La importante y clave vinculación con los pueblos originarios
EN EL SUR DE CHILE EXISTEN NUMEROSAS COMUNIDADES DE PUEBLOS ORIGINARIOS QUE COMPARTEN CON LOS ACUICULTORES DE LA ZONA Y LA PESCA ARTESANAL EL USO DEL BORDE COSTERO. UNO DE LOS FOCOS DE LA INDUSTRIA HA ESTADO, PRECISAMENTE, EN CONSTRUIR UNA BUENA RELACIÓN CON ESTOS GRUPOS DE ENORME IMPORTANCIA HISTÓRICA Y SOCIAL.
Los últimos años, uno de los principales ejes de trabajo que se ha planteado la industria acuícola del país —especialmente la salmonicultora es afianzar la vinculación con las comunidades aledañas a las zonas en donde están emplazados los centros productivos, buscando compatibilizar la operación industrial con el respeto hacia el entorno, el medio ambiente y, por supuesto, los habitantes de cada sector.
Dentro de este contexto, muchas empresas han implementado sólidos planes de relacionamiento comunitario, con el fin de que la salmonicultura sea realmente un actor más dentro de los múltiples públicos que utilizan el borde costero, levantando diversos proyectos que buscan tener un impacto positivo en la calidad de vida de las comunidades vecinas, por ejemplo, a través de oportunidades Laborales y alianzas con municipios, juntas de vecinos y la pesca artesanal.
Si bien estos acuerdos han sido un gran avance en materia de vinculación con el medio, existe otro importante grupo de actores presentes en las zonas de operación de la industria acuícola donde, según indican los expertos, hace falta avanzar mucho más y que supone un gran desafío para la industria. Hablamos de los pueblos originarios. De acuerdo con información que se maneja, entre las regiones de La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes, existen más de 3.000 comunidades indígenas registradas.
Se trata de grupos que se encuentran organizados, informados y con derechos reconocidos legalmente, por ejemplo, a través de la Ley Indígena 19.253, la Ley Lafkenche 20.249 o el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Hoy, para la industria acuícola local, es vital mantener una buena relación con estos actores, muchos de los cuales han sido históricos usuarios de las costas nacionales, sobre todo en el sur de Chile, y que mantienen una estrecha relación con el mar.
Además, la industria ha debido intensificar los diálogos luego de que entre en operación la Ley Lafkenche, la cual permite —luego de extensos trámites la destinación de Espacios Costeros Marinos para los Pueblos Originarios (ECMPOs) para las comunidades que lo soliciten. Los gremios salmonicultores reconocen que los ECMPO, gestionados en plazos razonables y acotados, se alzan como una buena instancia para seguir forjando vínculos con las agrupaciones indígenas. TRABAJO DE HORMIGA La Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (Salmon Chile) lleva varios años trabajando intensamente en la vinculación de la industria con las comunidades. Quien ha encabezado los diálogos y conversaciones es el director territorial del gremio, Tomás Monge.
En entrevista con AQUA, el ejecutivo comenta que “estamos convencidos de que sin capital social y vínculos con los vecinos y grupos de interés es imposible poder desarrollar una industria sostenible en el tiempo”. Agrega que “llevamos años de un trabajo silencioso de conocimiento, diálogo y generación de vínculos de largo plazo que nos han permitido ir entendiendo de mejor manera nuestro entomo, las diversas realidades locales y las brechas históricas en materias de vinculación que han afectado a la industria y al sector empresarial en general”. De ese modo, han tenido casos exitosos en materias de mesas de trabajo entre empresas y comunidades en territorios determinados, iniciativas de diversificación productiva con la pesca artesanal, desarrollo de proveedores locales y agendas de recuperación del borde costero en materias ambientales, entre otros proyectos sociales. El Consejo del Salmón de Chile también se ha propuesto, dentro de sus objetivos, promover el desarrollo de las actividades acuícolas de manera armoniosa con el entorno social y ambiental circundante. Según señala la directora ejecutiva del gremio, Joanna Davidovich, “la salmonicultura es una actividad productiva muy relevante para el país, con un deseo claro por aportar al desarrollo sustentable de Chile.
En el Consejo del Salmón queremos reflejar ese espíritu y generar puentes con el más amplio grupo de personas e instituciones en las regiones y vínculos desde la confianza y el diálogo”. Debido a que el gremio inició sus labores en plena pandemia por Coronavirus, la ejecutiva comenta que “todo lo relativo a alianzas, diálogos y relacionamiento lo hemos tenido que hacer principalmente vía teleconferencia, lo que dificulta el vínculo.
Nos encantaría poder ir a terreno, involucrarnos con las comunidades y estar cara a cara con los trabajadores, proveedores, asociaciones, emprendedores, dirigentes, representantes políticos y vecinos en general”. ¿ QUÉ PASA CON LOS PUEBLOS ORIGINARIOS? En cuanto a la relación con comunidades indígenas, específicamente, Tomás Monge afirma que este “es un gran desafío no solo para la acuicultura, sino que para todos los sectores productivos y el Estado. Como gremio, hemos En el sur de Chile hay muchas comunidades de pueblos originarios muy vinculados a las labores costeras. De acuerdo con información que se maneja, entre las regiones de La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes, existen más de 3.000 comunidades indígenas registradas.
Impulsado diversas agendas de diálogo, hemos liderado procesos ECMPO, realizado capacitaciones para tener mayores herramientas en materias indígenas y, actualmente, estamos trabajando en la agenda de derechos humanos y empresas, donde la vinculación con los pueblos originarios es uno de los temas relevantes”. Desde el Consejo del Salmón, Joanna Davidovich expone que “uno de nuestros pilares de trabajo es fortalecer la relación con todos los actores, comunidades y pueblos originarios, que son muy relevantes.
Somos un gremio nuevo y como tal esperamos que toda la comunidad nos dé una oportunidad para demostrar nuestro deseo de escuchar y trabajar en conjunto para impulsar el desarrollo regional de manera sustentable”. Ambos gremios concuerdan con que la vinculación con los pueblos indígenas supone un gran reto, debido a que estas comunidades tienen presencia en distintas regiones de nuestro país, agrupando diversas etnias con costumbres, características e historias diferentes, por lo cual es muy relevante un conocimiento previo para considerar y respetar dichas culturas y territorios a la hora de crear y afianzar diálogos. “Han sido relaciones con altos y bajos, de conocimiento y aprendizaje mutuo, donde en varios territorios se pueden ver relaciones virtuosas con una gran convivencia y trabajo conjunto. De todas maneras, creemos que aún falta mucho por aprender y avanzar en materias de vinculación con los pueblos originarios”, afirma Tomás Monge.
LEY LAFKENCHE: UNA OPORTUNIDAD Uno de los temas que ha impulsado el diálogo entre los salmonicultores y los pueblos originarios es la Ley Lafkenche, adoptada en el año 2008 y que a través de los Espacios Costeros Marítimos (ECMPO) busca entregar una herramienta legal a las comunidades indígenas para que puedan solicitar al Estado el reconocimiento de dichos espacios en base al uso consuetudinario.
La tramitación de un ECMPO puede tardar hasta siete años, tiempo durante el cual todas las demás solicitudes de afectación —como concesiones acuícolas y quedan suspendidas, situación que ha generado bastante inquietud en todos los actores que desarrollan labores productivas en el borde costero.
Sin embargo, a pesar de lo complejo del tema, los gremios salmonicultores reconocen que los ECMPO, gestionados en plazos razonables y acotados, se alzan como una buena instancia para seguir forjando vínculos con las agrupaciones indígenas. "Pese a que la aplicación de la norma ha sido lenta y compleja, tanto para comunidades solicitantes como para terceros interesados o usuarios del borde costero, hemos tenido buenas experiencias de diálogo y convivencia con comunidades o agrupaciones de comunidades. Más que una amenaza, queremos que esta sea una oportunidad para profundizar vínculos y desarrollar un trabajo armónico con las comunidades”, expresa Tomás Monge.
El ejecutivo agrega que es fundamental profundizar la agenda con los representantes de comunidades indígenas, "vecinos que llevan toda una vida en los territorios, con una visión de largo plazo, de sentido común y velando por dejarles un medio ambiente sano a las futuras generaciones.
Como sectores productivos, tenemos que seguir avanzando en una industria sustentable y sostenible en el tiempo que armonice de buena manera la convivencia en los territorios”. Joanna Davidovich, en tanto, acota que "creemos que, para lograr que todos puedan desarrollarse de la mejor manera posible, hay que establecer un diálogo honesto, escuchando las inquietudes de todos los actores involucrados para a partir de ahí construir en conjunto”.