Autor: Abogada.
LA REFORMA TRIBUTARIA Y LA “BAJA POLÍTICA”
A caída de la reforma tributaria supuso un inesperado golpe al corazón de uno de los proyectos emblemáticos del gobierno y, al mismo tiempo, dejó al descubierto falencias importantes en nuestra democracia.
Más allá de si el gobierno cometió una nueva desprolijidad y no calculó correctamente los votos para una iniciativa de este calibre, el miércoles la baja política mostró su peor cara y lo hizo encarnada entres diputadas que olvidaron que la represalia y el desquite no tienen espacio en asuntos de esta envergadura. Pero quedarse ahí también sería injusto, porque el gobierno no perdió por tres votos, lo hizo -visto desde otra perspectivapor más de 70. Y la pregunta es por qué. La respuesta no está en el expresidente Piñera, ni en la ideología, simplemente el proyecto era malo.
Una reforma con un impacto negativo en el crecimiento y en el ahorro. ¿Significa esto desconocer la necesidad de un nuevo pacto fiscal? ¿ Significa olvidar los contextos? Por supuesto que no, pero frente a la derrota otra cara de la baja política ha salido a la palestra: la de distinguir entre buenos y malos, esa tentación mesiánica to mal nos ha hecho. Y fuera poco, hemos visto campear nuevamente la contradicción.
Fue el mismo Presidente quien argumentó que rechazar proyectos de ley no era obstruccionismo, sino convicción, y agregó que una vez aprobada la idea de legislar quedaban, en estas materias (tributarias), pocos márgenes para los cambios. Hoy las palabras se las lleva el viento y los nuevos escenarios sirven de argumento para declaraciones especulativas y ofensivas. Baja política nuevamente. Por último, la desconfianza entre los incumbentes es de preocupar, lo mismo que de un sistema político bloqueado, fragmentado y operando como un dique más que como un facilitador de la buena política. El asunto preocupa, porque cuando la política se vuelve inútil pierde la democracia. Es de esperar que un acuerdo amplio muestre el otro rostro, el de la alta política.