Autor: LORENA GUZMÁN H.
Proteger los océanos ayuda a la biodiversidad, pero también a retener CO2 y alimentar al mundo
ÁREAS MARINAS: SI SE PROTEGE EL 21% DE LOS OCÉANOS, AUMENTARÍA EN EXTREMO LA PROTECCIÓN TANTO DE LAS ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN COMO EN PELIGRO CRÍTICO, PASANDO DE 1,5% A 82%, Y DE 1,1% A 87%, RESPECTIVAMENTE. Por muchos años se ha hablado de proteger los océanos, pero solo de a poco se han ido conociendo los alcances reales de hacerlo. Conservar la biodiversidad siempre ha sido el objetivo, pero ahora científicos descubrieron que no sería el único beneficio. Restringir toda actividad extractiva en las zonas protegidas además ayudaría a mejorar el rendimiento de las pesquerías y mantener almacenado el CO2. En el fondo del mar. Actualmente, el 7% de los océanos tiene algún grado de protección, pero solo en el 2,7% hay prohibición total de cualquier actividad, excepto la científica. Son justamente estas últimas las que deben aumentar considerablemente para obtener el trío de beneficios, asegura el trabajo publicado en Nature. Para llegar a dicha conclusión, el equipo estudió primero de forma separada cada beneficio. Así estimó que se necesita proteger el 21% de los océanos para alcanzar el 90% de los beneficios máximos de proteger la biodiversidad. De ese porcentaje de protección requerido, al menos el 43% delas áreas protegidas deberían estar en zonas económicas exclusivas, donde se concentra la mayor cantidad de especies, y otro 6% en alta mar. Los científicos también estimaron que resguardando el 28% del océano, el aprovisionamiento de alimentos aumentaría por la mejora en el rendimiento de las pesquerías, en 5,9 millones de toneladas métricas. Esto considerando 1.150 especies marinas explotadas comercialmente, las que representan cerca del 71% del máximo rendimiento sostenible a nivel global. Mientras que para asegurar que los océanos sigan siendo sumideros de CO2, el estudio asegura que se debe reducir en 90% la pesca de arrastre y proteger al menos el 3,6% de los ma res. Esto porque el sedimento del fondo marino es una especie de enorme bóveda para guardar CO2 alargo plazo, a escala de miles de años.
Pero si se remueve, como lo hace este tipo pesca, el CO; es liberado al océano y luego a la atmósfera, Hoy entre 15% y 20% de lo capturado al año por los océanos se devuelve. Después de analizar cada área por separado, los científicos igualaron el valor de los beneficios de la biodiversidad marina y la provisión de alimentos.
De esta manera concluyeron que la estrategia de conservación óptima debería ser proteger el 45% del océano para así obtener 71% de los beneficios máximos posibles de biodiversidad y 92% de los beneficios de aprovisionamiento de alimentos. Pero como los tres beAl prohibir las actividades extractivas en determinadas zonas de los océanos, no solo se conservarán las especies, sino también la pesca mejorará notablemente y será sustentable. Además, se asegurará que el dióxido de carbono capturado en el fondo marino siga ahí por milenios y no sea liberado a la atmósfera.
Neficios están relacionados, la captura de carbono también tendría resultados positivos llegando al 29% de su máximo potenci Hasta ahora el foco ha estado en proteger lugares donde se encuentra la mayor diversidad a nivel mundial, como en Indonesia o las islas chilenas del Pacífico, por eso uno de los objetivos fue determinar qué otras zonas también son importantes.
“Los bosques de kelp en la Patagonia chilena son muy diferentes a los ecosistemas del Mar Rojo o del Ártico, por ello hay que proteger una gran vay no solo a algunos”, explica a “El Mercurio” Juan Mayorga, científico de datos marinos de Prisde National Geographic Society y coautor del estudio. “Existe la meta internacional de protegerel 30% delos océanos (para mediados de siglo), pero no sirve cualquier 30%”, agrega. Ouro de los objetivos del trabajo fue entregar más herramientas para entender el rol de las pesquerías en la conservación. “Siempre se ha pensado que las áreas marinas protegidas son el enemigo de la pesca, pero el real enemigo es la sobrepesca”, advierte. Si se cuenta con un área marina protegida, las especies comienzan a proliferar al no estar amenazadas por la actividad humana. Y como en el agua no hay límites, esa proliferación traspasa las fronteras de la protección y aumenta el rendimiento de la pesca en zonas donde sí se puede extraer el recurso. Por eso, Mayorga asegura que las áreas protegidas son una póliza de seguro para la industria pesquera. Pero no basta con tener estas áreas, advierte Juan Carlos Castilla, académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica. “Si no se regula la pesquería y se tiene un manejo eficiente del océano, todos los beneficios que se consiguen con las áreas marinas protegidas se anulan”, asegura. Por ello estima que estas zonas no son la solución, sino una parte de ella.
EN CHILE Además, estas áreas se vuelven una herramienta solo si realmente cumplen con su objetivo, y para ello tienen que estar bien manejadas y monitoreadas, dice el “Hoy hay muchas que solo están en el papel, como pasa en Chile, donde solo cerca de un cuarto de estas áreas están realmente protegidas”. Por ello, cree que ahora más que pensar en declarar más (áreas), es mejor centrarse en consolidar lo que ya se tiene, puesto que lograr un buen manejo es complejo y costoso. Otro aspecto donde poner el foco es en el tipo de zonas a proteger. “Tenemos que empezar a trabajar donde hay más gente interactuando con el océano”, dice Juan Mayorga. En el caso de Chile, solo el 0,01% de la zona económica exclusiva está completamente protegida.
Es ahí donde se debiera poner el énfasis ahora, agrega Castilla, Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva de Oceana, coincide: “Nos hemos enfocado mucho en las islas del Pacífico, pero ahora tenemos que centrarnos en protegerlas zonas de surgencia (donde suben ala superficie aguas frías ricas en nutrientes) frente a la costa”, dice, Y eso lo debieran hacer todas las naciones. “Es importante que todos los países estén en la misma posición”, opina. Por eso también se debería buscar proteger el océano en forma regional, agrega, como por ejemplo todos los países americanos que dan al Pacífico. VIDA SUBMARINA Más de 3 mil millones de personas dependen de los océanos como fuente principal de proteínas.