La increíble historia de Soprole, el querido perrito del Colegio Apumanque de La Calera
La increíble historia de Soprole, el querido perrito del Colegio Apumanque de La Calera 1 Corría el año 2010 -aunque hay quienes quienes dicen que fue el 2011cuando llegó al Colegio Apumanque un pequeño y juguetón perrito de aproximadamente un año de vida. Era de la calle y nadie supo cómo ingresó ingresó al establecimiento. Le gustaba jugar y se notaba que era feliz corriendo entre los ni ños del colegio, quienes le entregaron entregaron de inmediato mucho cariño. Comenzó a ir todos los días, y aunque lo sacaban del recinto, él insistía y regresaba. regresaba. Y era puntual, pues llegaba a las ocho de la mañana; y cuando sonaba el timbre que ponía fin a las clases, a las 17 horas, él se iba. Los estudiantes comen za ron a llevarle comida y a darle mucho cariño, haciendo muchomásdichosa la vida del animal. Pero había un problema, ya que no torda nomhni Coincidió que en ese tiempo hubo un concurso de una conocida marca de lácteos, donde se debían ¡ untar envases de yogurt y leche en caja. Entonces, los niños del Colegio Apuma oque decid ¡ eron bautizarlo corno Soprole. alumno más. Su integración noseliniitaha alasclases de lunes a viernes, ya que los sábados también también llegaba al colegio y participaba del taller de scout, acompañando a los niños y niñas a las caminatas por el cerro. Así, casi sin darse cuenta, eL querido perrito fue creciendo y asumiendo otras responsabilidades dentro del colegio calerano, calerano, ya que en la vida -incluso la de los perros-, no todo es jugar. Comenzó a llegar más temprano y acompañaba a los encargados encargados de abrir las salas de clases. Era casi un inspector más. ESCAPÓ DE LA MUERTE GRACIAS AL AMOR Llegó la pandemia y el Colegio Apumanque Apumanque debió cerrar sus puertas, por lo tanto Soprole debió bu scar dónde quedarse. Así fue como llegó a vivir al Hospital de La Calera -frente al establecimiento, específicamente a Urgencias. Ahí era bien cuidado y alimentado. Y si no estaba ahí, muchas veces acompañahaa su aniigoColún -demalaspulgas, nocomo éla un servicentro cercano al colegio. Era talelcariiioquesentíaporlosalurnnos talelcariiioquesentíaporlosalurnnos que, durante esa época de cuarentena, muchas veces visitó las casas de algunos estudiantes que vivían cerca y participó incluso en la celebración de más de un cumpleaños, como un invitado más. Los prof esoresyla dirección del colegio, en tres oport unidades, intentaron darlo en adopción, buscando una mejor vida para él. Fue llevado a Hijuelas, Artificio y La Calera, pero las tres veces huyó y nadie sabe cómo. Siempre llegaba de regreso al Colegio Apumanque, donde realmente se sentía feliz y en casa. Al terminar la pandemia, y con t retorno de los niños a las clases pr A sencia les, también regresó Sopro le. Pero el paso de los años hizo su efecto en el querido perrito, perrito, quien ya estaba más cansado y menos juguetón que antes. Un fin de semana largo de Fiesta Patrias, Soprole llegó malherido A las puertas del colegio. Había sid acuchillado. Toda la comunidad educativa se movilizó para ayudar a Soprole. De esta forma, alumnos, padres, apoderados y profesores profesores se unieron en una cruzada para hacer una colecta y así llevarlo a un veterinario, quien finalmente le salvó la vida. Tras recuperarse, Soprole regresó y fue para queda rse. No se moviómasdel colegio y el Centro de Alumnos sepreocupó de que tuviera sus vacunas al día. Además, tiene un veterinario de cabecera, una ex alumna del colegio, que lo conoce de cachorro. Durante el periodo de vacaciones escolares escolares todosse preocupaban por Soprole, por lo que se hacían colectas para pagar por su estadía en algunas casas donde lo alimentaban y cuidaban corno se mereda. ACUSADO INJUSTAMENTE DE UN CRIMEN Pero como en toda historia, hay momentos momentos complicados y trágicos, y eso ocurrió ocurrió hace aproximadamente un mes. A sus 14 años, fue acusado de un crimen que no cometió. Una mañana, un perro desconocido ingresó al colegio calerano y. al parecer, intentó morder a algunos alumnos.
Ese hecho gatilló que un apoderado dLuurlciara la situación a la Superintendencia de Educación, Educación, acompañando la denuncia con la fotografía de Soprole (quizás por error). Personeros de ese organismo llegaron al Colegio Apumanque con la fotografía del injustamente acusadoy dieron la orden de que no podía seguir viviendo ahí. La denuncia y su injusta acusación provocaron provocaron la inmediata reacción de los alumnos. alumnos.
El colegio calerano serevolucionó ylas muestras de apoyo hacia Soprole, buscando revertirla decisión de la autoridad educativa, SOPROLE TiENE UN NUEVO HOGAR El caso Soproleindusofue deba6doenhe los profesores y la dirección del colegio, pero poco se pudo hacer. La orden de la Superintendencia Superintendencia era tajante. La preocupación se hizo presenle y muchos se preguntaronqué pasaría con el famoso perro.
Existió la opción de construir un canil dentro del colegio para que Soprole estuviera estuviera encerrado hasta que los alumnos terminaran terminaran las clases, pero se desechó, ya que es un perro muy regalón y acostumbrado a compartir con todos libremente. Eso obligó a buscar un hogar para que Soprole viva sus úlLimos años, rodeado del amor y cariño que un perro con sus cualidades necesitay merecu. Esta historia, afortunadamente tiene un final feliz, ya que una apoderada propuso hacerse cargo y adoptar a Soprole.
El viernes 11 de mayo, el querido perro -que estuvo en la casa de una inspectora desde la infortunada acusaciónfue a visitar visitar el Colegio Apumanque por última vez, donde se despidió de los profesores y alumnos, alumnos, recibiendomúltiplesmuestrasdecariño e incluso juguetes para st nueva vida.
Al día siguiente, Soprole fue llevado a su nuevo hogar, en el sector de La Sombra, en Romeral, Hijuelas, donde ahora vivirá feliz rodeado de más amigos perrunos y del afectoyamorde niños, tal comoél está acostumbrado desde pequeño.
La increíble historia de Soprole, el querido errito del Cole. o Ariumainue de La Calerf Acusado injustamente de un hecho que no cometió, el can -que era uno más del establecimientose vio obligado a dejar a los niños. Sin embargo, vivirá sus últimos años en una nueva casa ERA UNO MÁS se multiplicaron en las redes sociales. Hubo manifestaciones pacíficas en el colegio, donde los apenados alumnos -con pancartasycantospedían justicia para el querido perrito. “Todos somos Soprole” y “Soprole no se va”, gritaban. El tiempo fue pasando y Soprole se ganó el cariño de lodos, incluso de los profesores.
Los alumnos lo vestían e ingresaba a las salas como oyente; y también participaba en los actos del establecimiento establecimiento y en los desfiles corno un La injusta acusación en su contra que provocó su salida del estabiecimiento, por orden de ¡ a Superintendencia de Educación, generó que ¡ os alumnos se manifestaran en su apoyo..