Autor: Heinz Wuth Asesor y Consultor Gastronómico. Profesor de Gastronomía Científica. Miembro en Science8.Cooking World Congress Miembro de L'Académie Culinaire de France (Qsoycienciaycocina
COLUMNAS DE OPINIÓN: El hedonismo en la gastronomía: más allá del placer de comer
COLUMNAS DE OPINIÓN: El hedonismo en la gastronomía: más allá del placer de comer Chef&Hotel 1 opinión i neaonismu en ia gasronumia más allá del placer de comer Heínz Wuth Asesor y Consultor Gastronómico. Profesor de Gastronomía Científica.
Miembro en Science&Cooking World Congress Miembro de LAcadémie Culinaire de France @ soycienciaycocina En una época donde la comida se comparte tanto en la mesa como en redes sociales, la gastronomía mantiene ese rol protagónico en nuestra vida cotidiana. Ya no se trata solo de alimentarse, alimentarse, sino de experimentar, disfrutar, e incluso filosofar. En este contexto, el concepto de hedonismo ha ganado terreno como una manera de comprener comprener el vínculo entre el ser humano y el acto de comer. Pero ¿ es válido hablar de placer en la cocina desde una perspectiva perspectiva científica? El hedonismo, en su definición más clásica, postula que el placer es el bien supremo. Epicuro (filósofo griego del 300 a. C. ) lo entendía como la búsqueda racional del bienestar, lejos de los excesos. excesos. En gastronomía, esta búsqueda se traduce en una experiencia sensorial: sabores, texturas, aromas y emociones que despiertan al comer. Pero ese placer muchas veces subjetivo, tiene explicacio nes bioquímicas y culturales que vale la pena explorar. Cuando comemos algo que nos gusta, el cerebro libera dopamina, un neurotransmisor neurotransmisor que refuerza comportamien tos placenteros. Si esa comida además tiene un vínculo emocional una receta familiar, un plato de la infancia, se suman otros actores como la oxitocina o la serotonina. En términos simples: el sabor no es solo lo que percibe la lengua, es también lo que sentimos y recordamos. De ahí que una comida bien ejecutada pueda provocar una sonrisa honesta o una lágrima inesperada.
La industria alimentaria lo sabe, Muchas veces se diseñan productos que maximizan lo que en ciencia se conoce como “punto de máxima palatabilidad”: una combinación precisa de grasas, azúcares y sal que estimula el cerebro para seguir comiendo. Es hedonismo, s4 pero inducido. Por eso, es importante istinguir entre el placer consciente de una buena comida reflexiva, bien hecha y valorada y el placer adictivo que no aporta nutrición ni cultura. Desde la cocina profesional, el hedonismo hedonismo puede ser una herramienta. Diseñar un plato no es solo combinarj ingredientes. Es pensar en cómo se siente una textura al morder, cómo evoluciona el sabor en boca, cómo influye el entorno o el relato que acompaña acompaña la preparación. Incluso, cómo la estética del emplatado activa la expectaiva expectaiva antes del primer bocado.
La cienci ayuda a explicar cada uno de estos fenómenos: desde la reacción de Maillard o glicación que genera sabores complejos, pasando cómo el color del plato influye en la percepción del gusto y todos los factores ambientales que rodean a la experiencia culinaria. Pero no todo placer gastronómico debe ser sofisticado. Una marraqueta crujiente recién salida del horno, un trozo de queso madurado a la temperaura temperaura justa, o un guiso preparado con cariño por una madre o abuela, también son experiencias hedonistas. En todos los casos hay una búsqueda del placer, pero también una carga cultural, emocional y sensorial que le da profundidad. En resumen, el hedonismo en la gastronomía no es un exceso, sino una celebración del conocimiento sensorial, Es una forma de entender que comer bien no solo alimenta el cuerpo, también el alma. Y si además podemos comprender comprender el proceso detrás de lo que sentimos sentimos al comer, la experiencia se vuelve aún más rica. Porque como en toda ciencia, en la cocina también hay espacio para la belleza del descubrimiento. 77.