Autor: Marcelo Mena Director Centro de Acción Climática PUCV, exministro de Medio Ambiente.
CAMBIO CLIMÁTICO: Hacer más que nunca, es insuficiente
1 Una razón de esta pauta es que se considera que, si se supera ese umbral, es muchos más probable que se llegue a un punto de quiebre irreversible en materia de derretimiento de hielos árticos y antárticos, así como en Groenlandia, junto con la destrucción de arrecifes.
En el caso chileno, el riesgo de que desaparezcan los glaciares andinos es real y su reducción actualmente se relaciona con las amenazas que afronta la zona central en la presente época de sequía. (2») El mundo vive una paradoja con respecto al cambio climático. Hay dos afirmaciones profundas que son verdad. La primera es que hoy se está haciendo más que nunca en beneficio de la acción climática. Es así en Chile, en Estados Unidos, en China y en el lugar que se mire. Las energías renovables siguen creciendo en forma explosiva y la Agencia Internacional de Energía proyecta que el 95% de toda la capacidad de generación eléctrica que se instale al año 2030 será renovable. En los próximos años se verificará una paridad de precio entre un vehículo eléctrico y uno gasolinero, y muchos de los que compraron un auto a combustible fósil esta década, lo hicieron por última vez. El próximo será eléctrico. A nivel de política pública, eso también es verdad. A nivel local, Chile, al promulgar en junio la Ley de Cambio Climático, pasó a ser parte del puñado de países que tienen una meta de carbono neutralidad establecida por ley.
Esto es, que al año 2050, a más tardar, las emisiones y los sumideros de carbono (captura por nuestros bosques) deberán ser cero-net zero, como dicen en inglés—. En la actualidad, más de 139 países han adoptado estos compromisos ante la onu, incluyendo China, India, Estados Unidos. Estos representan el ygo% de las emisiones globales.
En lo financiero, también ocurre lo mismo, ya que los bancos centrales y los reguladores financieros del mundo están alineados con el mismo fin, comprometidos a establecer sus políticas con la consecución de tal objetivo global. La Agencia Internacional de Energía señala que, si se cumplen esos compromisos, La reciente cumbre cop27 alertó con fuerza acerca de los déficits que surgen en el combate global al cambio climático. Chile, pese a la autocomplaciente imagen que a veces predomina entre nosotros, tiene innumerables tareas inconclusas o mal encaminadas. se reducirían los escenarios de calentamiento global extremo.
De esa manera, pasaría el aumento de 4 grados centígrados, que antes del Acuerdo de París se consideraba como un posible escenario extremo, a 1,7 grados de calentamiento por encima de los estándares de la época preindustrial.
A modo de referencia, señalemos que hoy estamos situados en 1,2 grados de calentamiento y que el objetivo es mantener el calentamiento bajo 1,5 grados". ¿ Entre los más avanzados en descarbonización? En el escenario descrito, es verdad que ningún país está haciendo lo suficiente, ni se encuentra cerca de estar haciéndolo. Tenemos que hacer más. Chile figuró recientemente en el tercer lugar de los países más avanzados en políticas climáticas, de acuerdo a Germanwatch. Los exigentes Climate Action Tracker nos puso en la lista corta de las cuatro zonas del mundo que obtienen nota azul en sus políticas climáticas de largo plazo. Junto a Costa Rica, Reino Unido y la Unión Europea, el nuestro es de los pocos países que han tomado en serio la tarea de la descarbonización a largo plazo. Sin embargo, si observamos a nuestras ciudades, debemos asumir que nos falta mucho. Cada invierno debemos lidiar con los efectos de una contaminación que refleja nuestra pobreza energética. Numerosas ciudades del sur son lugares donde sus habitantes respirando aire insalubre más de 60% de los días. En rigor, en el territorio nacional se está muy lejos de cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud en cuanto a la calidad que debe tener el aire que se respira. Únicamente Punta Arenas cumple con las recomendaciones pertinentes.
A nivel país —mencionando lo siguiente a modo de ejemplo—, en referencia a los cien mil subsidios anuales de aislación térmica que se prometieron para enfrentar decididamente el flagelo de la contaminación porleña, la meta está lejos aún.
Y, por otra parte, existen contradicciones, porque este año 2022 se ha subsidiado en más de 1.500 millones de dólares el costo de los combustibles (no olvidar que el reciente paro de camioneros costará 800 millones de dólares más) desatendiendo el antecedente de que el diésel que emplean esos camiones es un elemento cancerígeno, declarado fundadamente como tal hace por lo menos una década. Por otra parte, se decidió parafina a tasas mucho más altas que las otorgadas a los recambios de calefactores por combustibles limpios. Parque eólico de Canela, Región de Coquimbo. sobre diésel e impuestos Sin embargo, la historia completa es más triste aún. El diésel, a pesar de contribuir en más de 90% del material particulado emitido directamente por el transporte, paga únicamente un cuarto del impuesto específico que paga la gasolina. Y los camioneros descuentan el 80% de ese bajo impuesto específico y son los que más contaminan por kilómetro recorrido; eso, por lejos en el ámbito del transporte. Cuando en el 2014 desde el gobierno quisimos introducir un impuesto verde alos vehículos nuevos para abordar en parte estas distorsiones, el lobby de las automotoras hizo mella en el congreso. De esa manera, en la «cocina» de la reforma tributaria quedaron exentos del Impuesto los vehículos comerciales.
El tributo fue bien diseñado y, en consecuencia, los vehículos afectos rebajaron sus emisiones en 50%. El problema es que en un 70% las emisiones quedaron exentas, precisamente porque los vehículos más contaminantes no pagan tal impuesto, como tampoco el impuesto específico. Además, descuentan IVA. De esa manera, si una empresa quiere pasar a electromovilidad se encuentra con que no cuenta con ningún incentivo más que el de la posibilidad de lograr ahorro de combustible. Es decir, paga todos los impuestos, incluyendo el Así las cosas, una futura reforma tributaria no podrá dejar de corregir estos problemas.
Al terminar el año, cuando la realice su nuevo informe sobre los países que más han subsidiado los combustibles fósiles, se encontrarán con la sorpresa de que Chile fue uno de los países que más lo ha hecho este año. Eso, pese a que nuestro país es miembro de Friends of Fossil Fuel Subsidy Reform, desde hace más de cinco años. Mucho se ha hablado de que Chile no prescribe ningún tipo de tecnología y que cree en la neutralidad tecnológica, argumentándose que es importante que el mercado haga su trabajo. Sin embargo, ese planteamiento no permite corregir las distorsiones de mercado que representa contar con tecnologías contaminantes operando en igualdad de condiciones que las tecnologías limpias, socializando, en consecuencia, sin responsabilidad alguna el daño ambiental. Un mundo con más pobreza y hambre La cop27 reflejó tales contradicciones. Los países hablan de «carbono neutralidad». Sin embargo, se ven enfrentados a una crisis energética y económica profunda que les dificulta la tarea. Los más progresistas han visto en la acción climática una oportunidad de lograr independencia energética. Es una posibilidad atractiva, en vista de que hay otras naciones que inevitablemente instrumentalizan la dependencia en el contexto de conflictos bélicos. Y esto tiene efectos también en el precio de los alimentos, los que actualmente se encuentran en un récord histórico. Al final de este año, con la inflación rampante, el mundo será más pobre y tendrá más hambre. Los combustibles fósiles inciden fuertemente en los daños derivados del cambio climático, climáticos, como el alza de precios: la acción climática —hay que subrayarlo— contribuye a la estabilidad económica y social. Energías renovables: 35% La reciente Cco P27, efectuada en Sharm el-Sheij, Egipto, entre el 6 y el 8 de noviembre, fue la primera que coincidió con el actual gobierno de Chile. La ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, llegó a la cita con buena parte de su tarea ya hecha. Ella era conocida por la comunidad internacional por su rol previo en el 1pcc y la presidencia de la cop25. Tras la cop26, realizada en Glasgow en noviembre delaño 2021, se había pedido alos países traer metas más ambiciosas. Chile fue uno de los pocos países que llegó con una meta de mitigación de metano, potente gas de efecto invernadero que ha contribuido a casi la mitad del calentamiento reciente. Es un contaminante que proviene de los sectores más postergados en la tarea de reducción de las emisiones, como son los residuos y la agricultura.
No debemos olvidar que la descarbonización es el camino a un futuro más seguro, más estable y el que genera mayor creación de empleo e inversión. en complemento, Chile trabaja hoy en una ley que evitará que lleguen más residuos orgánicos a los rellenos sanitarios. El Ministerio de Agricultura ha sido un protagonista. El ministro Esteban Valenzuela anunció hace poco que nuestro país albergará la primera reunión de ministros de Agricultura entorno a la meta de carbono neutralidad. Se hará el año 2023. Será una gran oportunidad de exponer avances en el tema, incluyendo el hecho de que ya se implementan medidas de inhibición de metano en la ganadería, incluyendo la producción de carne y lácteos.
Chile se sumó a Beyond Oil and Gas Alliance, con un ministro de Energía, Diego Pardow, comprometido a dejar atrás el gas y el petróleo, teniendo como antecedente un plan para el fin del uso de carbón en Chile. hay, así, dónde respaldarse: las energías renovables del sol y viento terminarán aportando 35% nuestra energía al terminar el año. Además, el sector privado está disponible para invertir 23 mil millones de dólares para acelerar la tarea de descarbonización. Decisiones a adoptar por las próximas décadas En definitiva, se ha hecho mucho más que nunca, pero nos falta muchísimo. Debemos enfrentar un desafío futuro con presiones del presente, dirigidas a subsidiar los combustibles fósiles, gastar nuestros ahorros previsionales o permitir cuotas de pesca por sobre la capacidad de regenerar del mar. Hay episodios en buena medida frecuentes en el populismo y el cortoplacismo que amenazan nuestra mirada de futuro, necesaria para proteger a los que vienen. Momentos donde las decisiones que debemos tomar por las próximas dos décadas son postergadas por urgencias que claman distintas voces, vociferantes por otras causas. Sin embargo, finalmente no debemos olvidar que la descarbonización es el camino a un futuro más seguro, más estable y el que genera mayor creación de empleo e inversión. Ignorar el cambio climático simplemente será resignar más de dos décadas de desarrollo, en vista de los daños materiales que sufriremos. Por otro lado, vivimos hoy en un país polarizado, donde los lugares de encuentro son escasos.
Así, celebremos que en energía y en cambio climático contamos con políticas de Estado que han permitido que las nuevas autoridades pueden avanzar sobre lo logrado por las anteriores, sin que tengamos que pasar años revirtiendo acciones de quienes estaban antes en roles de autoridad, como suele suceder en otros sectores. Si bien, como país, nos falta mucho para lograr lo necesario en estas materias, Chile podría ser considerado un ejemplo a seguir. No hay excusas válidas para postergar tareas necesarias. Es nuestra responsabilidad adopta decisiones para reducir nuestras emisiones y enseñar a nuestros hijos a asumir un camino más responsable en lo ambiental.
En el diálogo intergeneracional podemos enseñarles a reparar, a reutilizar, a ahorrar agua y energía (los cuales son hábitos que están más presentes en las personas sobre 50 años de edad), y también podemos aprender de ellos sobre la crisis climática y sobre cómo nuestros hábitos de alimentación tienen impactos profundos en el clima (el que, por otra parte, es un hábito que está más presente en quienes tienen menos de 30 años). Una tarea para hoy es conversar con nuestras familias, nuestro entorno y nuestros hijos sobre cómo el clima ha cambiado en nuestras vidas, para que no se repitan en otros espacios nuestros mismos errores.