Autor: Sara Cuartas Valencia - Directora Creativa de Travesía Estudio Creativo
Cuidarte es cuidarnos: Seamos comunidad
Alguna vez leí que no hay nada más peligroso que lo invisible. No preciso bien de donde proviene esta afirmación, pero es claro que es completamente sabia y pertinente para estos tiempos. Acorralados por lo invisibleno se ve pero ahí está el virus, la pandemia que ha definido una nueva escala global y que nos ha develado nuestras más intimas emociones. No diría que buenas o malas, ni tampoco tendría la forma para clasificarlas en términos psicológicos. El punto es que el virus ha dispuesto para nosotros unas formas diferentes de vida y no sólo van ligadas aspectos tecnológicos o nuevas formas económicas. Sino que ha exigido unos nuevos códigos en nuestra humanidad. Nos ha definido frente al orden social, al pensarnos en lo colectivo y eso ha sido el mayor desafío, pues son años donde el individualismo y exitismo ha sido la pauta. Han pasado 6 meses desde que el invisible y mortal enemigo coronavirus, llegó al país. Comenzaron las medidas, los llamados de autocuidado. Uso de mascarillas y distanciamiento social. Qué paso entonces? Por qué luego de largos 6 meses de ejercicio constante de medidas de seguridad, estamos en cuarentena? Las razones pueden ser muchas, todos podemos tener un saco lleno de explicaciones. Desde las médicas, económicas, sociológicas, psicológicas o hasta pasionales. Algunos dicen que fue un descuido social, otros que las autoridades no hacen el trabajo. Algunos responsabilizan a la juventud y así y así se buscan las mejores excusas y bandos culpables. Lo único claro es que nos gusta jugarle a las indicaciones y recomendaciones, que sin amenazas no cumplimos y que poco nos interesa el bienestar común.
De acuerdo con las últimas cifras de la encuesta Plaza Pública entregadas por Cadem, un 57% de los chilenos cree que la principal causa del aumento de contagios por Covid-19 se debe a que la gente no respeta las medidas sanitarias impuestas por la autoridad como el distanciamiento social, el uso de mascarillas, la imposición de cuarentenas y los toques de queda. Nos tienen que obligar y amenazar con multas para que juntos nos cuidemos. Hay que ver las noticias y sus historias casi cómicas de las formas que las personas han buscado para salir de sus casas e ir a fiestas en otros lugares. Un señor fue encontrado en el maletero de un bus. Se escondía entre cajas para poder salir de Santiago. La noticia en otro momento de la historia me hubiese parecido que la persona huía, quizás de la guerra o de malos negocios.
El profesor y psicólogo del comportamiento, Wilson López, señala que el ser humano parece haberse convencido de que su especie goza de una superioridad racional que lo lleva a tomar las mejores decisiones según sus expectativas y se vanagloria de su capacidad para medir riegos, costos, beneficios y tomar óptimas decisiones de forma “objetiva”. Sin embargo, “esta es una verdad a medias”, dice el experto. El histórico economista Adam Smith, hace más de 250 años, reconoció algunos de estos sesgos que influyen en la toma de decisiones irracionales y que se adaptan justo a la situación actual. Dentro de estos aparece el exceso de confianza, el autocontrol o ahora llamado por los economistas 'sesgo del entre otros. Son precisamente nuestros valores colectivos los que en medio de la crisis parecen estar jugando en nuestra contra. “La sociedad chilena está fuertemente ligada al individualismo y el exitismo”, explica el sociólogo del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Juventud de la UCSH, Carlos Durán.
“En momentos como el que estamos viviendo, esta ausencia de un sentido de comunidad y solidaridad con el otro se nos vuelve en contra y tiende a imponerse la idea de no pagar los costos de la cuarentena por ejemplo o incluso obtener beneficios de ella”. Esta cuarentena nos hace un llamado de atención, nos vuelve a sacudir la soberbia y a respetarnos como seres sociales. En que sino pensamos en el bien común no podemos salir de este virus. Las normativas que se nos indican son globales, y no normas caprichosas de una autoridad. Volvamos hacer comunidad es la mejor oportunidad que se nos ha dado.