"La centroizquierda debería distanciarse del legado del Gobierno"
Pensando en la segunda vuelta del domingo, el doctor en Ciencia Polí ica y académico de la U.
De Chile, dice que “el gran error de la izquierda es subestimar a Francisco Orrego por participar «Sin Daniel Rozas I margen —y a la espera— de los resultados de la segunda vuelta de gobernadores de este domingo, las elecciones de octubre pasado mostraron un cambio en la configuración del mapa político del país: un avance de Chile Vamos, una fragmentación creciente y la consolidación de figuras independientes.
Iste es uno de los diagnósticos centrales del sociólogo y doctor en Ciencia Política, Octavio Avendaño, quien sostiene que la derecha supo capitalizar el descontento popular, mientras que el oficialismo enfrentó dificultades electorales debido ala crisis de seguridad.
Con respecto a los nuevos liderazgos surgidos, como el nuevo alcalde de Puente Alto, Matías Toledo, dice que es un político que no viene dela élite ni se presenta como uno de esos voceros de la nueva izquierda que dicen trabajar para el pueblo, pero que nunca han pisado sus barrios.
Consultado sobre Francisco Orrego, este politólogo, académico de la Universidad de Chile, experto en antipartidismo y columnista de «El País», piensa que el candidato a gobernador opositor ha logrado una conexión con el electorado mediante su crítica a la clase política tradicional, convirtiéndose en un liderazgo atractivo para jóvenes competitivos y ciudadanos desilusionados. “La derecha logró consolidar su base de apoyo” —En redes sociales y You Tube, algunos políticos usan la confrontación y el griterío. Se ha dicho que el éxito de Pancho Orrego se debe a este estilo. En el oficialismo criticaron a Orrego por participar en «Sin Filtros» y carecer de experiencia.
Paulina Vodanovic, Diego Ibáñez y Vlado Mirosevic han hablado mal de él. ¿Tú crees que hay un menosprecio de cierta izquierda al juzgar la figura de Francisco Orrego? —Yo creo que el gran error que está cometiendo la izquierda y la centro izquierda es subestimar la figura de Francisco Orrego por su participación en el programa «Sin Filtros» que, además, es un programa que tiene una audiencia bastante importante.
Recordemos que Orrego se hizo conocido por su liderazgo en el movimiento «Con Mi Plata No», que caló hondo durante la Convención Constitucional, y logró tener sintonía con una parte importante de la población, siendo relevante en la campaña del Rechazo. Es decir, hay hitos políticos de participación en su trayectoria. Su figura ha logrado conectar con una parte importante de la ciudadanía que desconfía de las propuestas de la élite política. Y su discurso que critica tanto a la clase política como a los burócratas del Estado, está calando hondo.
Yo le pondría mucha atención, independiente si logra o no arrebatarle la gobernación a Claudio Orrego. —Sebastián Edwards dijo que Francisco Orrego podría llegar a ser Presidente. —Varios han apostado por él, incluso (el sociólogo) Darío Quiroga, quien en un programa de televisión dijo que sería el próximo gobernador. Aunque no estoy seguro de eso, reconozco que es un liderazgo importante y atractivo.
Un liderazgo atípico que puede ser muy efectivo para la conquista de un electorado que, hasta el momento, la derecha más tradicional no ha logrado conquistar: me refiero jóvenes, emprendedores, o incluso a aquellos que en su momento apoyaron a figuras como Franco Parisi. —+¿ Piensas que la irrupción de candidatos de última hora, como Milei en Argentina y Noboa en Ecuador, puede influir en la elección de postulantes para las próximas elecciones presidenciales? —No hay mucho espacio todavía para liderazgos outsiders. Curiosamente, en Chile no ha logrado calar ningún tipo de liderazgo de esa naturaleza.
Lo vimos con Parisi, que logró tener cierto grado de posicionamiento a nivel de opinión pública, incluso en términos de adhesión electoral, pero se terminó agotando frente a otros liderazgos con un respaldo político más sólido. En este momento, la tendencia parece estar estabilizándose. La derecha logró consolidar su base de apoyo con el voto obligatorio, y la centroizquierda eizquierda lograron asegurar un cierto nivel de adhesión.
Ahora, hay un margen importante de electores volátiles, pero eso no permite asegurar el éxito de candidaturas outsiders; más bien, esa franja del electorado está en disputa entre los dos o tres bloques más importantes. —Algunos piensan que, para tener una oportunidad en las próximas presidenciales, la izquierda en Chile debería distanciarse de Boric. ¿Tú estás de acuerdo con esa idea? —Es difícil hablar de la izquierda y disociarla de la figura de Boric, pero creo que una opción de la centroizquierda debería ser distanciarse del legado del Gobierno y presentarse como una alternativa renovadora, con proyectos distintos a los que fracasaron desde el estallido social en adelante. La centroizquierda y la izquierda tienden a reafirmar su identidad, su cultura política y sus propuestas programáticas, que no suelen ser tan innovadoras de una elección a otra. De hecho, la gran apuesta de algunos analistas y políticos a propósito de la elección de gobernadores, es plantear de nuevo el proyecto de la renovación socialista hacia la centroizquierda. “No podemos medir el impacto real del caso Monsalve” —¿ Estos resultados confirman que la derecha es una fuerza poderosa en Chile? —Diría que sí.
A pesar de que en estudios de opinión pública se decía que la derecha no estaba capitalizando el descontento frente a la gestión del Gobierno, en estas elecciones sí logró captar una parte de ese descontento. Ahora, el panorama político sigue siendo un escenario incierto y abierto.
Nadie puede decir que tiene aseguradas las elecciones del próximo año, porque cualquier evento inesperado —como los que ocurrieron este año— pueden alterar el mapa electoral y las proyecciones actuales. —¿ Te refieres al caso Monsalve? —Yo no diría que el caso Monsalve haya sido un factor determinante, pero sí hubo varias situaciones durante el 2024 que afectaron el desempeño del oficialismo, como la persistente evaluación negativa por los temas de seguridad y las proyecciones económicas; esto está afectando su desempeño electoral.
Todavía no podemos medir el impacto real del caso Monsalve, pero también hay situaciones en la derecha, como el caso de Cathy Barriga o el caso Audios, que podrían traer cambios importantes. —Te quería preguntar por los liderazgos jóvenes que se consolidaron tras las elecciones municipales. Por ejemplo, Claudio Castro salió reelegido por tercera vez en Renca. —A Castro se le saca poco brillo. De hecho, el día de la elección prácticamente no fue mencionado a pesar que, en términos porcentuales, superó a Vodanovic. Qué lo atribuyes? —No se le saca provecho como se debería, y eso puede ser por las expectativas previas sobre Vodanovic y la proyección de su liderazgo por su gestión en Maipú.
Estamos hablando de un municipio importante, y su administración sobresale tomando en consideración quién fue su antecesora, lo que le ha dado visibilidad Ante los aspectos identitarios del FA, Matías Toledo antepone demandas por mejores condiciones de vida, acceso al consumo, que son peticiones reales por parte de los sectores populares”. La fragmentación está afectando el espectro político, aunque principalmente ala centroizquierda y a la derecha más extrema”. Mediática.
Habrá que ver si esa figuración logra trascender la Región Metropolitana para proyectarse a nivel nacional, porque ha pasado en otras ocasiones que alcaldes conocidos en Santiago, no pueden replicar aquello en el resto del país.
Ejemplos de eso son Daniel Jadue o Rodolfo Carter. —El músico y poeta Mauricio Redolés dice que Mario Desbordes, al igual que él, cree que los que diseñaron la educación pública son personas de colegios privados. ¿Qué papel crees que jugó la gestión de la educación pública en la elección de alcalde de Santiago? —Yo creo que para el éxito de la candidatura de Desbordes lo que más influyó fueron los temas de seguridad. Desde luego los temas relacionados con la educación pública influyeron, pero no creo que hayan sido decisivos. A pesar de que su campaña comenzó algo invisibilizada, me llamó la atención la amplia victoria que obtuvo Desbordes, porque Irací Hassler no era una candidata fácil de enfrentar.
En algún momento ella logró controlar la situación dentro de Santiago cuando se asesoró con (Marcos) Barraza y su equipo dejó de centrar sus propuestas solo en temas de feminismo, allí empezó a aterrizar las propuestas para enfrentar los temas de seguridad. Ahora, en ese tema, la derecha siempre va a ser más creíble que cualquier candidatura de izquierda.
“Los independientes no siempre son antipolítica” —Una de las sorpresas de esta elección municipal fue Puente Alto. ¿Qué opinas sobre el fenómeno Matías Toledo? —Conozco poco la trayectoria de Matías Toledo pero lo que se ve es una exitosa apuesta ciudadana, similar a lo que se vio con Jorge Sharp en Valparaíso en 2016. Su candidatura no cuenta con el sustento de los partidos del oficialismo, podríamos decir que se trata de una candidatura que escapa a la tendencia predominante dentro delas candidaturas de izquierda y de la centroizquierda. Toledo se muestra lejano a los dirigentes del FA que provienen de la izquierda universitaria. Él no es un representante de la elite ni proviene de sectores acomodados. Hay un mérito en el trabajo de años y la construcción a nivel de organizaciones sociales que se materializa en la conquista del municipio. Y, por otro lado, Toledo hace una crítica al discurso predominante dentro de la izquierda porque es una persona que sabe lo que significan las expectativas de los sectores populares. Ante los aspectos identitarios del FA, él antepone demandas por mejores condiciones de vida, acceso al consumo, que son peticiones reales por parte de los sectores populares. Podríamos decir que es alguien que tiene calle.
Toledo conoce la realidad de los sectores populares porque proviene de ahí. —Pareciera que él tiene más conciencia del pueblo que realmente existe y no el que debería existir. —Hay una diferencia entre sus declaraciones y las que se dan dentro de la cultura del FA, el PC o la izquierda tradicional. Ellos tienden a cuestionar las aspiraciones de la gente, sobre todo de los sectores populares, y rechazan el deseo de consumo o esa cultura individualista que vemos en la sociedad chilena.
Toledo, por el contrario, considera que la izquierda se tiene que hacer cargo de esa realidad. —Toledo tendrá ahora que administrar una municipalidad con un presupuesto millonario y enfrentará desafíos administrativos complejos. ¿Tiene las capacidades para gestionarla, tiene un equipo competente detrás? —No me atrevo a cuestionar las capacidades de gestión de Matías Toledo ni a opinar sobre su equipo porque no lo conozco. Pero me da la impresión que su éxito es el reflejo de los equipos de colaboración con los que trabajó y con los cuales fue construyendo su candidatura. Si e: podría ser una propuesta de gestión interesante para Puente Alto. Pero hay que tomar en cuenta que él va a tener que lidiar con una serie de problemas que aquejan a la comuna. La gestión implica tomar decisiones que pueden llegar a tener cierto costo político o ser impopulares.
Entonces dependerá de su habilidad política y de las personas que lo acompañen asumir esos desafíos. —Los candidatos independientes gobernarán 103 comunas, casi un tercio de Chile. ¿Cuán presente está el apartidismo en Chile? —La caída en la identificación de los partidos políticos ha facilitado el ascenso de candidaturas independientes. Esto se está dando desde 2021, que fue un punto de inflexión para los partidos, con la elección de la Convención Constituyente. Ahora, otro fenómeno que aqueja al sistema es la fragmentación porque debilita a candidaturas que son promovidas por bloques y partidos. Esto se vio en las elecciones recientes. Pero ojo, es importante tener cuidado al interpretar las candidaturas independientes, porque no siempre serindependiente significa tener una postura antipartido o antipolítica.
En algunos casos, eran independientes porque no fueron promovidos porlos partidos o porque perdieron las primarias y decidieron postular por fuera. —¿ Frente al alza de candidatos independientes, cuál es el costo en términos del deterioro del sistema político? —El debilitamiento del sistema de partidos se ha reafirmado con el tiempo, a pesar del voto obligatorio. Aunque Chile Vamos y RN obtuvieron buenos resultados, la fragmentación está afectando a todo el espectro político, aunque principalmente a la centroizquierda y a la derecha más extrema. Porque se pensaba que republicanos era la última expresión de radicalización de la derecha, pero apareció el Partido Social Cristiano. Ahora, el debilitamiento de los partidos merma la representación política, creando espacios para liderazgos personalistas, caudillistas y hoy día, podría dejar espacio para la criminalidad organizada y el narcotráfico. Si no hay partidos, si no hay organización en determinadas comunidades, entran a incidir otro tipo de agentes.