Autor: Lenka Carvallo
"El músculo de la negociación está poco tonificado"
“Y será fundamental estar ejercitados para negociar, ceder, conceder y alcanzar acuerdos en la Constituyente”. La especialista, además, llama a sacarse los “cucos” de Bolivia, el fin de la propiedad privada o la pérdida de la autonomía del Banco Central. L acento argentino de Valeria Palanza resuena de entusiasmo cuando habla del momento político chileno.
“Estoy encantada de ser analista y observadora directa de este proceso que es fascinante”, dice la profesora, subdirectora y jefa del pregrado del Instituto de Ciencia Política de la UC, también miembro de la Red de Politólogas. A nuestro país llegó hace una década tras doctorarse en Princeton y con un posdoctorado en Notre Dame.
“Fue una buena decisión quedarme acá, estoy contenta, sobre todo comparado con Argentina... ”. Aunque añade: “Claro que la situación allá se ha utilizado como cuco para decir que Chile va en el mismo camino... Alguien por ahí habló de que estamos viviendo la peronización de la política chilena... Es no entender nada. Lo de allá es el resultado de una larga cadena de malas decisiones durante un siglo de historia... En cambio hoy en Chile el espíritu es cómo hacer un país mejor para todos.
Ojalá que eso se mantenga en la convención”. Dicho esto, Palanza se lanza con las alertas... “Los últimos 30 años de democracia no prepararon a la clase dirigente para la negociación; había un statu quo y reglas del juego que sólo se podían cambiar a menos que hubieran grandes consensos para superarlos dos tercios. Ahora el escenario es muy distinto. La clase política estará obligada a ejercitar un músculo muy poco tonificado que es el de la negociación para poder generar acuerdos, aprender por fin a ceder y a conceder. Eso es lo que debiera caracterizar la política a partir de ahora... ”. —¿ Se podrá? —Lamento decir que el sistema está mal preparado. Hay miedo, incertidumbre ante una dinámica que es propia de la política a nivel mundial pero que en Chile no se ha utilizado mucho.
Valeria Palanza, politóloga Por Lo que Chile está viviendo es la profundización de su democracia, algo que siempre trae mayor estabilidad, no menos”. Los partidos tradicionales debieran abrirse hacia una renovación de opiniones, liderazgos, personalidades... De lo contrario simplemente se los llevará la ola”. —¿Ve disposición al interior de la convención? —Para algunos puede haber desconfianza porque han surgido opiniones que sobresalen y asustan; también existe algo de miedo ante el poder de los independientes, que tampoco se sabe mucho quiénes son, porque son nuevos. Pero al analizarlos, sus preferencias son súper intensas respecto de asuntos puntuales, como la salud, la preservación del medioambiente e incluso respecto de temas muy de nicho.
Pero soy optimista y creo que eso puede facilitar la negociación al necesariamente tener que ceder para conseguir lo que le importa. —Rafael Montecinos, fundador de la Lista del Pueblo y elegido constituyente dijo: no conversamos con partidos, conversamos con el pueblo. Hay una sensación de radicalización en algunos sectores... —Absolutamente, hay una idea de polarización, pero yo no sé si Montecinos representa realmente a todos los independientes. Por la forma en cómo ha funcionado la política en Chile, se confunde la idea de que una lista no es una coalición donde todos adhieren a ciertos principios y valores.
Es indudable que hay mínimos comunes que se identifican con esta noción de pueblo, lo que los pone en una esfera, pero cuando miras los perfiles me cuesta pensar que se opongan a llevar una conversación y llegar a consensos mínimos. Para lograr los 103 votos exige que todas las partes estén dispuestas a conceder ciertas cosas. Ahí es cuando digo que me preocupa que el músculo no esté ejercitado. También me preocupa cómo lo hará la clase política para conducir el funcionamiento (operativo) de la convención.
Me refiero a que por ejemplo en las próximas semanas se tendrá que definir el reglamento, pero muchos de los novatos que tienen un trabajo muy valioso en sus comunidades, probablemente no tengan ningún conocimiento respecto de cómo se redacta un reglamento constitucional; hay aspectos que son muy técnicos que sí son del ámbito de la política... —En Bolivia estuvieron nueve meses discutiendo el reglamento... —El caso boliviano es el cuco; por eso los conocedores consideran que el plazo de un año con el que dispone la convención es poco. Pero Chile se ha caracterizado por niveles de eficiencia que el resto de América Latina admira. “Una caricaturización poco seria” Despejado el tema institucional, la politóloga dirige la atención a las demandas sociales. Aquí también Palanza encuentra nuevos “cucos”, como la temida transgresión al derecho a la propiedad y la autonomía del BC. “Es lógico que nos preocupe el tema, pero hay una mayoría en la convención que está de acuerdo con mantener la estabilidad macroeconómica de Chile.
Me parece que son temores infundados”. Añade: “Que a futuro nos veamos anulando la propiedad privada es una caricaturización muy poco seria, pero me preocupa porque muchas veces las malas expectativas pueden terminar modificando la realidad”. —Son temores que se instalaron desde la campaña por el rechazo. Y se quedaron... —Los medios contribuyen. Tampoco digo que no haya motivos para preocuparse; de hecho en el margen el derecho de propiedad puede verse afectado con el agua, donde será muy difícil que se mantenga como un bien privado.
En el contexto internacional aquí Chile ha sido un outsider y probablemente las reformas nos dejen a la altura de los países democráticos del globo. —Los grandes medios internacionales y bancos de inversión han visto con buenos ojos el proceso chileno en muchos sentidos. —Lo que Chile está viviendo es la profundización de su democracia, algo que siempre trae mayor estabilidad, no menos. De hecho, la inestabilidad de octubre de 2019 estuvo asociada precisamente a las fallas de la democracia chilena. Chile ha hecho bien las cosas, ha logrado canalizar el descontento por la vía democrática de manera prolija. Tendrían que estar alineados los astros para que las cosas pudieran salir mal. No lo veo probable. —Guillermo Tellier llamó hace un tiempo a rodear la convención de ser necesario... ¿otro cuco? —Será interesante ver qué relación se establece entre los convencionales constituyentes y la ciudadanía. No nos podemos dejar llevar por algunos dichos puntuales, que resultan ser los más radicales.
Siempre habrá en política gente que se va de boca. —En Twitter no son pocos los que exigen poner cámaras en cada rincón del Palacio Pereira y transmitir todas las reuniones por streaming... ¿Le parece justificada esta desconfianza? — Aunque pongan dispositivos en los baños, las negociaciones nunca van a ocurrir frente a las cámaras, no es esa la naturaleza de la negociación... Parte de esa desconfianza fue generada por actuar siempre de una misma manera y negar determinadas voces. Esta es la oportunidad de canalizar las cosas de otra forma.
Claramente la derecha dejó de tener el veto (de los dos tercios) que durante tres décadas le garantizó mantener el statu quo. —Uno delos atributos de esta convención es que estará compuesto en un 50% por mujeres. ¿En qué medida cree que aporten nuestras habilidades blandas para alcanzar acuerdos? —Hay una forma femenina de hacer política que es menos confrontacional.
Lamentablemente en las listas de partidos tradicionales hay menos mujeres lo que es un síntoma de la crisis de la política en Chile, y es precisamente en ese ámbito donde el músculo de la negociación está menos ejercitado y puede que ahí les cueste más ceder. Esperemos que no.
“Es interesante el rol de Yasna Provoste” “No lo podía creer; me pasé gran parte de la semana pasada riéndome del espectáculo que estaban dando los líderes de los partidos”, dice Palanza sobre uno de los momentos más bochornosos mostrados por la oposición de cara a la inscripción de las primarias presidenciales de sus respectivos sectores. “La telecomedia a la que asistimos fue muy desafortunada, aunque también es un síntoma de una crisis que está instalada.
O sea... ¡por algo las encuestas arrojan que sólo un 2% confía en las instituciones políticas! (reflexiona). Esinteresante el rol que ha jugado Yasna Provoste, sobre todo por su discurso: el llamado a la cautela, a evitar la improvisación, lo que resonó como un llamado muy legítimo más allá de las posturas políticas”. —Lo curioso es que mientras los líderes de la centro-izquierda se agarraban de las mechas, en el oficialismo, pese a estar en crisis, se mantuvieron de lo más callados... —Porque la centro-izquierda fue el sector que internamente se vio más sacudido; los nuevos liderazgos surgidos tras las elecciones llegaron a carcomer su poder de influencia, mientras que Chile Vamos está más acostumbrado a representar a un tercio de la población y no mucho más que eso, salvo lugares muy puntuales.
Lo llamativo es que la oposición al parecer no se esperaban estos resultados, no lo vinieron venir pese a que era un escenario declarado desde la revuelta del 18 de octubre... La elite política aún no logra digerir el cambio profundo que viene ocurriendo desde el estallido.
Es lo mismo que ocurrió luego de las reformas al sistema electoral de 2015 y que hizo que en las elecciones de 2017 entrarán fuerzas nuevas al Congreso, abriendo un proceso que la historia escribirá. —¿ Cómo ve el futuro de los partidos?—No quiero pensar en un funcionamiento democrático sin estas organizaciones; puede ser caótico y dañar a la democracia a largo plazo. Los partidos tradicionales debieran abrirse hacia una renovación de opiniones, liderazgos, personalidades y la incorporación de nuevas preferencias. De lo contrario simplemente se los llevará la ola y serán reemplazados por nuevas fuerzas que quizá emerjan entre los convencionales independientes. Ellos podrían ser la esperanza para canalizar la conformación de nuevos partidos para el recambio.