, que ata= cará especialmente a las colmenas más débiles. Una alternativa para defenderse de estos agentes es utilizar trampas con cebos que contengan veneno de efecto retardado. Es importante tener en cuenta que este esfuerzo debe ser sostenido en el tiempo y combinado con otras estrategias como la eliminación delos nidos y el establecimiento de vigilancia y monitoreo de los apiarios. Con el calor, la Varroa alcanza su Mayor peak de infestación. Esto genera grandes pérdidas de abejas y compromete de manera importante la sobrevida de las colonias. Además, este parásito es capaz de transmitir otros agentes como virus, hongos y algunas bacterias.
Las colonias con varroasis, de enero a finales de febrero, sufren un proceso de declive poblacional que pasa desapercibido por el apicultor, pero internamente se produce un debilitamiento que será más evidente en los meses de marzo y abril. Como todo ocurre antes, el apicultor debe ver la carga parasitaria de las colonias y aplicar acaricidas. Posteriormente, debe asegurarse que los siguientes individuos que vengan nazcan en las últimas semanas con buenas temperaturas y sanos”, advierte Patricia Aldea. VEA REPORTAJE COMPLETO EN www.elmercurio.com/campo