Sembrar en el desierto: la apuesta fértil de Tarapacá por una agricultura resiliente
Sembrar en el desierto: la apuesta fértil de Tarapacá por una agricultura resiliente por una agricultura resiliente En medio del desierto más árido del planeta, una red de agricultores, cientí de agricultores, cientí de agricultores, cientí C ando hablamos de Tarapacá y sus capacidades productivas, ciertamente la agricultura no es lo primero que se viene a la mente. Sin embargo, en medio dela aridez extrema que caracteriza alaregión, emergen señalesclaras de transformación. Una red de agricultores, universidades, centros de investigación y organismos públicos están dando formaa una nueva narrativa: la agricultura del desierto como oportunidad de desarrollo sostenible, identidad territorial y seguridad alimentaria. Según el VIII Censo Agropecuario y Forestal (2021), en Tarapacá existen 843 Unidades Productivas Agropecuarias (UPA), concentradas principalmente en oasis, quebradas y sectores precordilleranos. Si bienel peso económico delsector sigue siendo marginal, su importancia trasciende a los números. "La agricultura regionalaporta poco porque hay varios problemas que abordar. Muchos agricultores trabajanen la informalidad: no declaran, no boletean. Es una economía que no siempre se refleja en cifras", advierteel ingeniero agrónomo y doctor en Ciencias Silvoagropecuarias José Delatorre, investigador y académico de la Universidad Arturo Prat. No obstante, los suelos de Tarapacá dan frutos. En Camiña crece su muy valorado choclo, acompañado de cebolla, betarraga, ajo y zanahoria. En Pica, la producción de cítricos -sobre todo el famoso limón que lleva el nombre del valle, con denominación de origen--se mezcla con guayaba y mango. En Soga y La Tirana, la base hortícola de laregión se fortalece con lechugas, espinacas, acelgas y cilantro, que abastecen la mayor parte del consumo diario de losiquiqueños.
Pero el verdadero potencialestá en los cultivos nuevos o revalorizados. "Estamos trabajando con palmas datileras, azafrán, pitahaya y salicomia, que es un espárrago marino que cultivamos conagua de mar", explica Delatorre. "Son especies que pueden adaptarse bien a las condiciones del desierto y apuntan a nichos de alto valor agregado". Estas iniciativas no surgen por generación espontánea.
Son parte del trabajo articulado del Consorcio del Desierto, liderado por Codesser con financiamiento de Corfo, y en colaboración con universidades como la UNAP e instituciones de ciencia y tecnología como el INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaivos como la pitah eligente, 1 eligente, 1 METES vs. Nas "Cuando hay una catástrofe, como un terremoto o una gran salida de agua, quedamos aislados. Por eso es fundamental fortalecer la producción local". Dr: José Delatorre Investigador Universidad Arturo Prat ria). "Cuando partimos con el consorcio había muchos esfuerzos particulares, pero sin orden. Hoy la situación productivase ha ido organizando. La producción datilera, por ejemplo, yaapunta avolúmenes y calidad que permiten llegar a mercados más exigentes", comenta Mauricio Bobadilla, director regional de Codesser. El caso delos dátiles es ilustrativo. "Lo más destacado, sin duda, es que por primera vez estamos pasando a una etapa de producción comercial, no solo de autoconsumo o venta informal. Estos proyectos son ejemplos de cómo se puede asociar conocimiento técnico, financiamiento y visión empresarial", agrega Bobadilla. agrega Bobadilla. agrega Bobadilla. agrega Bobadilla. agrega Bobadilla. agrega Bobadilla. Productivas Agropecuarias existen en Tarapacá. existen en Tarapacá. 1COS, transformar la junto para para El vínculo entre saberes ancestrales y nuevas tecnologías esotraclave del modelo.
La qui'noa que se cultiva en Ancovinto, por ejemplo, aúnsesiembra con técnicas tradicionales, pero. ahora incorpora maquinaria para preparar el suelo, trillas mecánicas y procesos de desaponificación. "Muchas de estas tecnologías funcionan graciasa la energía solar, lo que ha reducido el costodelagua, que antes requería conexióna laredeléctrica. Hoy, elsolmuevelasbombas", señala Delatorre. SUSTENTABILIDAD Laeficiencia hídrica y energéticaes, precisamente, elgran desafío. En una región donde cada gota cuenta, la agricultura debe afinar su relación con el recurso más escaso. "Necesitamos agua de buena calidad y en cantidades que permitan ampliar la superficie cultivable.
Hay quesofisticar el riego, usar microaspersores, mejorarla calidad de las vertientes y trabajar con energía fotovoltaica", dice Bobadilla. "Sillogramos eso, esta industria puede ser escala ble". Lasostenibilidad, sin embargo, no solo pasa por la técnica, sino también porla estrategia. "Tarapacá es una región minera y comercial. La agricultura no está en el centro delas prioridades. Sise la pensara como sector estratégico, habría másrecursos y podríamos generar una oferta más sofisticada", insiste Bobadilla. Esaapuesta estratégica ya empieza a tomar forma. ElGran Encuentro del Desierto, realizado en 2024, fue una vitrina para los nuevos productos y un espacio de articulación clave. Aesto sesumala participación activa deotros actores, como el Programa Teritorial Integrado de la agencia Gedes, que amplía redes entre emprendedores, académicos y gobiernos locales.
Y aunque el despegue económico aún está en curso, hay indicios de que Tarapacá puede ser referente en agricultura adaptativa. "Laregión sigue produciendo prácticamente llo mismo, con excepcionescomo el melón Galia en Soga, ques de origen israelí pero aquí ha adquirido una identidad propia", comenta Delatorre. "Tiene un sabor único y podría ser un producto distintivo si se escala". La agricultura del desierto no solo es unacto de resiliencia, sino también una medida de soberanía. "Dependemos de alimentos que vienen del centro del paíso de Perú. Cuando hay una catástrofe, como un terremoto o una gran salida de agua, quedamos aislados. Por eso es fundamental fortalecer la producción local y "avanzar hacia la seguridad alimentaria", concluye Delatorre. 2.