Rodeados de caimanes y serpientes: cómo rescataron a cinco sobrevivientes de accidente en el Amazonas
Rodeados de caimanes y serpientes: cómo rescataron a cinco sobrevivientes de accidente en el Amazonas Un avión Cessna sufrió avería de su motor y el piloto logró aterrizar en un pantano Rodeados de caimanes y serpientes: cómo rescataron a cinco sobrevivientes de accidente en el Amazonas Un piloto, tres mujeres y un menor fueron rescatados por la Fuerza Aérea, luego que pescadores locales se percataran de la presencia de los sobrevivientes.
RAuLO GUTIÉRREZ n celular con poca batería fue U lo que permitió que cinco personas fueran encontradas y rescatadas en el medio de una laguna pantanosa infestada de caimanes y serpientes, al noreste de Bolivia, luego de que la avioneta Cessna 170 CP-1099 en la que viajaban capotara en el lodazal y se hundiera rápidamente.
Por más de 48 horas, el piloto Pablo Andrés Velarde, junto a sus cuatro tripulantes, Roberta Velarde, Mirta Fuentes, Patricia Coria y su hijo de cinco años de edad, Iker, permanecieron sobre el techo de la aeronave, que se encontraba prácticamente bajo el lodo, con el agua hasta las rodillas, sin comida, sin poder tomar agua, intentando espantar los mosquitos y atentos a que las bestias no los atacaran en la vulnerabilidad de la noche, publicó el periódico local "El Deber". Tras pasar dos días varados en medio de la nada y mientras se enmedio de la nada y mientras se enmedio de la nada y mientras se enfrentaban a la segunda noche en el Amazonas boliviano de la provincia de Beni, Pablo Velarde y las tres mujeres escucharon a lo lejos las voces de unas personas. Sin pensarlo y encendiendo el único teléfono móvil que habían rescatado de la avioneta, encendieron la linterna y comenzaron a gritar. Tras varios minutos alumbrando hacia todos lados y pidiendo auxilio, un hombre les respondió.
Era la voz de uno de los pescadores del lugar que estaba trabajando, quien a pesar de que no entendía lo que le decían, debido a la gran distancia que los separaba, logró comprender que esos gritos y la pequeña luz que titilaba en un lejano sector de la laguna, eran un pedido de ayuda. Inmediatamente, el pescador se dirigió a la orilla y llamó a las autoridades. En tanto, los sobrevivientes se pusieron a orar, como lo venían haciendo a diario y, sobre todo, cuando las serpientes y caimanes se les acercaban. Aunque en un principio pensaron que la ayuda vendría enseguida, con el pasar de las horas las esperanzas se fueron perdiendo.
Cuando ya estaban resignados y convencidos de que una noche más en ese lugar los llevaría a la muerte, el sonido de un helicóptero de la Fuerza Aérea boliviana acercándose, mientras los primeros rayos de sol alumbraban el lugar, los hizo reponerse rápidamente, registró "20 Minutos". Los cinco sobrevivientes se encontraban abrazados sobre los escasos centímetros que podían permanecer sobre el techo de la aeronave.
Todos fueron trasladados al hospital Trinidad, la capital de la provincia, donde ya tres de las cinco provincia, donde ya tres de las cinco provincia, donde ya tres de las cinco provincia, donde ya tres de las cinco provincia, donde ya tres de las cinco pa El grupo pasó 438 horas a la espera de ser rescatados.
WIR NL EY "$ e 0, LAA y y CAPTURA DE PANTALLA PANTALLA yy personas rescatadas, se encuentran dadas de alta, publicó "La Razón" "Lo que Dios quiera" Según el relato de los sobrevivientes, 27 minutos después de haber despegado de la pequeña localidad de Baures con destino a Trinidad, comenzaron los problemas con la avioneta. Lo primero que pasó fue que perdieron toda comunicación y luego el motor dejó de funcionar. En ese instante, el piloto les comentó lo que sucedía. Patricia, quien nunca antes había viajado en una avioneta y lo había hecho porque tenía que hacer unos trámites urgente en la capital, solo abrazó a su hijo con fuerza esperando lo peor.
Por su parte, el piloto buscaba una pampa donde aterrizar, pero ante el rápido descenso se dirigió alo más seguro que encontró en esos breves segundos de emergencia: el pantano. "¡Vamos! y que sea lo que Dios quiera", dijo Pablo Velarde dirigiendo el Cessna hacia la laguna, detalló Mirta, quien tenía que llegar a Trinidad para tomar un vuelo a España, registró la agencia de noticias boliviana ABI.
Tras el brusco aterrizaje, y luego que el piloto lograra salir de los últimos de la aeronave con la cabeza ensangrentada, pues se había golpeado fuerte en el parabrisas, todos se abrazaron y se pusieron a llorar, agregó Mirta, quien gracias a que llevaba chocolates y chivé, una bebida de yuca, pudieron alimentarse las 48 horas que permanecieron rodeados de animales salvajes que no pudieron acercarse a ellos, porque el combustible que había caído de la nave a la laguna se los impedía, informó "Diario Correo del Sur"..