Autor: IGNACIO MOLINA
Análisis al meme del momento: por qué compramos cosas que no usamos
Rancisco Henríquez, de 32 años, podría ser el protagonista de uno de los memes de moda en esta cuarentena: "Joven monta un gimnasio en su casa y tampoco va”. Henríquez cuenta que en tiempos de pandemia se compró un juego de mancuernas, dos barras, discos para las barras, cintas elásticas y accesorios como una mariposa para apretar los discos. 'Además a mi pareja le regalaron una trotadora, por lo tanto en nuestra casa tenemos un rincón destinado al gimnasio... que no se ocupa”, confiesa. "'A mucha gente le pasó lo mismo”, dice Henríquez, que vive en Puerto Montt. César Rodríguez es un ingeniero civil de 37 años. Desde los 15 que se ejercita de forma esporádica y desde los 26 que asiste al gimnasio de forma constante. Pero debido a la cuarentena, por los cierres, intentó armar su propio home gym. En su casa en Talca tiene un rack multifuncional, un banco reclinable, una barra olímpica con 12 discos de diversos pesos, 4 mancuernas y otros accesorios. “En marzo (de 2020) nos enviaron para la casa, para teletrabajo. Estuve entre- “Lo que está detrás de esto es una proyección ideal de sí mismo”, dice sociólogo y doctor en Filosofía. Doctor en Comunicación afirma que esta tendencia aumentó en cuarentena Nando abril, mayo y junio. Pero progresivamente fui dejando el ejercicio, hasta que ya no hacía nada”, dice.
El publicista Sebastián Goldsack, doctor en Comunicación UC y académico en la Universidad de los Andes, explica por qué adquirimos cosas que después no usamos, desde cuchillos de cocinas japoneses hasta un gimnasio casero. "Compramos por una expectativa de valor, más que una necesidad. Cuando tienes la sensación de que vas a necesitar ocupar algo, te preparas, dispones los medios para que eso pase. Pasa mucho en las vacaciones, que te compras, no sé, 40 libros, muchos más de los que eres capaz de abordar. Uno tiende a planificarse, y en esa planificación tiende a proyectarse en la expectativa de lo que quisiera hacer o piensa que va a pasar”, explica. Goldsack plantea que la cuarentena enfatizó esas conductas. “En momentos como este, en que tenemos que tomar decisiones con respecto a lo que va a ser nuestra vida, nos proyectamos en nuestras mejores capacidades.
Y claro, mucha gente se tiene que haber proyectado haciendo deporte todos los días y armó un gimnasio casero o dijo: Yo quiero hacer pan, porque siempre quise hacer pan, y ahora tengo el tiempo; entonces, compró un montón de insumos. Uno trata de condicionar los elementos, establecer la condición, poner los medios, para poder ejercer y ejecutar el deseo futuro. Siempre la compra es una anticipación del uso”. Marco Garrido, sicólogo y coach deportivo, complementa. "Uno se compra cosas de repente pretendiendo poder ocuparlas en algún minuto, eso hace referencia al tema de las expectativas.
En algún minuto lo voy a necesitar y lo tengo que ocupar, pero en ese tiempo, en ese lapsus, pueden pasar Muchas cosas que te van desmotivando, que te van haciendo perder el sentido o que te van, de alguna manera, condicionando a no hacerlas”, afirma. Rodríguez, el hombre fitness, lo explica de este F modo. “No es lo mismo entrenar en la casa que en el gimnasio. Cuesta motivarse para entrenar en la casa; a todos nos pasa, a otros más, a otros menos. El hecho de ira un gimnasio, el ambiente, que haya más gente entrenando, te motiva.
Es un círculo social, uno conversa con la gente, entrena con amigos, se arma todo un tema”. Garrido agrega otra variable “Un fenómeno que se produciría es el de la procrastinación, que es dedicarle el tiempo que le tenía destinado a una cosa más importante a un aspecto más irrelevante, como remplazar la actividad física por ver una serie en Netflix”. El sociólogo Mauro Basaure, doctor Filosofía y académico en la Universidad Andrés Bello, aporta otra mirada. "Lo que yo creo que está detrás de esto es una proyección ideal de sí mismo; es decir, la compra del gimnasio en particular, pero también de Otros objetos, como ropa o artículos de cocina, todos hablan del deseo de ser alguien distinto a lo que uno es. Como cuando en Año Nuevo uno se hace promesas a sí mismo: uno se proyecta hacia un futuro y mediante esos objetos, entonces, se trata de alcanzar ese ideal”, dice.
Basaure sostiene que en el caso de los aludidos por el meme, la proyección del gimnasio es estar tonificado, tener un cuerpo saludable, esbelto. "En el caso de los instrumentos de cocina, es tener un pasatiempo agradable con los instrumentos profesionales, ser un profesional de la cocina; en el caso de la ropa es verse mejor de lo que uno ve, verse más atractivo”. Rodríguez afirma que quería seguir entrenando porque tiene expectativas, tanto de salud como estéticas. "Al principio entrenaba en la casa, feliz, con todas mis cosas, pero después llegué a un punto en que no hacía nada”, confiesa. Pero hace unas semanas viajó de Talca a Puerto Varas, donde vive su familia, para escapar de la cuarentena. “Me traje dos mancuernas. Acá me compré una barra preolímpica, dos discos para la barra y un banco de pectorales reclinable”. Hasta ahora, asegura, sigue ejercitándose.