Chile como destino para cursar un doctorado: extranjeros cuentan qué los hizo escoger el país
Am Influye desde poder investigar en algunos de los observatorios astronómicos más importantes del mundo, hasta los paisajes variados o la gran cantidad de alianzas que las universidades generan con otras instituciones. MARGHERITA CORDANO no de cada cuatro matriculados en los programas de doctorado impartidos por la U. De Talca este año corresponde a estudiantes extranjeros, sumando 13 —de 51 inscritos— en total. Desde la Dirección de Postgrado y Postítulo de la U.
De Chile explican que, en su caso, el 15% de los estudiantes de doctorado proviene de otros países y que, aunque la mayoría corresponde a personas de naciones latinoamericanas, no se trata de algo exclusivo: las instituciones chilenas hoy también especializan a candidatos de zonas como Norteamérica, Europa o Asia. Así, por ejemplo, si en los últimos cuatro años la U.
Diego Portales recibió a seis brasileños y cinco cubanos en sus doctorados, también acogió a tres indios, dos italianos y dos neerlandeses, los que, entre otras nacionalidades, se suman a un armenio, un eslovaco y un iraní. ¿Qué es lo que los lleva a viajar miles de kilómetros para instalarse en un país del que sus amigos y familiares pocas veces han escuchado? Aquí, cuatro de ellos cuentan qué los hizo apostar por trasladarse e investigar “al fin del mundo”. Aunque la mayoría son latinoamericanos, cada vez se suman más estudiantes de otras latitudes CEDIDA AMRITA SINGH, 25 AÑOS - INDIA “Alguna vez leí un artículo que decía que en algunos años —gracias a la construcción de nuevos telescopios en el territorio— Chile iba a concentrar el 70% de la capacidad de observación astronómica mundial.
Y entonces lo supe: ahí es donde debo estar”, comenta al teléfono Amrita Singh para explicar por qué rechazó ofertas de Europa y Corea para venirse hace dos años al país y seguir un doctorado en Física, mención Astronomía, en la U. De Chile. Desde esa institución se ha especializado en estudiar la formación de estrellas y ha podido investigar desde observatorios como Las Campanas, donde además tiene la oportunidad de participar en la construcción de un nuevo telescopio.
Esta última experiencia —dice— “ha sido increíble, porque es algo que beneficiará a todo el mundo y porque ha sido una oportunidad que me ha abierto muchas puertas”. La más reciente es el ofrecimiento de una estadía para investigar en el Space Telescope Science Institute de Estados Unidos, país donde estará viviendo unos meses, para En esta foto, Amrita Singh ayuda a reparar el Telescopio Local Volume Mapper en el Observatorio Las Campanas, j al norte de La A Serena. Lan después retomar los cerca de dos años de estudios que le quedan en Chile. “Aunque estemos separados por un vuelo de casi 30 horas, mi familia en India me apoya”, comenta. “Saben que Chile tiene la economía más estable dentro de los países latinoamericanos”, explica.
Y agrega que aunque ella estaba al tanto de este dato y “había escuchado sobre el importante rol que juega en la producción de cobre”, no era mucho más lo que conocía sobre el país antes de instalarse.
Ya estando en territorio nacional, se sorprendió por lo que considera poca cantidad de gente (la población de todo Chile equivale a la de Mumbai, cuenta riendo) y porque “la gente se expresa en las calles con mucha libertad”. La amabilidad de quienes la recibieron dentro de la facultad también captó su atención. Justamente, una de sus quejas es que por estar especializándose en una universidad que recibe a muchos estudiantes extranjeros “no ha sido mucho lo que he podido practicar mi español”. La U. De Talca.
MOHSIN ALI, 30 AÑOS - PAKISTÁN La primera reacción de los amigos y familiares de Mohsin Ali al saber que dejaría Pakistán para instalarse en Chile fue la de decir “¡ ¿y por qué escogiste un país tan lejos?!”. Asílo cuenta este estudiante del doctorado en Ciencias mención Biología Vegetal y Biotecnología de la U. De Talca, quien llegó en 2022 a instalarse a la ciudad del mismo nombre, sin nunca antes haber dejado su país de origen.
Desde allí, explica que su decisión de apostar por especializarse por cerca de cuatro años en Chile nació tras averiguar “que podía profundizar mi pasión por estudiar ciencias forestales, dado que el país cuenta con 865 millones de hectáreas de área forestal, con diversa flora y fauna exótica y natural”. Y agrega que su convencimiento creció tras contactarse con quienes serían sus profesores guías. “Este programa de doctorado ofrece diversas líneas de investigación, así como una serie de seminarios y conferencias nacionales e internacionales para compartir conocimientos valiosos entre estudiantes e investigadores”, comenta sobre lo que fue averiguando entonces.
Aunque en las conferencias internacionales puede manejarse bien en inglés, Ali explica que estaba algo nervioso por la barrera del idioma en el caso de los seminarios nacionales, ya que al llegar no sabía nada de español.
“Pero me complace compartir que la universidad ofrece cursos para estudiantes extranjeros, lo que nos permite aprender con hablantes nativos de la lengua”. Entremezclando ambos idiomas, como investigador asociado del Laboratorio de Genética y Biotecnología Forestal de la universidad, entre otras cosas, actualmente se dedica a estudiar aspectos relacionados con las especies de eucaliptus.
Sus próximos pasos son visitar a su familia en vacaciones y contarles que ese país extremo en el que hoy vive tiene similitudes con Pakistán: las frutas y verduras son muy ricas en ambas naciones, destaca. En preparación Desde su hogar en Lyon, Francia, Soraya Lambert, de 25 años, se prepara para llegar a Chile en agosto de este año y comenzar su doctorado en Astrofísica en la U. Diego Portales, donde se especializará en la formación y evolución de galaxias. “Es una nación que ofrece muchas oportunidades si quieres hacer tu tesis en este tema.
Tienes el VLT en el desierto de Atacama, el ELT que pronto se construirá, las condiciones climáticas en el norte del país para observaciones astronómicas, así como centros de renombre mundial, como ESO”, plantea. "También, un país muy atractivo, que ofrece magníficos paisajes, montañas y mar. Sueño con hacer senderismo en la cordillera de los Andes, en el desierto de Atacama y en la Patagonia”, agrega.
No por nada ya compró una guía de viajes sobre Chile continental e Isla de Pascua, y se puso en contacto con otros franceses en el país. "No he empezado a buscar dónde vivir, porque me han dicho que es mejor verlo por mí mismo antes de arrendar, para no llevarme sorpresas desagradables”. Actualmente, se debate “entre la emoción y el miedo de mudarme tan lejos. Es realmente el comienzo de una nueva aventura”. NAYRA SIMONÓ, 36 AÑOS - CUBA Aunque nunca antes había salido de Cuba, Nayra Simonó imaginaba las costumbres y paisajes de Chile a través de sus poetas. “Leí con vehemencia durante mis estudios de pregrado la poesía de Neruda, de Mistral y de Huidobro”, cuenta a dos años de haberse instalado en el país.
“Me adjudiqué la beca de doctorado ANID en 2022 y vine a Chile con mi hija, que ahora cursa el octavo básico acá”, explica la licenciada en Letras, quien además tiene un máster en enseñanza de español y actualmente cursa el doctorado en Lingúística de la U. Católica de Valparaíso (PUCV), de cuatro años.
El país le llamó la atención por impulsar “el desarrollo científico en Latinoamérica a través de los fondos para estudios de posgrado” y, en específico, el programa de su universidad le atrajo por contar con premios a nivel iberoamericano y por promover “la formación académica de lingúistas desde una perspectiva multidisciplinaria. De hecho, ahora con mi investigación doctoral estoy indagando en la lingúística computacional”, ejemplifica. “Venir a Chile implicó un cambio de clima, de cultura y de tradiciones también, lógicamente”, indica Nayra Simonó. Cuando se le pregunta qué cosas la sorprendieron de Chile, responde que “el hablar rápido de los chilenos, la diversidad de modismos y expresiones dialectales.
Pero también la variedad de paisajes en la geografía chilena, la extraordinaria riqueza natural del país, así como el folclor y la alegría de las Fiestas Patrias”. Otra cosa que le llamó la atención fue “el andar apresurado de la gente por las calles”, señala.
Aunque “combinar la maternidad con el rigor de estudios de un programa doctoral no es una tarea fácil” y pasar de “Santiago de Cuba, con una temperatura siempre por encima de los 25 grados” a la vaguada costera chilena no siempre ha sido algo fácil de llevar, Simonó dice estar “feliz con todo lo aprendido” y por la oportunidad de “impartir clases en el Instituto de Literatura y Ciencias de Lenguaje de la PUCV, lo que es muy motivador”. Por ahora, las únicas dudas que ha recibido parecen venir de amigos y familiares. Poco antes de instalarse en los alrededores de Valparaíso, le pidieron “que tuviera cuidado con los terremotos”, dice —en tono de broma— Simonó.