Licencias: tolerancia cero
Licencias: tolerancia cero Con ocasión de las cifras infor'madas por la Contraloría General de la República respecto de funcionarios públicos que han mal utilizado licencias médicas, el te'ma ha vuelto a estar en el ojo del huracán. Poner números a algo que era sabido, y esa magnitud denúmeros, explicalla indignación que hemos visto. Ahora bien, la primera reacción esbuscar responsabilidades, yahí se encuentran diversas entidades públicas con atribuciones, tanto respecto de los emisores como de 2430342 losusuarios de laslicencias. Debe revisarse cada una de ellas, para determinar si hizo uso de sus facultades. La legislación respectivaexiste y ha sido recientemente perfeccionada, por lo que no hay excusa en falta de ley. Debe revisarse también la proactividad y gestión quese haya tenido, ya que de poco y nada sirven los textos legales si no son llevados a la práctica. La CGR logró determinar y cuantificar la existencia de este fraude conla información existente, prueba fehaciente de que síera factible hacerlo. Loanterior dará lugara lasresponsabilidades administrativas, pero también hay responsabilidades políticas que no se pueden pasar por alto.
El fraude de licencias "médicas trae consigo un tremendo costo público y privado, no sólo por el pago de prestaciones indebidas, sino que también por la falta de servicio que deriva de la falta del trabajador, la sobrecarga laboral para los que deben suplir a los ausentes y los mayores plir a los ausentes y los mayores costos para el sistema, que redundan en alzas de planes y de recursos que podrían haberse empleado en las necesarias y pendientes prestaciones de salud.
Las licencias médicas son un instrumento relevante de laseguridad social, que permite al que sí tiene una patología mantener sus ingresos hasta que logra recuperar la salud, y su mal uso pone en riesgo su funcionamiento. Las reacciones transversales que ha habido pueden constituir tuna oportunidad de enmendar el rumbo en este tema. Pero más allá de cambios legales, regla'mentarios y de gestión que indudablemente deberán hacerse, esto también pasa por un cambio cultural. Si internalizamos el costo social que tiene el mal uso de esta herramienta y bajamos la tolerancia al fraude, lograremos un relevante giro con beneficios parra todos. El uso indebido de la licencia debeacarrear la pérdida del puesto de trabajo en ambos sectores, público y privado. Asimismo, la emisión fraudulenta debe implicar la pérdida permanente de la facultad de emitir, porque el fraudeexigeuna política de tolerancia cero. cero..