Autor: Por Juan Manuel Ojeda
La nueva rutina: CUANDO TODOS LOS DÍAS SON IGUALES
Ei [m] [Ej latercera. Com - Ea, Te invitamos a revisar la versión digital de este especial » en nuestro sitio web. A Cristina Castro (38) la pandemia le cambió toda la rutina de su familia. Vive en Estación Central junto a su hija de 12 años y otro hijo de 21.
Antes del virus la alarma sonaba a las siete de la mañana, despertaba a su hija, la iba a dejar al colegio, luego volvía a su casa, tomaba desayuno y paseaba a su perro para luego irse a su trabajo. Hoy nada de eso sigue su curso habitual. Su hija ya no va al colegio. La menor de la familia ahora duerme hasta las12.00 013.00 de la tarde y cuando se despierta, en la casa ya no queda nadie. Su mamá ahora trabaja medio día y su hermano sigue laborando en el centro de distribución de Walmart. Eso no ha cambiado, ya que al trabajo esencial, cuenta con un Permiso Único Colectivo. Este documento, a mediados de junio según datos de Carabineros, había sido solicitado por 64.856 empresas para 1.520.826 trabajadores. “Antes yo almorzaba en la casa sola. Ahora solo trabajo medio día presencialmente, entonces tengo ese momento con mi hija. Luego sigo en la tarde con teletrabajo”, relata Castro. A la menor, su colegio le va enviando algunas guías que luego de hacerlas, le saca fotos y manda de vuelta.
Las labores del colegio las logra cumplir sola, ya que, según cuenta Castro, es “muy independiente”. La Suspensión de las clases la ha afectado a ella y a los más de 3,6 millones de alumnos escolares que hay en todo el país. Y adaptarse a no ir al colegio, durante más de cuatro meses, no ha sido fácil.
Una encuesta realizada por Educación 2020 -a 3.400 personas, entre estudiantes, apoderados, docentes y equipos directivos de todo el país— detectó que el 50% de los estudiantes escolares encuestados tiene acceso ocasional o nulo a un computador y entre el 60% y el 80% no cuenta con un espacio cómodo para estudiar, materiales para realizar tareas, un ambiente de concentración en el hogar o apoyo por parte de sus apoderados o profesores. La familia de Roxana Aravena (56) también ha tenido que adecuarse a los estragos que la pandemia provocó en su hogar. Ella trabajaba vendiendo elementos de cocina en la feria y su marido instalando cerámicas. Y ambos, desde abril, están sin trabajo. Al igual que las 940.360 personas que, según los últimos datos del INE, están desempleadas, lo cual significa un aumento de 2,2 puntos porcentuales en relación a lo mostrado en el trimestre inmediatamente anterior. Pese a no tener ingresos, su marido ha buscado trabajos esporádicos arreglando baños. Pero no poder trabajar implicó que no haya dinero para pagar las cuentas ni tampoco el arriendo de su casa, la cual comparte con su hija y dos nietas. Pero, dice, el propietario ha sido flexible con el cobro. “Es estresante. Hay que pensar en el futuro. Somos creyentes en Dios y tenemos fe de que no nos va a dejar, pero igual cuesta. Hay veces que una amanece enojada y no sabe qué decir, pero al final es por esto. Son muchas las emociones que se generan en estos cuatro meses”, cuenta Aravena. Así como a Cristina Castro y a Roxana Aravena la dinámica familiar les cambió por completo, a Cristóbal Jiménez (26) le modificó sus rutinas deportivas. Y no es el único.
Una encuesta de Sparta, realizada por Cadem, muestra que el 57% de los encuestados dice haber practicado deporte con regularidad antes de la pandemia, pero durante la cuarentena solo continúo un 37%. Jiménez es entrenador de fútbol, trabaja en un estadio en la comuna de Las Condes y su vida siempre ha estado ligada al fútbol y al deporte. Antes de la pandemia se ejercitaba al menos una vez a la semana. Todos los lunes jugaba fútbol junto a sus amigos. En el resto de la semana igual hacía deporte al sumarse a los entrenamientos que él mismo impartía a sus alumnos. Pero el virus acabó con todo eso. “Ese lunes destinado a hacer deporte murió”, relata Jiménez. Pero junto a sus amigos se adaptaron. “Lo que hemos hecho para poder contrarrestar esa pérdida fue hacer un campeonato de Fifa en Play Station 4. De esa forma simulamos un poco lo que es un partido de fútbol. Es un campeonato, todos juegan contra todos y se juega de forma virtual. Así hemos tratado de hacerlo lo más similar posible a lo que es la vida real, pero ya estamos ansiosos de poder volver”, cuenta el entrenador. Y para darle más Cuarentena, confinamiento o toque de queda. Insomnes, recluidos y cautelosos. Los conceptos sobran para graficarlo: desde marzo hemos tenido un año que no imaginábamos.
De un día para otro las rutinas -iral colegio, ir al trabajo, ir de compras, salirse paralizaron, en algunos casos para no descongelarse: la zona norte de la comuna de Santiago cumple hoy exactos cuatro meses desde que el 26 de marzo entró en cuarentena, medida que no ha sido levantada desde entonces. Es un fenómeno a escala global, pero el impacto en la vida cotidiana esinnegable. Hay más pantallas y menos cercanía; más tiempo en las viviendas y menos desplazamientos; más incertidumbres y menos certezas. Lasrestricciones sanitarias podrán flexibilizarse, pero la cuarentena ya ha provocado cambios que probablemente dejen huellas en los chilenos. Esta recopilación de datos hecha por La Tercera abre una ventana a nuestra vida confinados desde diversas perspectivas. Va delos escolares no accede anada o casinada de la enseñanza que debía recibir. Según datos oficiales, esto equivale a cerca de 180 mil escolares perjudicados. Otro 5% estaría accediendo a todo el currículum escolar, gracias alas diversas medidas de apoyo delos colegios y del Mineduc. Entanto, el 30% dela población escolar estaría recibiendo buena parte de los aprendizajes, mientras que el 60% estaría recibiendo solo una parte. Fuente: Encuesta de la Universidad de Harvard y la Ocde a59 países. Por Chilerespondió el Mineduc. Enlos colegios particulares pagados, la comunicación entre profesores y alumnos se da porinternet, mientras que en los municipales, el contacto es principalmente telefónico, lo que revela labrecha digital de los más vulnerables.
Poreso, el principal método de trabajo de los profesores es el envío de guías (81%) y tareas (75%), mientras que las actividades interactivas son residuales: el 11% de los docentes organiza grupos de trabajo entre los niños y solo el 16%imparte clases online. Entre estos últimos, la enseñanza interactiva 40%enlos colegios particulares y cae entre las escuelas municipales. Fuente: Encuesta Docencia durante la crisis sanitaria, aplicada por académicos de la U. De La Frontera, U. Católica, U. Diego Portales y U. Católica de Valparaíso, junto a Summa (Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe, del BID). Emoción, los partidos los transmiten por una plataforma llamada Twitch. A través de ella todos pueden seguir el partido desde sus dispositivos. La imposibilidad de ejercitarse lo llevó, junto a un amigo, a buscar nuevas disciplinas. Ahora entrena “Animal Flow” dos veces a la semana, un sistema de entrenamiento que implica movimientos corporales imitando gestos de animales. “Es como un yoga, pero con más movimiento. Si no fuera por la pandemia creo que no lo hubiese podido practicar”, dice. Y ahora, con el mismo amigo, están comenzando a hacer dos veces a la semana trabajo con barra. Pero una de las cosas más desafiantes ha sido adaptar sus clases de fútbol de manera virtual. “Ha sido súper difícil y raro transformar una clase de fútbol a una clase virtual, porque el fútbol es un deporte colectivo”, agrega. Buscó un método especial para espacios reducidos y la dinámica incluye ejercicios repetitivos, secuencias técnicas con el balón que no requieren mucho espacio. Cada uno de esos ejercicios se va adaptando al espacio que tenga el alumno, tanto para hacerlo en la pieza, en el living o donde se pueda. Todo a través de clases virtuales. Con los adultos, además, hace sesiones que combinan fútbol y preparación física. “En general, lo que quieren es patear el balón, conducir, tener espacio, entonces hay días en que tenemos pocos alumnos.
También pasa gente está un poco saturada de los Zoom, aburre un poco, es cansador y en la última tanda de la pandemia hemos tenido que reforzar la motivación a los alumnos”, concluye quien, además, ha empezado a ofrecer clases de acondicionamiento funcional virtuales. El encierro, el riesgo de contagiarse en el supermercado y la limitación de los permisos especiales también han sido factores determinantes para trasladar las compras al mundo virtual. Camila Ramírez (29) asegura que fue inevitable que la pandemia modificara sus hábitos de consumo. Antes estaba acostumbrada a comprar siempre en las mismas tiendas online, pero ahora se da el tiempo de revisar nuevas páginas y comparar los precios. “Incluso, he comprado cosas más chicas que antes estaba acostumbrada a adquirir en negocios de barrio o tiendas de conveniencia”, dice Ramírez. Sus compras han sido de todo. Desde productos de limpieza y comida una veza la semana a través de Cornershop, hasta decoración para la casa, ropa, zapatos, joyas, alcohol y remedios. Pero estos cuatro meses no han sido siempre iguales: “En marzo me preocupaba de comprar cosas de supermercado, lo demás pensaba retomarlo una vez que se acabara el confinamiento. Pero a los dos meses tomé conciencia de que la cuarentena iba a durar mucho más tiempo, así que empecé a ver qué tiendas físicas lanzaban sus tiendas online.
Retomé e incluso aumenté el consumo”. Sobre las aplicaciones, ha aprovechado la cuarentena para cocinar más y se puso, como regla general, tratar de no pedir comida a domicilio más de una vez a la semana, lo cual suele ocurrir los lunes o los fines de semana.
“Rappi, por ejemplo, lo ocupo mucho más en su modalidad “Rappi Favor”. Si necesito hacerle llegar algo a un faMiliaro amigo, o ellos a mí, ocupo Rappi u otras aplicaciones como Uber Flash o Didi Favor”, dice. Sobre las compras, cada producto puede ser un mundo en sí mismo, pero si hay uno de ellos que ha tenido un importante cambio en su demanda es la harina.
Susana Campillay (64) es un ejemplo de eso: “Mi consumo ha aumentado de dos a20 kilos mensuales, ya que la situación actual no permite salir a comprar, dado que he respetado la normativa de salubridad dispuesta por las autoridades”. Así, se vio obligada a empezar a cocinarlo todo, principalmente el pan. Lleva en esa dinámica durante tres meses y pese a que los primeros salían muy malos, ahora asegura que ya es una experta. Además de que, según ella, sale más económico, afirma que también ha tenido otros efectos. “La cocina con harina ha permitido hacer partícipe a mi familia a la hora del té. Algo totalmente positivo que saco de todo esto”, dice Campillay. Esto mismo lo han visto desde el otro lado. Cristián Duco es gerente del Molino Santa Elena, que está ubicado en San Felipe. Duco cuenta que la demanda en harina aumentó considerablemente en los meses de marzo, abril y mayo. Ahora, dice, el asunto ya se ha estabilizado un poco. “Nuestro aumento ha sido entre un 25% y 30% aproximadamente. Podría haber sido más, pero no teníamos el tamaño, el stock ni la capacidad para producir más”, dice. De hecho, han tenido que rechazar pedidos. Y el virus pareciera que ha generado panaderos profesionales.
Pamela Orostegui trabajaba en Recursos Humanos, pero se reinventó con la empresa “Despensa Harina”. Dice que sus ventas subieron un 150% y las harinas especiales, sobre todo para masa madre e integrales, 200%. Otro cambio a la rutina de los chilenos se ha observado en las comunicaciones. Al parecer, el virus forzó a dejar de lado los chats por mensajes y empezó a revivir las conversaciones por teléfono. Así lo muestran los datos de la empresa Entel.
Sus registros dan cuenta de que en estos cuatro meses el uso de voz ha crecido alrededor de un 30%, siendo el 18 de marzo, el día que se decretó estado de emergencia a nivel nacional, el peak histórico: fue a las 12 horas, marcando un 40% superior a los valores antes del Covid-19. Eso, en términos de llamados telefónicos a nivel nacional, equivale a 135.268 minutos. Los hábitos asociados al trabajo y al colegio son, por lejos, los que más se han visto afectados por la irrupción en la vida de los chilenos del virus Sars-Cov-2. El distanciamiento físico y las cuarentenas de un día para otro borraron radicalmente la rutina normal de los chilenos. Lo que partió en marzo como un virus desconocido, a la fecha ya acumula cuatro meses de cambios.
Sin ver a los familiares, los amigos, sin poder ir a fiestas, a la plaza, hacer deporte, andar en bicicleta, subir un cerro: las nuevas reglas de la pandemia dejaron atrás aquello a lo cual las personas ya se habían acostumbrado a hacer en sus vidas.
El 57% de los encuestados dice haber practicado deporte con regularidad antes de la pandemia, pero durante la cuarentena solo continuó un 37% (-31%). El57% delos encuestados dice estarpracticando deporte entre tresa cuatro veces por semana. De ellos, el 71% lo hace de forma solitaria, mientras que el 18% con los hijos y % 17% conlapareja. EL 11% de los encuestados dice habercomenzadoa practicar deporte El 75% de los encuestados asegura que, una vez superada la pandemia, comenzará o retomará el deporte física o comenzará apracticar alguno. Fuente: Sparta/Cadem Se aprecia un aumento en la realización de actividades solitarias.
O Baile, zumba, poledance aumentaron de 18% a 24%. O Pesas, de un 11% a un18%. O Yoga y pilates, de un 8% a un 16%. O Gimnasia y ejercicios, de un 4% a un 11%. UBEREATS Los horarios más utilizados están entre las 12 a14 horas y en la tarde-noche, de 19 a 21horas. RAPPI En los fines de semana hay una mayor tendencia a realizar pedidos durante los almuerzos y las cenas. En cambio, de lunes a viernes, los chilenos suelen utilizar Rappi mayormente en horarios vinculados al almuerzo.
NIELSEN Durante la cuarentena las compras se concentran en el martes, miércoles y jueves (49%), mientras que sin cuarentena se concentran el jueves, viernes y sábado (48%). LINIO Respecto delos horarios delas visitas, estas se mantienen constantes alo largo del día, aunque con ciertos peaks durante la tarde, a partir de las16 horas. ENCUESTA FACEBOOK IQ: COVID-19 Estudio conducido por Bridge Research. Entrega datos respecto del consumo de los chilenos durante la pandemia. El 50% dice haber aumentado el tiempo que pasa comprando productos en línea, y el 56% investiga más productos através de canales digitales. Metodología: se encuestó en línea a600 usuarios de internet chilenos y mayores de 18 años. HARINA La harina se convirtió enuno de los productos más comprados Aumento de 25%30% de producción en Molino Santa Elena y 150%-200% ventas empresa Despensa Harina.
MERCADO LIBRE Los intereses de las compras han pas” de la pandemia: la primera de ellas fue la etapa de prevención, donde se pudo ver un aumento enlas categorías Industrias y Oficinas y Salud y Equipamiento médico, con productos comoalcoholen carillas, termómetros y antibacteriales. La segunda etapa fue la de abastecimiento, marcada por consumo de categorías como consumo masivo y alimentos, de limpieza, higiene, alimentos y bebidas. Y latercera sido la de permanencia, marcada porel crecimiento de categorías asociadas al casa.