Columnas de Opinión: Pobreza, violencia y salud mental
Columnas de Opinión: Pobreza, violencia y salud mental 66 Tengo 11 años y vivo en Bajos de Mena. Ya aprendí que luego de un fuego artificial, se escuchan muchos balazos. Me molesta mucho, ya que tengo una hermanita pequeña de un año y diez meses, que al escuchar ruidos fuertes comienza a tiritar.
Parece que no sentir miedo es un lujo". La reciente carta de Maite, estudiante de Puente Alto, a un medio nacional, refleja la crudeza de crecer en un entorno donde la tranquilidad se ha vuelto un privilegio.
Chile enfrenta una crisis silenciosa: la salud mental se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública, pero recibe apenas el 2,1% del gasto en salud, muy por debajo del 6,7% promedio de la OCDE. El Termómetro de Salud Mental ACHS-UC muestra que un 12,7% de la población presenta indicios de problemas, con mayor prevalencia en mujeres. La pobreza, la violencia y la salud mental forman un círculo vicioso. La depresión es más común entre los sectores vulnerables, mientras que las condiciones de vida adversas aumentan la exposición a violencia y traumas tempranos.
Estos, a su vez, geen salud mental, fortalecer las escuelas como espacios protectores, recuperar los barrios del crimen organizado y el narcotráfico, diseñar políticas sociales con un enfoque en el bienestar psicosocial e incluir competencias interculturales en los servicios públicos. Mientras sigamos tratando la pobreza, la violencia y la salud mental como problemas separados, seguiremos fracasando. Son tres dimensiones de un mismo desafío que exige una respuesta integral y urgente. Porque cuando una niña de once años considera la tranquilidad un lujo, nuestra sociedad tiene un deber pendiente. neran síntomas de estrés, reducen la capacidad de estudiar o trabajar y perpetúan la pobreza. Así, por ejemplo, al igual que a Maite y su hermana pequeña, el crimen organizado y el narcotráfico son hoy las principales fuentes de angustia en los barrios más empobrecidos. La evidencia es clara y las consecuencias son profundas e intergeneracionales. Niños expuestos al miedo y al trauma temprano tienen más riesgos de problemas de salud física y mental en la adultez, con reducciones de hasta 20 años en la esperanza de vida. Familias migrantes que enfrentan hacinamiento, experiencias de discriminación, violencia e ingresos mínimos experimentan un estrés parental que impacta directamente en el desarrollo infantil. Ante esta realidad, la respuesta no puede ser fragmentada. Se requiere aumentar significativamente la inversión "Cuando una niña de 11 años considera la tranquilidad un lujo, nuestra sociedad tiene un deber pendiente". Felix Bacigalupo, Claudia Martinez A., M. Olaya Grau R. y Andrea Repetto Académicos UC. "Cuando una niña de 11 años considera la tranquilidad un lujo, nuestra sociedad tiene un deber pendiente". Felix Bacigalupo, Claudia Martinez A., M. Olaya Grau R. y Andrea Repetto Académicos UC