Nostalgia por la calle Valparaíso
La propuesta de la UVM, más allá de sus alcances técnicos, que estarían cubiertos, puede ser la revitalización de la ciudad. ¿Por qué frenar una iniciativa solo por miedo? Aidea es de septiembre de este año y en su momento fue visibilizada por el Panel Urbano Regional coordinado por el arquitecto Gonzalo Tellería y la Universidad Viña del Mar (UVM) y consiste en convertir la avenida Valparaíso en un bulevar de uso exclusivamente peatonal, entre la Plaza José Francisco Vergara y Villanelo, o bien desde la misma plaza hasta Von Schroeders, con el objetivo de revitalizar el comercio del sector, tan afectado por los saqueos y vandalismos que siguieron al estallido social y, posteriormente, la crisis sanitaria provocada por el covid-19. Pero si somos sinceros, la decadencia de la avenida Valparaíso antecede con mucho al viernes 18 de octubre de 2019.
Bien lo sabrá nuestro conocido Jorge Salomó, quien junto a las Ediciones Universitarias de la PUCV publicó hace algunos años el imponente libro Calle Valparaíso, siete cuadras de historia, en el cual recorre paso a paso y vereda por vereda la antigua Calle del Comercio, nacida en 1855, pavimentada en 1912 y forjada a punta de emporios y almacenes italianos en sus inicios, practicando un ejercicio de romántica nostalgia que comienza por los funerales Forlivesi, el Casino Chico, las camisas Pinochet y La Parisien en su primera cuadra, entre Viana y Von Schroeders. Desde esta última calle hasta Ecuador (segunda cuadra) resalta Salomó la zapatería El Sol, Funerales Azócar, el Edificio Andes, la Casa Volts. Tercera cuadra, entre Ecuador y Traslaviña: la Farmacia Prat, Vulcanización Cruciani, el Café Alster, Lavandería Central Express, Juguetería Casa Lily, Primera Compañía de Bomberos, Edificio Italia, Costuras Anita, Tostaduría Arauco, Compañía de Gas y Cicoma. De Traslaviña a Villanelo (cuarta cuadra), jugos Rodier, chocolates Schiattino, pasteles Terrile, Casa Europa, Fuente de Soda León (después África), Casa Hola, Ferretería Covadonga, Casa Cerón.
Quinta cuadra, de Villanelo a Etchevers: Casa Flaño, Corretajes Jorge Montt, Salón de Té Mirabel, Cecinas Stark, Joyería Belga, Confecciones Prida, Óptica Viña del Mar, Vidriera Mori, Casa Magnasco, ropa interior Blanca Nieves, García Vellella, Hucke, Farmacia Ewertz, Stock de Tabacos, Panadería Viale. Etchevers a Quinta, incluido el Portal Álamos, en la sexta cuadra: Sedería León, Bengoa, Inaudito, Sastrería Inglesa, Casa Amarilla, Sederías Viña. Finalmente, de Quinta a las plazas Sucre y Vergara: el Emporio Noziglia, la Librería El Mago, las galletas Tip Top, el Teatro Rialto, los helados Timbao y La Triestina.
Y el café Samoiedo, acaso el más icónico de todos... Por lo mismo, y en virtud de tal nostalgia, solo queda aplaudir la iniciativa de la Universidad de Viña del Mar, que identificó perfectamente los problemas (deterioro, decadencia económica) y propuso soluciones a la altura.
Ahora, que los ambulantes frenen una idea tan atractiva... La UVM propone convertir la avenida Valparaíso en un bulevar peatonal, pero el comercio cree que ello será un festín para los vendedores ambulantes, los lanzas y los traficantes de drogas. Botada la idea?