Autor: Tomás Sahli Presidente Comisión de Turismo de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CNC)
El pariente pobre
Ientras en todo el mundo se flexibilizan las medidas contra la pandemia para los viajeros internacionales, Chile continúa rezagado en esta materia. Recién la semana pasada se eliminó la exigencia de PCR obligatorio al ingresar al país, el que ahora será realizado de manera aleatoria. Una seguidilla de decisiones erráticas ha desincentivado la llegada de turistas extranjeros, haciendo que la recuperación del sector sea mucho más lenta de lo esperado, incluso a un ritmo menor que nuestros vecinos.
A ello se suma que somos el único país del mundo que exige homologación de vacunas para el ingreso de turistas, ya que las otras naciones solicitan solamente un certificado de vacunación del país de origen. Esta situación persiste a pesar de que Chile cuenta con más de un 80% de su población con su esquema de inmunización completo.
Esa exigencia para al ingreso del turismo receptivo continúa complejizando y retrasando la obtención de la documentación necesaria para viajar a nuestro país, lo que ha contribuido a dañar gravemente nuestra imagen internacional y la competitividad de nuestros destinos turísticos. Naturalmente, nadie querrá visitar un lugar que tiene tantas trabas para ingresar.
Como representantes del rubro del turismo hemos solicitado en innumerables oportunidades la actualización de los protocolos de ingreso al Chile, considerando el alto porcentaje de vacunación, permitiéndonos así establecer condiciones similares al resto del mundo, facilitando la movilidad de las personas y, al mismo tiempo, apoyar la recuperación de una de las actividades económicas más afectadas por la pandemia.
En nuestro país tenemos un dicho para las personas que no reciben suficiente preocupación hacia sus problemáticas: el “pariente pobre”. Es así como se ha sentido durante estos dos años de pandemia el sector turismo, a pesar de que aporta el 3,3% del PIB nacional y es un importante generador de empleos y emprendimientos. Se trata de una industria clave para la reactivación de la economía, que agrega valor en las comunidades y se desarrolla en armonía con su entorno. Así lo han entendido muchos paises que nos llevan la delantera y que hace rato dejaron de ver al turismo como el pariente pobre de la economía.