Coquimbo: Cayó nieve, pero no trajo soluciones
Coquimbo: Cayó nieve, pero no trajo soluciones 2 CAMPO LUNES 29 DE ABRIL DE 2024 Coquimbo: Cayó nieve, pero no trajo soluciones I lusión y esperanza generó el paso del sistema frontal del pasado 13 de abril en la Región de Coquimbo.
La lluvia y nieve que cayó en la cordillera, y que por la cantidad prometía traer algún alivio a la dramática situación de las distintas cuencas de la región, afectada por una sequía de más de 10 años y que esta temporada tiene a los embalses en sus límites más bajos, fue vista con alivio por los agricultores de la región.
El informe publicado por el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) reporta que los sectores destacados con más milímetros (mm) acumulados son Pisco Elqui, en el Valle del Elqui, Río Hurtado, en el Limarí y Salamanca, en el sector del río Choapa, con 16,10 y 17 mm respectivamente. El balance parecía alentador, puesto que además hubo una caída de nieve importante, con una acumulación al 16 de abril de 35% en Elqui, 19% en Limarí y 19% en Choapa. Sin embargo, la ilusión duró poco. Los presidentes de las juntas de vigilancia de los tres sectores dan cuenta de que ni el agua ni la nieve caída son suficientes para combatir la escasez hídrica.
Aún más, Diego Alfaro, gerente general de la Junta de Vigilancia del Río Choapa, hace un llamado a la cautela, ya que puede generar expectativas erróneas que lleve a los agricultores a tomar decisiones que no sean las correctas. Si bien no se desconoce que cayó una cantidad importante de nieve, esta duró poco, debido a las temperaturas de los días siguientes.
Alfaro explica que "si bien la lluvia fue positiva, porque igual dejó una cantidad de nieve importante, el fenómeno posterior que se presentó fueron las altas temperaturas, lo que hizo que esta nieve se derritiera y que ya no esté presente gran parte de ella. Además, a esto se le suma que la condición de sequía de la cordillera también hace que tienda fácilmente a derretirse esta e infiltrarse en el terreno natural.
En conclusión, los niveles de nieve son prácticamente lo mismo que teníamos antes de la lluvia, claro, o sea, que la condición de la situación de escasez hídrica no está cambiando". Tal como dice Alfaro, la condición de temperaturas altas posterior al sistema frontal hizo que la nieve se derritiera rápidamente y en solo tres días disminuyera en más de la mitad y, en algunos casos, prácticamente desapareciera. Así, al 18 de abril las zonas cordilleranas de Elqui, Limarí y Choapa contaban con un 21%, 6% y 3% de nieve respectivamente.
Gabriel Varela, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Elqui, hace alusión a que la condición climática fue satisfactoria hasta que las temperaturas subieron y la nieve se comenzó a derretir rápidamente, lo que se llevó de manera veloz el agua que esperaban acumular. Además, menciona que "aunque una nevada de 30 centímetros pueda considerarse beneficiosa, no cambiará la situación en la que nos encontramos.
Por ejemplo, tras la precipitación, la cantidad de agua en los canales aumentó de 10 millones a 10 millones 400 mil m 3 días después, pero Si bien el sistema frontal que vivió la Región de Coquimbo hace poco más de una semana abrió la esperanza de que podría significar algún alivio a la crítica situación hídrica de las cuencas de la zona, fue solo una ilusión ya que las altas temperaturas hicieron que esto no prosperara. CATALINA PINELA ESPINOZA GABRIEL VARELA, JUNTA DE VIGILANCIA RÍO ELQUI. El embalse La Laguna, en Elqui, quedó cubierto de nieve.
Sin embargo, las altas temperaturas llevaron a una rápida disminución.. Coquimbo: Cayó nieve, pero no trajo soluciones esto se debió principalmente al cierre de los canales para conservar el agua que se acumuló, especialmente en los sectores donde la precipitación superó los 20 milímetros.
A pesar de estas dificultades, seguimos trabajando en la implementación y mantenimiento de pozos tanto en la parte baja como en la parte alta del río". EL LIMARÍ CON SERIOS PROBLEMAS La provincia del Limarí, con importantes superficies de cítricos y uvas, es la más afectada por la dura sequía que enfrenta la región.
Allí los embalses están prácticamente secos y la pérdida de productividad ya golpea no solo al agro o a los campos grandes, sino que son innumerables los pequeños productores que van dejando el campo, pues ya no tienen como sobrevivir.
De ahí que los agricultores de la zona, que a pesar de ser parte del sistema Embalse Paloma, uno de los más grandes del país, viven la sequía, con distintas intensidades, desde hace ya cerca de 20 años, están desesperados porque aparezcan soluciones que les permitan seguir cultivando sus tierras y sobrevivir.
El presidente de la Junta de Vigilancia del Río Limarí, José González, enfatiza que "en este momento, llevamos unos 20 años de sequía hidrológica, durante los cuales los caudales han permanecido significativamente por debajo de lo habitual. Durante todo este período, desde el 2003, año en que los niveles del embalse Paloma, el más grande, superaron su capacidad, la hidrología ha mostrado una marcada disminución respecto a lo normal. Esta situación, que se esperaba mejorara, ha resultado ser más grave y dramática de lo anticipado". Sin embargo, el sistema frontal no significó mejorías. Desde la Junta de Vigilancia son claros en decir que este fenómeno no fue lo suficientemente grande como para paliar la situación. En el Limarí, la cantidad de lluvia que cayó fue la menor de las tres provincias de la Región de Coquimbo.
De las 17 estaciones de monitoreo, 12 no presentaron precipitaciones y las otras cinco obtuvieron los siguientes: Hurtado 10,6 mm, Rapel 8,6 mm, Combarbalá 2,1 mm, Pichasca 1,6 mm, y El Palqui 0,8 mm. "En caso de que no llueva durante este invierno, la situación podría agravarse aún más, dejándonos prácticamente sin agua y con los embalses secos. La falta de una cantidad considerable de nieve agrava aún más la complejidad de la situación", comenta González.
Las conclusiones de los presidentes de las Juntas de Vigilancia son prácticamente las mismas: En los últimos 13 inviernos, desde el 2011 hasta la fecha, solo se han experimentado dos años de condiciones climáticas normales: el invierno del 2015 y el 2016, con una acumulación de nieve ligeramente superior a los tres metros. Para abastecer adecuadamente de agua a la región se requieren al menos dos metros y medio de nieve.
La última nevada significativa ocurrió en el 2022, con una acumulación de un metro ochenta, lo cual ha sido insuficiente, pero ha permitido sobrevivir hasta el momento. "En la región existe una tendencia preocupante donde se tiende a creer que con una nevada de 30 centímetros se puede revertir la situación. Este enfoque ha sido el principal problema hasta el momento. La realidad es que estamos más allá de una simple sequía; varias personas han señalado que estamos en un proceso de desertificación", menciona Gabriel Varela. Así estaba el embalse antes de las nevada de mediados de abril..