Autor: VÍCTOR FUENTES BESOAÍN
Quidico, el balneario de la “zona roja” de Arauco que vivía del turismo antes de que la violencia estallara en el sector
Las condiciones de esta caleta de pescadores permitían el desarrollo de los deportes náuticos: PRODUCCIÓN Pesca, agricultura y ganadería convivían en Quidico y aseguraban la alimentación local.
Hace casi tres años, los 2.800 habitantes de Quidico, en lacomuna de Tirúa (Provincia de Arauco), se sentían en el paraíso, privilegia dos de tener un balneario y una caleta de pescadores que Satisfacía todas sus necesidades y sueños. El panorama ideal de un fin de semana para vecinos como el mecánico y transportista Víctor Fulgeri, era comprar productos del mar y reunirse a comer con amios de toda la vida.
El turismo, según el empresario deeserubro Fernando Fuentealba, erala principal actividad económica en la zona hasta hace tres años, fecha en la que establece el estallido delos episodios de violencia en la zona, que suman 56 casas quemeses, cuatro de ellas la noche del martes 13 de abril.
Todoello, afirma, amanos de organizaciones mapuches radicalizadas y bandas dedicadas al narcotráfico y al robo de madera, Hoy, entre los habitantes de Quidico, ninguno puede afirmar queno ha sufrido directa o indirectamente algún ataque, y por eso anhelan recuperar el impulso que tenían. Sitúían en marzo de 2018 el momento clave para de forma permanente los atentados contra las viviendas y la infrac: tructura de la locali dad, enel marco de llamadosa “recuperar territorios” que realizaron activistas radicalizados.
Eso, aseguran los mismos entrevistados, se agudizó en noviembre de ese mismo año, luego de la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca, Aunque Fernando Fuentealba veraneaba desde niño en el sector, en 2005 se instaló con su familia y tableció recintos turísticos para los visitantes, que venían desde países como Argentina y Japón, entre ellos el hotel Curef, con 19 habitaciones, un restaurante para 100 personas —donde el plato insignia era el pastel de piscina y pastelería, el que debió cerrar iras los continuos hechos de violencia.
Fuentealba, quien ha sido presidente de la junta de vecinos, alcalde de mar elegido por los pescadores, presidente del Comité de guridad y candidato a concejal para las elecciones de mayo, confía en que Quidico “va a reconstruir su historia”. Surf y turismo A fines del siglo XIX el lugar funcionaba como un embarcadero, loque permitió el traslado dela producción maderera de la zona. Ya en el siglo XX, por su cercanía con la localidad de Capitán Pastene (Región de La Araucanía), a 65 dede 66 A los cinco años empecé a viajar a Quidico. Vivía en Santiago y me venía por todo el verano. Desde 2005 me instalé con un hotel. Recibía turistas de todo el mundo”. FERNANDO FUENTEALBA. EMPRESARIO TURÍSTICO DE QUIDICO Enun terreno comprado hace 30 años, Víctor Fulgeri comenzó a construir su casa en 2014. Esta fue quemada en enero. bros de la colonia italiana comenzaron a construir viviendas en Quidico y a elegirlo como su lugar de jubilación.
“Pastene es turístico y con un sello gastronómico italiano, pero no tiene lagunas ATRACTIVOS. — Los recorridos en lancha por la bahía permitían conocer toda la costa de la zona sur de Arauco e incluso llegar en una hora hasta la isla Mocha.
El atractivo turístico llevó a varios vecinos a instalar recintos para recibir visitantes, como el Hotel Curef (foto de la izquierda), que debió cerrar por los continuos hechos de violencia. 66 Empecé a visitar a mis abuelos el año 61. En 1991 me compré un terreno y levanté una cabaña y la casa la empecé a construir en 2014. Era el lugar más hermoso para vivir”. VÍCTOR HUGO FULGERI Y TRANPORTISTA. A Quidico no llegaron colonos extranjeros sino que pioneros chilenos. Siempre fue un pueblo integrado y muy transversal. Entre todos nos ayudábamos”. VECINO DE QUIDICO hi mar, que es lo que me cautivó de Quidico”, dice Víctor Fulgeri. Los vecinos cuentan que las familias más antiguas se dedicaban aloscultivos de trigo, avena, arvejas y papas y también a la ganadería; con lo que aseguraban una alimentación completa con productoslocales. Otros grupos más nuevos se sumaron al boom turístico y levantaron, junto a sus viviendas, cabañas para los visitantes. Estabanen un sector rodeado de bellezas naturales y valoraban que era un lugar seguro.
Incluso, a comienzos de este siglo habían comenzado a atraer a cultores de los deportes náuticos, principalmente a exponentes del surf y alos amantes del kayak, con condiciones de vientos y oleajes que eran valorados por los especialistas. Ps e dl futuro podía ser como Pucón, pero más pequeñito”, rememora otro de los vecinos del balneario que prefiere no dar su nombre. Hoy, tanto la violencia como la pande esos recintos turísticos cerraran. Administrativamente, hoy depende de Tirúa, y está en la ruta que une esa comuna con Cañete, en plena “zona roja” de la violen cia.
“Pese al progreso que empezaron a traer hace 80 años los italianos, recién tuvimos electricidad en 1986", cuenta el vecino con nostalgia, A El anhelo de sus 2.800 habitantes es recuperar el impulso que vivieron hasta 2018. Hasta entonces, sus bellezas naturales y tranquilidad atraían visitantes de Brasil, Argentina, EE.UU., Europa y Japón.