Autor: BÁLTICA CABIESES; CLAUDIA MARTÍNEZ; PÍA MUNDACA; GUILLERMO PÉREZ; JAIME RUIZ-TAGLE; CAROLINA TESSADA; JOSÉ TOMÁS VICUÑA (Quienes suscriben portonecen ala Universidad del Desarrollo, nsttuto de Economía UC, Espacio Público, 1ES, Departamento Economía Universidad de Chile, Universidad Mayor, Escuela de Administración UC, Servicio Jesuita a Migrantes, respectivamente)
Realidad migratoria
Señor Director: Desde distintos ámbitos nos ha tocado estudiar la realidad migratoria y conocer personas migrantes. En algunos puntos hemos coincidido, en otros tenemos opiniones divergentes, Pero no por llo hemos dejado de conversar y debatir. Chile necesita una nueva ley de migraciones, que sea moderna y flexible, para así poder dar respuesta a una realidad dinámica. Una legislación que no solo entregue un marco adecuado para la recepción y entrada de migrantes, sino que sobre todo considere su incorporación a nuestro país.
En este contexto ha sido una valiosa experiencia el esfuerzo de diversos sectores por aportar evidencia al debate y cómo se ha involucrado la academia y la sociedad civil enla discusión No obstante, la integración social de la población migrante no solo se dará por la ley, sino que también como consecuencia de nuestras políticas, prácticas y discursos.
Es por esto que observamos con preocupación el tono de la discusión política que esta semana vimos en el país, donde se hizo uso de ejenplos y metáforas cargadas de prejuicios y sesgos que estigmatizan tanto a chilenos como a extranjeros. Estos discursos impiden ¿ ue podamos promover una sana convivencia, pues reducen la realidad migratoria Hasta ahora el tono de la discusión había sido de ata calidad y colaborativo.
Está en nuestras manos mantenerlo en ese nivel Chile se encuentra ad portas de aprobar una nueva ley de migraciones y vivir un períoDo eleccionario intenso, que contempla la posible redacción de una nueva Constitución Tan importante como el resultado será la forma en que enfrentemos el proceso. Hoy, cerca del 8% de la población es migrante y cerca del 10% de los niños y niñas chilenas tienen un padre o madre migrante. Debemos ser cuidadosos al hablar de migración porque detrás de ese concepto hay personas con las quie convivimos; tampoco es válido etiquetar a los chilenos en extremos de pro y antimigrantes. Se deben considerar múltiples dimensioes, pero es fundamental el debate informado, con un tono y lenguaje respetuosos. Lo que digamos y decidamos hoy tendrá consecuen