Autor: Kenneth Bunker
La gran tragedia
En vez de aceptar que la violencia se debe condenar en todos sus contextos, se ha relativizado. L o que ocurre en La Araucanía es una tragedia épica. La magnitud del dolor es inentendible. Casi tanto como el silencio de parte de las autoridades de turno para explicar por qué no han logrado poner fin a la violencia. Y si bien es importante admitir que el gobierno falló, más trascendente es reconocer que el Estado falló. Ni este gobierno ni ninguno de los anteriores ha logrado resolver el asunto. Lo más absurdo de todo es que la clase política pareciera estar transversalmente insensibilizada frente al tema, con tiempo de sobra para calcular si le conviene o no le conviene tal o cual postura. Es, al menos, lo que se da a entender cuando desde la política se decide discrecionalmentecuál es la violencia que se debe condenar y cuál es la violencia que se puede dejar pasar. La respuesta condicional solo ha servido para agravar la situación. En vez de aceptar que la violencia se debe condenar en todos sus contextos, se ha relativizado e ignorado a conveniencia. Qué duda cabe que lo que ocurre en La Araucanía es una guerra entre trincheras políticas donde las únicas víctimas son los habitantes de la región. Es imperativo ceder y avanzar hacía una solución de Estado. Militarizar la zona no es una solución. Restringir libertad nunca será una solución. Hace falta una conversación honesta entre el gobierno y la oposición para admitir de una buena vez que ninguna parte por sí sola logrará resolver el problema. Ni este gobierno, ni el próximo. Si no se sincera esa sencilla verdad, y se actúa en consecuencia, jamás se pondrá fin a la horrenda seguidilla de muertes que avanza sin perdón.
Resumen
Lo más absurdo de todo es que la clase política pareciera estar transversalmente insensibilizada frente al tema, con tiempo de sobra para calcular si le conviene o no le conviene tal o cual postura., Es, al menos, lo que se da a entender cuando desde la política se decide discrecionalmentecuál es la violencia que se debe condenar y cuál es la violencia que se puede dejar pasar., En vez de aceptar que la violencia se debe condenar en todos sus contextos, se ha relativizado e ignorado a conveniencia.
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