"La asistencia al colegio es un asunto de todos, una responsabilidad colectiva"
"La asistencia al colegio es un asunto de todos, una responsabilidad colectiva" L os primeros indicios de un resfrío, el anuncio de un día de lluvia e incluso las ganas de descansar en cama son algunas de las excusas que muchas familias usan para justificar que un niño se quede en casa en vez de ir al colegio.
En ocasiones, ocurre también que los pretextos se relacionan con alumnos que buscan evitar la violencia dentro del aula, que sienten desatendidas sus necesidades educativas especiales o que no ven a los establecimientos escolares como algo trascendental en sus vidas. Cualquiera sea el caso, el fenómeno del ausentismo es uno que preocupa.
Porque si bien no todos los sistemas escolares tienen estadísticas actualizadas, en aquellos donde la información está disponible, las cifras muestran un alza importante, con países como Inglaterra o Estados Unidos pasando de tener alrededor de un 11% de estudiantes con ausentismo crónico --faltar a 10% o más de las clases durante el año académico--, a casi doblar este número, llegando a un 21% pospandemia. Chile no es excepción, con estadísticas que indican que el año pasado, 34% de los alumnos asistió a menos del 85% de las jornadas escolares.
En 2018, la cifra fue 11,4%. A nivel país, el fenómeno comienza a temprana edad: desde marzo a noviembre de 2023, en educación parvularia el promedio de asistencia fue de 69,5%. Este número equivale a faltar más de dos meses a clases, explica Marcela Marzolo, directora ejecutiva de Fundación Educacional Oportunidad, organización que el 17 de abril llevará a cabo un seminario internacional enfocado en el tema (para participar de forma presencial o virtual hay que inscribirse en https://creandooportunidad.cl/). El principal orador del encuentro será David H e y n e, p s i c ó l o g o educativo, profesor asociado de la U. de Deakin en Australia y uno de los fundadores de la Red Internacional para la Asistencia Escolar.
Sin figuras de apoyo Creada en 2018, la red es una que busca generar conciencia sobre las graves consecuencias que acarrea el dejar de ir a clases. "Lo más evidente es que los jóvenes pierden tiempo de aprendizaje", señala Heyne. "Un colega informó el año pasado sobre un estudio en jóvenes belgas de educación secundaria.
Eran cerca de 62 mil de entre 15 y 16 años, y en ese gran conjunto de datos, se veía una asociación muy clara: cuanto mayor era su ausencia a clases, más atrasados estaban académicamente en su desempeño.
Vemos lo mismo en datos del Reino Unido", agrega el investigador, quien comenta sobre un estudio en jóvenes de esa nación que midió cómo su desempeño disminuía en ocho asignaturas clave cuando dejaban de ir a clases. "La marca crítica se veía al faltar del 10 al 15% de los días a clases.
Una vez que comenzaban a asistir a la escuela incluso menos tiempo que eso, el desempeño promedio en esas ocho materias estaba muy por debajo del puntaje del resto de sus compañeros dentro de la escuela". Otras consecuencias menos nombradas, pero igual de críticas --continúa-tienen que ver con "la disminución en las habilidades sociales y emocionales de los jóvenes" y "el hecho de que muchos están perdiendo el apoyo de adultos comprensivos.
Suponiendo que el colegio funciona con el foco puesto en el bienestar de sus alumnos, aspirando a que se sientan realmente vistos, escuchados, comprendidos y valorados, al no ir, estos pierden esas valiosas figuras de apoyo que son los profesores. Aunque muchos tienen la oportunidad de sentirse apoyados y cuidados en su entorno familiar, no se puede garantizar que ese sea el caso de todos", lamenta.
Siguiendo este pensamiento, si se trata de resguardar a sus estudiantes y asegurar que estos se entusiasmen con estar presentes, una estrategia sencilla, pero efectiva, pasa porque los establecimientos educativos "den voz a los jóvenes respecto de lo que sucede en la escuela". Por ejemplo, se les puede pedir su opinión respecto a cómo mejorar el clima escolar, y más tarde retroalimentar sobre las distintas políticas implementadas. "Para hacer oír su voz, en primer lugar tienen que estar en el colegio. Esto los ayuda en su desarrollo personal y autonomía, porque sienten que tienen cierta influencia sobre lo que sucede". Conexiones Respecto al actuar de los establecimientos, Heyne menciona otras tres acciones claves de prevención. Como base --explica el australiano-es primordial "asumir la responsabilidad de hacer de las escuelas un lugar seguro, agradable y estimulante para todos.
Por ejemplo, centrándose en la seguridad o empleando programas antimatonaje". Una segunda medida consiste en contar con intervenciones tempranas "para jóvenes que aún no muestran una ausencia persistente, pero que corren riesgo de desarrollar un problema de asistencia crónico.
Este riesgo se puede medir al notar que se producen ausencias más seguidas, y entendiendo que el colegio está monitoreando muy de cerca los datos; idealmente a diario". En ese sentido, una práctica con buenos resultados son las mentorías, en las que se designa a otra persona para que tutele y acompañe. Se ha visto que estas son especialmente útiles en casos de ausencia "por ansiedad social o ansiedad por separación", destaca el psicólogo.
Por último, la tercera acción centra la mirada en casos ya graves, y supone contar con ayuda de la comunidad: "Es muy importante que las escuelas tengan buenas conexiones con los servicios comunitarios, como los de salud mental en el área u otros que brinden apoyo a las familias y a los jóvenes. Se necesita trabajar en equipo", explica. "Durante demasiados años, los profesionales escolares tendían a considerar el problema en términos de la familia o del joven. Y también había una tendencia entre las familias a considerar que el problema estaba relacionado con las escuelas. No busco sugerir que esas actitudes hayan cambiado, pero sí que queremos que esas actitudes cambien; que nosotros, escuelas, familias, comunidades, entendamos que la asistencia al colegio es un asunto de todos, una responsabilidad colectiva.
Y luego la pregunta es, ¿cuál es mi parte de esa responsabilidad?". David Heyne, cofundador de la Red Internacional para la Asistencia Escolar: "La asistencia al colegio es un asunto de todos, una responsabilidad colectiva" MARGHERITA CORDANO n Pronto a visitar Chile, donde el ausentismo crónico se ha instalado como un problema grave, el investigador australiano advierte que además de disminuir el desempeño, no ir a clases trae el riesgo de una sociedad con jóvenes que carecen de habilidades emocionales y que se sienten poco acompañados.
El modelo propuesto por David Heyne para combatir el ausentismo se basa en tres niveles de intervención, que van desde la base de promover un ambiente escolar estimulante, hasta formar alianzas con centros de salud mental cercanos al colegio. PEXELS Hasta el año pasado, cuando decidió retirarse para ejercer como independiente, Heyne también fue académico en la U. de Leiden, en Países Bajos. CEDIDA.