El otro “Congreso Araucanista"
Realizado en 1916: En tado para esos tiempos.
No se había registrado hasta entonces tantas RS entonces arzobispo Juan Ignacio González, tras recibir la encíclica del ASA todos los obispos de Latinoamérica, en la que los exhortaba a que se preocuparan NS EAS SS eran preocupantes. El Papa, fallecido A EQUIPO SOCIEDAD. A conformación del Comité Wallmapu, que busca avanzar en medidas que aborden los problemas de La Araucanía, tiene precedentes de larga data.
Por de pronto, en los últimos años han sido varios los esfuerzos por tratar la compleja situación de la zona, que aseguren su de rrollo y el término de los hechos de Violencia que han recrudecido en las últimas semanas. Sin embargo, el siglo pasado registra uno de los encuentros más significativos en esta materia. Aquí parte de la historia del realizado hace 104 años, e impulsado por la Iglesia Católica chilena y el gobierno. La realidad dada a conocer allí impactó a la opinión pública y dio lugar a medidas que se implementaron en las décadas posteriores a ese congreso.
Conocida también como En pro de la religión y de la dignidad humana", por sus últimas palabras, el Papa solicitaba la cooperación de los gobiernos para abordar este tema: "Sila labor del gobierno se uniese la de la Iglesia, entonces ciertamente se obtendirían muchísimo mejores frutos”, decía. Chile tenía poco más de 3 millones de habitantes y, según la Iglesia, 65 mil de ellos no eran católicos, buena parte de los cuales eran indígenas.
El arzobispo González, en la foto, acogió el encargo, pero le respondió al Papa, a través del Nuncio Enrico Sibilia, que no habiendo indígenas en la diócesis de Santiago, abordaría el tema en la próxima reunión de obispos. El Congreso Araucanista El 17 de diciembre, día inaugural del congreso, el Teatro Unión Central (en la foto) se llenó. A la ceremonia asistieron el entonces Presidente, Juan Luis Sanfuentes, varios de sus ministros, además de obispos, el nuncio, loncos, caciques, médicos, sacerdotes misioneros de varias órdenes, monjas y personalidades de los más variado ámbitos.
El congreso y su organización estuvioron presididos por Ramón Subercaseaux, exministro de Colonización, junto a un comité ejecutivo integrado, entre otros, por Fermando Yrarrázaval, Darío Urzúa, Juan Enrique Concha, el capuchino Jerónimo de Amberga y José Ramón Gutiérrez. En la foto, el arzobispo González junto a parte de los organizadores.
Entre los invitados había varios representantes del pueblo mapuche, como los caciques Domingo Coñuepan, Juan Manuel Pailll, Juan Antonio Tralma, Rafael Cheufquelef, Manuel Aburto Panguilef, Antonio Chihauilaf y Manuel Manquilef (enla foto, segundo de izquierda a derecha). Varios de ellos habían almorzado en la casa del arzobispo el domingo anterior al inicio del congreso y muchos favorecían la división de las llamadas "reducciones” o comunidados para determinar sus propiedades.
Manquilef, un conocido dirigente mapuche de la Sociedad Caupolicán (algunos de sus integrantes en la foto), le había hecho llegar una carta "al jefe de la Iglesia chilena, única institución que ayer y hoy se ha preocupado de alivianar la suerte de los débiles". Manquilef daría luego en el congreso uno de los discursos inaugurales más aplaudidos del evento, referido a la propiedad. El día antes del inicio del congreso se inauguró en la Universidad Católica una exposición de artesanía mapuche, a la que también asistieron el Presidente Sanfuentes, el arzobispo y muchas autoridades. En la foto, monseñor González junto a monseñor Francisco Vagni, de la Nunciatura; los obispos Augusto Klinke, Ricardo Sepúlveda y Reinaldo Muñoz, y los caciques Catrileu y Manquilef en la inauguración de la muestra. Diversos grupos de La Araucanía no solo mostraron sus joyas y artesanías, sino que además interpretaron bailes y ritos que deslumbraron a muchos de los asistentes, que nunca habían tenido oportunidad de ver algo semejante.
Los bailes, su arte junto a las conferencias, un evento que duró una semana, contribuiría a generar mayor interás por conocer en profundidad a los pueblos originarios Los Antecedentes Chilenos de la Encíclica de Pío X Entre los relatos más acabados y detallados de la población originaría en el territorio, de sus costumbres y problemas, conocidos por el Papa Pío X, en la foto, para la elaboración de la encíclica Lacrimabilí statu Indurum de junio de 1912, están los entregados por misioneros, "monjas y sacerdotes que recorrían la zona con escasos medios, muy poca comunicación y en un ambiente hostil tanto por la geografía, las inclemencias del tiempo como por las para entenderse con los indígenas que habitaban allí Eso es parte de lo que revela la investigación realizada por el sacerdote Mario L.
Grignani, "En pro de la religión y de la dignidad humana", en 2013, para la Pontificia Universidad Urbaniana de Ciudad del Vaticano, donde da ¿ cuenta de las inéditas fuentes chilenas, guardadas en el Archivo Secreto Vaticano, que sirvieron de base para este documento dirigido a todos los arzobispos y obíspos de Latinoamérica. Entre las fuentes chilenas se cuentan los formes de franciscanos, salesianos y capuchinos. Entre estos, destaca en la investigación de Grignani, la relación del capuchino Bucardo De Róttinger sobre la organización de la Iglesia hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Entre otros puntos, recuerda que la religión católica era, según la Constitución de entonces, religión del Estadosolo la religión católica tiene el derecho a practicar públicamente su culto.. Sin embargo, reina la amplia tolerancia”, dice en parte de su inforbasado en lo relatado por el misionero capuchino Atanasio de en la foto, recorriendo la zona en bote junto a los misioneros Damasus von Tegermback y Leovigild Rohrmayer.
Atanasio de Eglsee envía una Eta DE pormenorizada información que abarca desde la población de la - » Araucanía entonces, hasta la geo- | o grafía, sus hogares, su salud, los caminos, sus costumbres; el matrimonio y la poligamia; su voluntad de trabajo, el alcoholismo y "la cuestión de la tierra”, entre otros temas, que ya en esa época generaban polémica.
Eglsce (en la foto en “Villa Rika", grupo de alumnos) da cuenta también de los problemas para evangelizar, entre los que se cuentan las otras religiones presentes (metodistas o protestantes); la falta de dios, de catequistas o los problemas de idioma y comunicación. A los oradores del congreso se les encargó tratar distintos temas, los que se desarrollaron durante toda esa semana, en charlas y exposiciones en diferentes lugares. Se dividieron en grupos para presentar trabajos en conjunto.
Etnografía, legislación, trucción, economía, religión, salud, higiene y mujer fueron algunos de estos asuntos abordados por sacerdotes, académicos, representantes de la Araucanía y juristas, Ramón Subercaseaux se por ejemplo, a la organización del evento y habló, sobre la "propaganda que debe hacerse en favor de la causa araucana"; el sacerdote capuchino Jerónimo de Amberga, que vivió buena parte de su vida entre los araucanos, relató cómo era la educación y la vida en la región; el franciscano Francisco Cifuentes, sobre la educación de los niños; Aurelio Díaz Meza, sobre la del hogar actual del indio varios médicos, como Juan de la Cruz, se refirieron a la necesidad de vacunar a la población contra la viruela o al tema del alcoholismo y sus mitos, o las normas de higiene, mientras se abordaban también la poligamia y catequesis, No quedaron fuera las alusiones a los "pieles rojas" de Estados Unidos, la situación de los indios de Brasil, el tema de la propiedad de la tierra y la aplicación de justicia, el abigeato y la necesidad de crear escuelas agrícolas, entre otras materias, abordadas por José Ramón Gutiérrez, entre otros.
El ministro de Relaciones Exteriores y Colonización, Alamiro Huidobro, en la foto arriba, abogó por la protección de sus derechos, por la dictación de leyes que los beneficiaran y comprometió al gobierno al señalar que implementarían los acuerdos que se adoptaran en ese congreso. Después haría una extensa visita a la zona, El viernes y tras una conferencia antropológi: ca del profesor Leonardo Matus sobre el araucano y su experiencia en la educa» ción, se clausuró el congreso.
En la foto se distinguen al profesor Matus, al sacerdote Martín Guisinde (que por esos años sorprendería al mundo con sus fotos e investigaciones sobre los aborígenes de la Patagonia), Manuel Manquilef y Hieronymus von Amberg, entre otros. Se acordó que una comisión recorrería la zona durante el verano de 1917, única manera de informarse bien de la realidad. Luego se reunirían en abril para redactar las conclusiones y presentar los acuerdos al gobierno. Varios de ellos —como Darío Urzúa, en la foto con su esposa Matilde Merino— viajaron a la zona en los meses siguientes.
Pero, el gobierno estaba ocupado con otras materias, algunos de los participantes del Congreso asumieron cargos o se embarcaron en campañas electorales, y la salud del arzobispo comenzó a flaquear (fallecería en 1918), todo lo cual explicaría que no se volvieran a reunir o presentaran acuerdos formalmente. Sin embargo, los temas abordados durante el congreso redireccionaron en el tiempo los esfuerzos de la Iglesia y del gobierno.
No siempre con el resultado esperado, pero se crearon más escuelas, se adoptaron medidas para frenar las inscripciones de tierras sin cautelar sus derechos, así como tribunales especiales para los asuntos indígenas y se dio un nuevo impulso a la evangelización, aunque pasarían varias décadas antes que, por ejemplo, dejaran de lado la poligamia, Sobre todo, se visibilizó al pueblo araucano como no se había logrado hacer hasta entonces,