Felipe Braun : EL SUR ES FERTIL, NO SOLO EN TIERRA SINO EN IDEAS
Felipe Braun : EL SUR ES FERTIL, NO SOLO EN TIERRA SINO EN IDEAS --Ya, ahora estoy en un lugar con buena señal. Es internet satelital, pero funciona bien.
Felipe Braun (54), el actor, el panadero, el que lleva a famosos y científicos a hacer trekking y filosofar por bosques del sur, responde la llamada desde Chiloé, después de cruzar el canal de Chacao, subirse a un bus y llegar a algún punto perdido en la isla donde comenzará la grabación de uno de los capítulos de la nueva temporada de su programa "Sobre la Tierra". El Braun que contesta es el mismo que alguna vez protagonizó teleseries como "Machos", "La Fiera", "Iorana", "Sucupira", y un largo etcétera, pero también es otro: desde hace cinco años que ya no vive la vorágine de la televisión y ya no es el galán omnipresente de las pantallas de los 90 y los 2000. Desde hace cinco años que se radicó en el sur. El camino que lo llevó hasta aquí comenzó lejos de la Patagonia y de los estudios de televisión. Nació en México en 1970, pero se crio en Chile, país al que llegó con su familia en los años 70. Desde joven tuvo una inquietud artística que lo llevó a estudiar actuación en la Universidad Católica, donde comenzó a forjar su carrera.
Su debut en televisión fue en 1994 con la teleserie "Rompecorazón", y a partir de ahí se convirtió en un rostro habitual en la pantalla, participando en algunas de las producciones más recordadas de la época. Pero incluso en la cúspide de su éxito televisivo, ya tenía inquietudes que iban más allá de la actuación. En 2006, en un giro inesperado para alguien con una carrera consolidada, se matriculó en la Escuela de Cine de la Universidad de Chile para estudiar documental. No era solo un experimento: la producción audiovisual lo atraía tanto como la interpretación, y esa búsqueda de nuevos espacios creativos, de otras formas de contar historias, terminó siendo determinante para su futuro.
Por eso, cuando dejó la televisión, no fue solo por el desgaste de las largas jornadas de grabación, ni por el ruido externo --la farándula, la sobreexposición--, sino porque, desde hacía tiempo, la idea de construir su propio camino fuera del circuito tradicional de la industria ya estaba en su horizonte. A diferencia de otros actores que se alejan de la pantalla y desaparecen del radar, Braun se reinventó.
Se instaló en el sur con su señora, la arquitecta Sofía Schmidt, y sus dos hijos; se metió en el mundo de la producción, exploró la gastronomía y hoy lidera su propio programa en el canal 13C. Su vida en el sur, dice, no es un retiro bucólico, sino un territorio fértil poco reconocido desde la capital. "El sur no es un escape. Acá hay una energía tremenda, muchas ideas en movimiento.
No es el estereotipo del que viene a desconectarse, es un lugar lleno de innovación, emprendimiento, de posibilidades", dice, antes de profundizar en su vida, en la pasada y en la actual, en los 90, en la nueva televisión, en la cultura de la funa y en su transformación personal. Llegar al sur Felipe Braun recuerda con precisión el momento en que su vida tomó un giro definitivo. Fue en pandemia, cuando él y su familia decidieron refugiarse en una parcela en el sur. Al principio, la idea era pasar solo unos meses ahí. Pero el sur terminó plantando otra idea en sus cabezas, hasta que, un día, se preguntaron: --¿ Y si nos quedamos? La pregunta quedó flotando. No fue un impulso inmediato, pero sí un detonante. La televisión ya no era un lugar donde se sintiera cómodo y su productora, en la que venía trabajando hace tiempo, le daba la posibilidad de manejar sus propios tiempos. La pandemia había ralentizado todo, pero también abrió un espacio para replantearse cómo quería vivir. --Después de hacernos la pregunta fue como: "Sí, ¿por qué no?" --recuerda. Fue así como terminaron instalándose en una casa en Llanquihue, cerca de Puerto Varas.
La eligieron, dice, porque tenía un corral bien adaptado para criar las dos cabras con las que comenzó a experimentar su veta gastronómica: durante meses dedicó las mañanas a ordeñar y producir queso, además de perfeccionar su talento como panadero. La idea era emprender. Pero lo que encontró en el sur lo tomó por sorpresa.
En su imaginario, el sur seguía siendo una postal anclada en el pasado: la de los colonos alemanes, los campos de pastoreo que conoció durante su niñez en Osorno, y la de los pescadores y la industria salmonera reciente. Sin embargo, al poco tiempo de estar ahí, su visión cambió por completo. --Me di cuenta de que el sur era muchísimo más que eso. Hay innovación tecnológica, start-ups de biotecnología, científicos trabajando en proyectos medioambientales de primer nivel, desarrollos culturales de alto impacto. Cuando empecé a conocer la comunidad, me explotó la cabeza.
Descubrió, por ejemplo, un grupo de jóvenes desarrolladores que exportan software desde el sur a Estados Unidos y Europa, un colectivo de artistas y cineastas organizados en una cooperativa audiovisual, y una red de emprendedores gastronómicos que han logrado posicionar sus productos fuera de Chile sin necesidad de pasar por Santiago. --Yo creo que mucha gente todavía no entiende lo que está pasando aquí. En Santiago aún se piensa en el sur como "el lugar donde te vas a desconectar", pero no, el sur es fértil, no solo en tierra, sino en ideas. El potencial que vio en la zona lo motivó a involucrarse más allá de su propia experiencia.
Además de su programa, hoy es parte de la cooperativa audiovisual "La Décima", que reúne a creadores de la región, y del directorio del Teatro del Lago, un espacio que busca descentralizar la cultura y generar un polo de arte en el sur del país. Con esa idea en mente, "Sobre la Tierra" también evolucionó. Al principio, el programa estaba centrado en la naturaleza y en caminatas con invitados, pero en la segunda temporada incorporó un enfoque más territorial. Así fue como comenzaron a integrar conversaciones con comunidades, fundaciones y proyectos locales. --¿ Cómo financiaste este proyecto? --Buscando auspiciadores. Yo me dedico a eso. Somos equipo mínimo: yo y una periodista, encargada del contenido puro y duro. No depende de un canal que ponga la plata, sino que exclusivamente de los auspiciadores. Nosotros pagamos un fee por el espacio en 13C y después tenemos que financiar todo lo demás. --¿ Eso te entrega libertad editorial? --Exacto. No tenemos que responder a un rating ni a criterios externos. Y eso es un lujo. Adiós al ego Felipe Braun nunca fue amigo de la farándula.
Si bien en los años 90 los actores no eran el blanco principal del periodismo de espectáculos, con el tiempo la televisión comenzó a generar contenido sobre sus propias figuras, y los actores dejaron de ser intocables. Su relación con la prensa fue volviéndose cada vez más distante, y en momentos de alta exposición como su separación con María Elena Swett en 2010, esa distancia se convirtió en una barrera férrea. Luego vendría algo más complejo: la denuncia pública de la actriz Begoña Basauri, quien lo acusó de haber tenido una conducta abusiva con ella en el pasado. La denuncia no llegó a ser judicializada, más bien quedó como un tema en programas de farándula. Años después, sin referirse directamente al caso, Braun ha reflexionado sobre la cultura de la funa y el modo en que hoy se dictan juicios en redes sociales sin derecho a réplica. No esquiva la conversación, pero es claro en sus límites. --Da la impresión de que no fue un duelo dejar las teleseries. --Es que esa decisión fue un proceso.
En un momento estaba esperando que la televisión me dejara a mí también. --¿ Cómo lidiaste con tu propio ego, dejar de ser un rostro, un galán de teleserie? --El ego nunca lo controlas del todo. Yo no conozco a ningún actor al que el ego no lo haya dominado en algún momento de su vida. Pero con los años, con los hijos, con la vida, eso cambió. --¿ Te diste cuenta en algún momento de que ya no tenías nada que demostrar? --Exacto. Y eso es un alivio. Yo ya lo hice.
Actué en primera línea, hice las teleseries que me gustaban. --Los actores de los 90 vivieron un boom mediático que hoy parece irrepetible. ¿Cómo recuerdas esa época? --Yo ahora me estoy dando cuenta del impacto que tuvo. En ese momento no lo veía tan claro, porque nosotros veníamos de una generación de actores muy rigurosos, donde la fama no era bien vista. Ahí estaban Amparo Noguera, Alfredo Castro, Francisco Reyes. Gente con un rigor tremendo. Se tomaban la actuación muy en serio. Y nosotros seguimos esa línea. Eso nos permitió no volvernos locos con la exposición. --Pero cuando llegó "Machos", todo cambió. --En "Machos" me tocó estar mucho más expuesto. Ahí la fama era una cosa muy potente, porque estaba pegando en todo Chile y a todo nivel. Fue exigente. Lo disfruté, pero ahora lo disfruto mucho más, como recuerdo. --La televisión te acompañó por décadas, pero también hubo momentos en los que la sobreexposición fue brutal. ¿Cómo viviste eso? --Sí, hubo momentos incómodos. Pero, ¿sabes qué? No creo que la farándula o la sobreexposición haya sido lo peor de haber trabajado tanto tiempo en televisión. Si no me gusta hablar de ese tema, no es porque le tenga miedo, sino porque me parece fome. Armar contenido para hablar de los demás me parece lo más aburrido del mundo. --¿ Cuándo te sentiste sobrepasado? --Cuando me separé (de María Elena Swett), por ejemplo, pasé momentos muy desagradables. Para mí había un límite claro.
Puedo entender que un periodista te haga una pregunta una vez, dos veces, pero ¿ cuándo se detiene? ¿ En qué momento uno puede decir: "Ya basta, no voy a hablar de esto" y que te dejen en paz? --Hoy en día, ciertas denuncias pueden acabar con una carrera. ¿Crees que, de haber pasado por esos episodios hoy, habría sido peor? --No tengo ningún interés en hablar de ese tema.
No lo hablé antes y no lo voy a hablar ahora. --¿ Pero coincides con lo que dijo Gonzalo Valenzuela en los premios Caleuche, donde dijo que ahora eran aplaudidos por los mismos que los funaron y cancelaron la obra "El Performer", protagonizada por Roberto Farías (denunciado el 2018 por abuso sexual, en una causa cerrada por la fiscalía por falta de pruebas)? --Gonzalo es amigo mío y me parece una persona sensata. Creo que estamos viviendo un momento en el que hay una presión muy grande sobre lo que decimos y hacemos. Es un momento delicado, que en algún punto va a generar un rebote, un cambio. Volver a Santiago --Desde el sur, ¿cómo ves el país hoy? --Siento que estamos en un momento de incertidumbre. Me pasa que dudo mucho qué tan representados estamos los distintos sectores. Más allá del estallido, lo que ha habido son muchos desaciertos en la política. Se han dado por aseguradas cosas que no estaban claras. Se pensó que todo el mundo quería ciertas cosas y después vimos que no era tan así. Hay una mirada muy centralista de lo que quiere o necesita la gente. --¿ Qué te haría volver a Santiago? --El teatro me podría hacer volver. Pero volver definitivamente, que mi casa sea Santiago para siempre, lo veo difícil. --¿ Tu familia coincide en eso? --Sí. Aunque quizás en algún momento mi esposa quiera hacer un posgrado fuera, y quizá debamos irnos un tiempo, y ahí me tocará ser dueño de casa, como corresponde. Ríe, pero no es una broma, dice. --Si algo he aprendido, es que no hay que aferrarse demasiado a nada. Hoy mi vida está aquí, pero siempre pueden venir cambios. Lo importante es saber adaptarse. Durante años fue uno de los rostros más omnipresentes de las teleseries chilenas, pero tenía claro que no sería para siempre. "Estaba esperando que la televisión me dejara", dice. Y lo hizo.
Desde la pandemia se instaló en el sur, donde aprendió a criar cabras, hizo quesos y encontró en el audiovisual un nuevo espacio con "Sobre la Tierra", un programa sin prisa ni rating donde junta científicos y artistas a conversar en la naturaleza. En esta entrevista, habla de la industria que dejó atrás, de la farándula que lo persiguió, del escándalo que lo puso en el ojo público y de la cultura de la funa. También del ego: cómo lo manejó en la televisión, cómo lo desafió al alejarse de las cámaras y qué espacio ocupa en su vida hoy. POR ARTURO GALARCE Felipe Braun: "EL SUR ES FÉRTIL, NO SOLO EN TIERRA, SINO EN IDEAS" "Creo que mucha gente todavía no entiende lo que está pasando aquí. En Santiago aún se piensa en el sur como `el lugar donde te vas a desconectar'". GES S Y GAS SELIN "El ego nunca lo controlas del todo. Pero con los años, con los hijos, con la vida, eso cambió". vida, eso cambió"..