Autor: Nanette Andrade de Briceño
Libro de Abasolo pasará a formar parte del primer Museo del Humor de Chile
El escritor angolino fue invitado a ser parte del acervo fundacional de lo mejor del humor chileno, impulsado por el reconocido comediante Coco Legrand De aguda pluma. Suele decir lo que piensa sin estrujo y, si puede, lo deja por escrito. Es todo un personaje, puede hablar de corrido por horas y no se hace para nada aburrido escucharlo, pues es capaz de hilar una historia tras otra con notable habilidad y realmente le queda bien. Angolino de nacimiento, su boina oscura suele acompañarlo, así como sus entretenidos relatos de toda una vida de andares y amigos de la que guarda infinitos recuerdos.
Así es Jorge Abasolo, desenfadado, amante del buen humor y vaya que sabe escribir al respecto, tanto así que el reconocido Coco Legrand lo ha invitado a formar parte del acervo fundacional del primer Museo del Humor de Chile. Hoy, en exclusiva para Las Noticias de Malleco, nos cuenta este pedacito de su historia. Sabemos que tiene muy buenas noticias, cuéntenos un poco por favor. Coco Legrand comenzó a forjar la idea de hacer un Museo del Humor, porque no hay en Chile uno y en otros países los hay. Iba a ser en Valparaíso, habló con algunos políticos que se ofrecieron para una sede y darle la infraestructura necesaria, pero como buena oferta de los políticos, se perdió en la noche de los tiempos.
Entonces Coco decidió hacer un museo virtual donde hay homenajes a grandes humoristas como Manolo González, Gabriel Araya, está el Bombo Fica, Jorge Romero Firulete; también hay un homenaje a Luis Rojas Miller que fue vecino del Coco Legrand cuando era niño y lo ayudó mucho cuando él manifestaba deseos de hacerse humorista; actuaba con el nombre de Monicaco, — yo lo alcancé a ver, estaba cabrito —, era un caballero del humor, usaba humita, era elegante. Y Monicaco influyó mucho en él. Y curiosamente, el padre de Luis Rojas Miller que se llamó Luis Rojas Gallardo, y que es considerado el primer humorista de Chile. Entonces Coco Legrand decidió rendirles un homenaje alos grandes humoristas, también hay payasos. Y como yo trabajo hace muchos años con él, más de veinte años, me dijo: Jorge yo creo que tú deberías estar ahí y colocar un libro tuyo en el Museo del Humor.
Yo le dije: pero por supuesto Coco, es un honor, cómo me voy a negar a una cosa así, uno queda perpetuado; porque según Coco yo soy el mejor de Chile — y que conste que lo dice él, no voy a andar yo de presumido —, no hay cronistas del humor en Chile; Hernán Millas que me hizo un honor con su amistad, maestro del periodismo y quien ya murió, él hacía humor escrito y muy bueno.
Jaime Celedón también murió; o sea, yo estoy corriendo solo y tal vez por eso es que soy el mejor y a la vez el peor (risas). Claro, debe haber más, en el norte parece que hay gente que escribe humor, y en el sur también, pero no han trascendido mucho.
Yo trascendí un poco porque trabajé en revistas importantes sino también estaría olvidado, no sé. ¿Y qué libro va a colocar ahí? Ahí voy a colocar el diccionario del humor que voy a lanzar muy pronto, al parecer en Laja. Es mi último libro, tiene prólogo de él (Coco Legrand), bueno mis últimos tres libros han tenido prólogo de él. Entonces para mí es un honor estar en este Museo del Humor virtual (que puede verse en / www.museohumor.cl/). No sé dónde va a quedar mi libro, tal vez en un rincón, no sé.
De todas maneras, para mí es un honor estar allí, trabajar con Coco porque para mí es el mejor comediante de habla hispana, porque además es muy profesional. ¿Cuándo se llevará a cabo el lanzamiento oficial del Museo? Esto será el jueves 30 a las 10:30 junto a Coco Legrand, en una ceremonia a la cual estoy invitado, él va a entregar, va a regalar este Museo virtual. ¿Dónde lo van a hacer? En Santiago.
Coco Legran va a regalar este Museo a la Universidad Diego Portales. ¿Por qué a esta Universidad?Porque es la única casa de estudios en Chile que tiene O agregó la asignatura de humor, tiene una Facultad del Humor y en donde yo estoy invitado a hacer clases. ¿Y qué vamos a conseguir en ese diccionario del humor? Se llama el Diccionario de lo Absurdo, porque yo creo que la vida tiene muchos absurdos. Yo lo que hice allí fue escribir cómo me planteo yo la vida, la sociedad, en un mundo en el cual encuentro muchos absurdos. Ahora, esto no quiere decir que no por ello no tenga encanto, no tenga magia también.
Por ejemplo, si todos nos pudiéramos suicidar por 15 días, por dos meses, por tres meses, y luego volver a la tierra, seríamos todos suicidas, porque quién no se ha levantado un día pensando: ¡ quiero mandar todo esto a la mierda!, pero uno se suicida para siempre, ese es el problema, si pudiera hacerse por 15 días, yo me pondría en la lista, ja, ja, ja. El humor es una cosa que me sale natural, pero hay que trabajarlo. ¿No es improvisar como muchos creen? No, no, no. Aquí hay un trabajo de laboratorio muy grande. Esto no es como el tipo que se compra un piano y dice: soy pianista, esto no es así.
Entonces yo decidí apasionarme mucho, porque como me decía Coco: uno tiene que dedicarse a algo que no se le haga cuesta arriba y a mí no se me hace cuesta arriba esto, lo que no significa que no tengo que trabajarlo mucho. ¿Cómo fue que decidió hacerse escritor? No pues, es que en Chile no existe el título de periodista, tú eres Licenciado en Ciencias de la Comunicación, entonces, por ejemplo, yo tengo compañeros que fueron llegando lejos comentando cine, nos forjamos solos, no hay universidades ni institutos para ser graciosos o comediantes... ¿ Se tiene o no se tiene? Claro, yo empecé en los diarios, en el Liceo, a hacer bromas en los diarios murales, gustaba, y después hice un diario y nunca me pillaron; después se supo y hasta el día de hoy se acuerdan los profesores, se llamaba El Chichoquero. Ahí me di cuenta de que había una gracia, pero había que trabajarla.
Luego viene el retorno la democracia y reaparece una revista que se llamaba Topaze que fue una revista satírica humorista muy famosa en Chile, iba como suplemento del diario La Tercera; entonces se necesitaban postulantes para que hicieran humor político. Postulamos casi 500 y llegaban 2 y yo llegué.
Entonces ahí como que me sale patente de profesional, eso era para todo Chile, me obligaba a estar muy al día en política. ¿Esa fue su graduación? Claro, fue como sacar patente, ahí me tocó ir al Congreso y fue donde me di cuenta que no todos los políticos son honorables y que los egos en política son muy fuertes. Ahí fue donde le encontré razón a un alemán que se llamaba Otto von Bismarck que decía que era mejor no saber cómo se hacían las salchichas y las leyes porque ahí está todo entrecruzao.
Y fue así como me dediqué al humor político y al humor en general mantengo una columna en el diario Las Noticias de Malleco y en La Prensa Austral de Punta Arenas que cumplió 26 años, todos los lunes sale; partí siendo el columnista más joven, pero ya no lo soy.