Autor: DAVID LEFIN L.
DESEMPLEO EN DOS DÍGITOS, una década perdida para la inversión y riesgo de rebrote de medidas populistas: el cóctel que economistas prevén para 2023
Expertos entregan sus expectativas para el próximo año y encienden alertas DE CONCRETARSE LOS PRONÓSTICOS DE CAÍDA de la inversión en 2022 y el próximo año, entre 2014 y 2023 el crecimiento promedio de la inversión será casi nulo: 0,2%. Úl e ha hablado demasiado de una crisis que está por venir y de que viene algo tremendo, pero eso no ocurrió a comienzos de año, ni en el segundo y tercer trimestre y tampoco vaa ocurrir en el cuarto trimestre.
Creo que hay que empezar a entender que estamos en una situación muy distinta que lo que fue el covid-19, en que la actividad cayó fuertemente en el 2020, y en que el desempleo creció a tasas de dos dígitos”, afirmó el viernes el ministro de Hacienda, Mario Marcel, en una entrevista en radio Concierto. En un intento más por contener la caída de las expectativas, el secretario de Estado dijo que el proceso de ajuste ya ha ido ocurriendo durante este año y de una manera bastante gradual. Esto, pese a que las proyecciones del sector privado y de organismos internacionales para Chile se han ido corrigiendo a la baja y ya todos dan por descontado una recesión en 2023.
Si bien las cifras de actividad en lo reciente han sido menos malas de lo previsto, el consenso de los analistas apunta a una caída del PIB de 1,4% en 2023, según la última Encuesta de Expectativas del Banco Central. Con ello, la recesión sería incluso más profunda que la contracción económica tras la crisis asiática, cuando la actividad disminuyó 0,3% en1999, y la crisis subprime, cuando bajó 1,1% en 2009. En todo caso, como comentó Marcel, no se acercaría al desplome de 6% que se registró en 2020 con la crisis global derivada de la pandemia. “Vamos a tener una recesión bastante profunda. Un poco más intensa que la del 2009.
Los datos siguen apuntando en esa dirección, más allá de que los últimos Imacec han sido menos malos”, dice el economista de la consultora Forecasts, Ángel Cabrera, quien espera una caída del PIB de 1,6% el próximo año. Para el economista de Clapes UC y excoordinador macroeconómico de Hacienda, Hermann González, la actividad se contraerá entre 15% a 2% en 2023.
Señala que hay tres elementos que estarían influyendo: la desaceleración global, la incertidumbre interna que frena la inversión y también que la economía debe tener un ajuste luego del sobrecalentamiento de 2021, cuando creció 11,7 %, por las medidas de liquidez para enfrentar la pandemia. Tras ello, el Banco Central elevó la tasa de interés fuertemente este año hasta el 11,25 % actual y el gasto público disminuiría 24,5 % en 2022. “Es cierto que el ajuste es necesario, pero no por eso dejará de ser doloroso y con impactos en el mercado laboral. La recesión es inevitable”, señala González. El economista jefe del Banco Santander, Claudio Soto, prevé una caída de 12%. “El consumo seguirá contrayéndose debido a un mercado laboral débil y condiciones monetarias estrechas. La inversión también tendrá una caída año contra año debido al elevado costo del financiamiento y una incertidumbre que, aunque se ha moderado, permanece elevada. Y, por último, el sector exportador deberá enfrentar una economía global que tendrá un crecimiento muy acotado”, advierte el también excoordinador macro de Hacienda.
Aunque reconoce que este año ha sido mejor de lo previsto, el economista Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, proyecta una contracción de entre 1,3% y 1,5% el próximo año, con una caída mayor de la demanda interna.
La última encuesta de expectativas del Banco Central anticipa una baja de 2,3% del consumo en 2023, pero Rojas piensa que podría caer hasta 4%. Para la inversión, en tanto, comparte el pronóstico de una fuerte baja de 4,5%. MEJORAS CIFRAS POSTERGAN AJUSTE El viernes el Banco Central informó que en el tercer trimestre la economía creció 0,3% interanual.
Los economistas coinciden en que las mejores cifras responden principalmente a que el consumo se desaceleró más lento de lo previsto, pese a que en el tercer trimestre retrocedió 2,8%. “Las familias tenían un remanente de los fondos que retiraron de las AFP y de las ayudas del Gobierno y eso permitió que el consumo se mantuviera en niveles altos por un tiempo más prolongado, aunque ya está cayendo”, comentó Cabrera. También ha contribuido un mejor desempeño del sector servicios, que se vio beneficiado por el fin de todas las medidas restrictivas de la pandemia, como los aforos, desde el 1 de octubre.
Hermamn González agrega que también “hay algo de mejor ambiente, dado el rechazo de la propuesta constitucional, que en caso de que se hubiera aprobado, sí generaba un escenario más negativo que el que estamos viendo, con impactos de más largo plazo”. En todo caso, acota que las encuestas de expectativas empresariales y de consumidores, si bien tuvieron un alivio posplebiscito, después volvieron a caer y se encuentran en niveles similares a los de mediados de 2020. En este escenario, los analistas coinciden en que el ajuste solo se ha ido postergando. “Las mejores cifras de este año han ido haciendo más exigente la base de comparación para el 2023, por lo que la caída sería mayor”, dice Patricio Rojas. Es más, de acuerdo con proyecciones del FMI, Chile sería el único país de la región que sufrirá una contracción económica en 2023. Además, tal como destacó Marcel, las cifras muestran que el retroceso de la economía empezó este año y las cifras así lo evidencian. Pese a que hubo un leve crecimiento del interanual, en el tercer trimestre el PIB cayó 1,2% en comparación con el segundo trimestre en términos desestacionalizados.
En este tipo de medición, en el primer trimestre la economía había disminuido 0,7% y en el segundo trimestre había avanzado apenas 0,1%. Hacia adelante, los economistas esperan que una recesión de dos trimestres consecutivos de caídas se confirme en este cuarto trimestre y que la caída se extienda durante toda la primera mitad del próximo año. M COMERCIO Y CONSTRUCCIÓN, CON PEOR DESEMPEÑO Los sectores que se avizoran más complejos de cara al 2023 son, precisamente, los que más dependen de la demanda interna: Construcción y Comercio. El freno en la construcción, y en particular en el sector inmobiliario, ya se está observando. La quiebra emblemática de la constructora Claro Vicuña Valenzuela es una muestra de la crisis en el sector.
Aunque, por otra parte, han surgido señales alentadoras como el reciente espaldarazo que dio el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) al megaproyecto inmobiliario de Fundamenta en Nuñoa, el que lleva paralizado siete meses, y que el Gobierno se abriera a ajustar contratos con algunas constructoras en proyectos de obras públicas. Con todo, la Cámara Chilena de la Construcción proyecta una caída de la inversión en construcción de 5,3% en 2023, incluso mayor a la baja de 4% que prevén para 2022.
Las altas tasas de interés en créditos hipotecarios que han mermado la demanda, los altos costos de materiales y, por otro lado, la incertidumbre legislativa y regulatoria son algunas de las razones que identifican en el sector. A su vez, la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) proyectó una caída en las ventas del sector de 3% el próximo año, que esperan sea menor al 5% de disminución de este año.
La CCS apunta a una recuperación en la segunda parte del 2023, de la mano de medidas que aumentarían los ingresos de los hogares, como un alza en la PGU y en el ingreso mínimo garantizado. Sin embargo, uno de los problemas que enfrenta el sector es que llegan a este punto con elevados niveles de inventarios, los que esperan reducir con importantes ofertas. Construcción y Comercio representan en conjunto casi 17% del PIB de Chile. M INCERTIDUMBRE POR REFORMAS Y PROCESO CONSTITUCIONAL En 2023 se estarán discutiendo en el Congreso las reformas tributaria y previsional y, por otra parte, habría una definición sobre cómo continúa el proceso constitucional. Estos tres factores mantendrían paralizadas inversiones, al menos hasta que haya claridad del rumbo que tomarán. “Durante 2023 vaa volver el tema constitucional y, junto con eso, creo que la reforma de pensiones va a generar bastante incertidumbre en el mercado de capitales, además de lo que genera la reforma tributaria. Por lo tanto, los primeros seis meses de 2023 serán bastante complejos para tomar decisiones tanto de inversión como de consumo”, dice Patricio Rojas. Los economistas apuestan a que ambas reformas tendrán cambios en la tramitación, más aún cuando lleguen al Senado, lo que estiman ocurrirá el próximo año. Por otra parte, Hermann González piensa que la misma recesión llevará a una moderación de los proyectos, con el fin de no dañar aún más a la economía. Mm ESCENARIO INTERNACIONAL MÁS DÉBIL La economía global tampoco será un puntal para Chile en 2023. El FMI proyecta que el PIB mundial crecerá solo 2,7%, continuando con su desaceleración, tras una expansión de 3,2% en 2022 y 6% en 2021.
“Las perspectivas de crecimiento económico mundial se enfrentan a una combinación única de factores adversos; en concreto, la invasión rusa de Ucrania, el aumento de las tasas de interés para contener la inflación, y los efectos persistentes de la pandemia, como son los confinamientos en China y las perturbaciones en las cadenas de suministro”, explica el Fondo en un reciente reporte. Es más, prevé que países que representan más de un tercio del PIB mundial se contraigan durante parte de este año o el próximo.
Los economistas advierten que un riesgo para el próximo año es que China —principal socio comercial de Chile— no repunte como se espera, o que los bancos centrales, y en particular la Reserva Federal de Estados Unidos, deban mantener las tasas contractivas por más tiempo. INVERSIÓN: UNA DÉCADA PERDIDA Otra señal de recesión es que en 2023 se profundizará la contracción de la inversión.
En su último Informe de Política Monetaria (IPo M) el Banco Central proyectó que en 2022 y 2023 la inversión caerá 3,3% y 4,7%, respectivamente, mientras que las proyecciones privadas apuntan a una disminución de 3,1% y 4,5% en cada año.
De concretarse estos pronósticos, entre 2014 y 2023 el crecimiento promedio de la inversión será casi nulo, con apenas 0,2%. “Antes veíamos caídas de inversión solo en las grandes crisis, como en 1999 y 2009, pero desde 2014 las caídas se han hecho más constantes, por lo que, en promedio, se trata ya de una década perdida en crecimiento de la inversión”, comenta González. MERCADO LABORAL SE AJUSTA La destrucción de empleo es uno de los efectos más lamentables que tendrá la recesión.
Si bien el ministro de Hacienda desestima un impacto mayor, los economistas ven un deterioro gradual, lo que podría llevar la tasa de desempleo desde el actual 8% hasta los dos dígitos, probablemente, en el invierno del 2023. El director del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la UDP, Juan Bravo, explica: “La contracción económica traerá consigo una destrucción de empleo asalariado formal en el sector privado. A su vez, la falta de oportunidades de empleo de ese tipo generará dos importantes efectos en el mercado laboral.
Primero, un alza de la tasa de ocupación informal, pues ante la falta de oportunidades laborales formales algunas personas se trasladarán a la informalidad y, segundo, un alza de la tasa de desempleo, pues en períodos recesivos el alza del empleo informal no logra contener la falta de oportunidades laborales, por lo que será inevitable que el desempleo aumente”. Con estos argumentos, Bravo adelanta que “la tasa de desempleo seguirá escalando hacia un rango entre 9% a 10% a medida que se va profundizando la recesión”. Hace algunas semanas, en un seminario del Foro para el Desarrollo Justo y Sostenible, el expresidente del Banco Central Roberto Zahler ya advirtió que el empleo aún se encuentra por debajo de los niveles prepandemia y que en 2023 la tasa de desocupación podría llegar a 10,5 % en promedio, con una El consenso de los analistas apunta a una caída de la economía en torno a 1,4%, mayor a la observada en las crisis asiática y subprime, pero lejos del desplome de 2020 producto de la pandemia. Advierten que el Gobierno tendrá menos espacio para responder con política fiscal, pese a que las presiones por mayor gasto público ya comienzan a verse. Además, desde abril podrían volver los proyectos de retiros de fondos de las AFP. + caída de 160 mil empleos. “Esto está suponiendo que no hay intervención de políticas públicas, por lo que el mercado laboral se ve muy desafiante”, afirmó Zahler. Los economistas señalan que, en este contexto, eventualmente se requerirá extender medidas de subsidio al empleo, las que, en todo caso, deben ser focalizadas en los segmentos de la población más afectados.
M EL GOBIERNO TIENE MENOS HERRAMIENTAS Un problema adicional es que la política fiscal hoy tiene menos espacio para contrarrestar la caída de la actividad, si esta es más profunda que lo que espera el Gobierno.
A septiembre, el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) tenía US$ 7.177 millones, lo que se compara con los US$ 9.000 millones que se retiraron en la crisis de 2009 y los US$ 6.500 millones que disminuyeron en 2021 para la pandemia, pese a que luego estos se repusieron. Además, la deuda pública se ubica en 38,8 % del PIB, que se compara con el 4,9% del PIB que había antes de la recesión de 2009.
“Las herramientas son pocas y si el Gobierno va a necesitar más endeudamiento del previsto, las condiciones de financiamiento van a ser más costosas a nivel internacional, no solo para Chile, sino que para todos los países”, comentó Patricio Rojas. Asimismo, el proyecto de Ley de Presupuestos 2023 que se está discutiendo en el Congreso contempla un crecimiento del gasto de 4,2% y un déficit fiscal estructural de 2,1% del PIB. Los economistas coinciden en que el Gobierno, y en particular Marcel, enfrentará en 2023 importantes presiones para aumentar más el gasto público y entregar ayudas directas a las personas. Al respecto, Hermann González señala que lo responsable sería que, de producirse medidas de ayuda para mitigar el impacto de la crisis, estas se hagan dentro del marco presupuestario.
En todo caso, plantea que “en los años en que ha habido recesión económica en las últimas décadas, el crecimiento del gasto público ha sido muy superior al 4,2% que está considerándose en la Ley de Presupuestos, por lo que, seguramente, habrá mayor presión por ese lado”. En 2009 el gasto fiscal creció 16,5 % y en 2020 lo hizo en 10,4 %, para luego dispararse a 33,4 % en 2021.
Algo de esta presión ya se ha comenzado a ver en la misma discusión del presupuesto de parte de sectores del PC, que piden más ayudas, o con la reciente solicitud de Apruebo Dignidad para mantener congelada la tarifa del transporte público durante todo 2023, lo que incluso implicó un llamado al orden de parte del Presidente Boric a sus filas desde Tailandia, en el marco de su participación en APEC.
M PRESIÓN POR NUEVOS RETIROS En abril de 2023 también termina el plazo de un año en el que no se pueden presentar proyectos de ley de retiros de fondos previsionales, luego de que en el mismo mes de este año la Cámara de Diputados rechazara la iniciativa de quinto retiro de los parlamentarios y el retiro acotado del Ejecutivo. “El peligro de populismo está latente y es bastante alto. El Gobierno va a enfrentar presiones bastante fuertes por medidas tipo IFE y, por el lado del Congreso, seguramente vana venir proyectos pronostica Ángel Cabrera. Esta nueva presión podría enredar aún más la tramitación de la reforma de pensiones en el Parlamento.
Los economistas señalan que el avance de este tipo de medidas también estará determinado por el nivel de apoyo que tenga el Gobierno y con cuánto capital político cuente para resistirlo o, de lo contrario, podría ceder una vez más con un proyecto acotado. MENOR INFLACIÓN, LA BUENA NOTICIA Lo positivo que los expertos destacan para el próximo año es que la inflación continuará cediendo, aunque esto, en parte, también responda a la propia recesión. “La inflación ya ha comenzado su trayectoria descendente.
Este año cerrará en torno a 12% y para 2023 esperamos que se ubique entre 5% y 5,5%. De darse este escenario, el Banco Central podría comenzar a recortar la tasa de política monetaria (TPM) en la reunión de fines de enero de 2023, para llevarla hasta niveles cercanos al 6% al cierre del próximo año”, proyecta Claudio Soto, del Santander.
Menos optimista es Ángel Cabrera, quien consigna que “la baja de tasas de interés será más bien gradual y debiera partir más bien en el segundo semestre del próximo año”. Según la Encuesta de Expectativas del BC, el consenso apunta a que la inflación llegará a 5,1% a fines de diciembre de 2023 (hoy está en 12,8 %) y que a abril el Banco Central ya habrá iniciado el recorte de tasas para llevarla a 7% a fines del próximo año (desde el actual 11,25 %). RECUPERACIÓN EN FORMA DE “U” O “J INVERTIDA” “La contracción de la actividad debiese durar hasta mediados de 2023. Luego, en la medida en que las condiciones financieras comiencen a relajarse y que el panorama político interno sea más claro, podríamos ver una recuperación paulatina”, dice Claudio Soto.
Patricio Rojas señala que en el segundo semestre del próximo año comenzarían a mejorar las expectativas de consumo e inversión, de la mano de los recortes en las tasas, mientras que, desde el lado fiscal, el Gobierno se verá presionado a tomar medidas para impulsar el crecimiento, lo que podría venir por el lado de inversión pública. Para Cabrera, a diferencia de la crisis del 2009 que tuvo una recuperación tipo “V”, de caída profunda y rápida recuperación, esta vez tendría más forma de “U”, pero alargada en la parte inferior.
“La recuperación va a depender de lo que pase a nivel internacional, donde se espera que comencemos a ver algún inicio de recuperación en el segundo semestre de 2023 y a nivel local va a depender mucho de cómo se resuelvan las reformas y el proceso constituyente, por lo que la incertidumbre podría retardar el inicio de la recuperación”, dice. González advierte que la capacidad de crecimiento de la economía se ha ido reduciendo. Y si hasta hace unos años preocupaba el estancamiento de la productividad, a ese factor se sumó ahora el freno de la inversión en una década.
Por ello cree que la recuperación tendrá forma de una “] invertida”. “Dado que la capacidad de crecimiento se ha venido abajo, creo que la recuperación será gradual y hacia una tasa de crecimiento más baja que el promedio de los últimos años”, explica. El ministro Mario Marcel enfrentará fuertes presiones el próximo año para aumentar el gasto público en medidas de ayuda. También podrían volver los proyectos de retiros de fondos de las AFP, como los propuestos por la diputada Pamela Jiles. A SEPTIEMBRE, el Fondo de Estabilización Económica y Social tenía US$ 7.177 millones.