Autor: ARIEL DIÉGUEZ
Director de liceo revela el novedoso sistema que frenó la violencia escolar
Fernando Carvajal, del Insuco de Coquimbo, dice que niños llegaron "muy ansiosos” Alumnos desarrollan las actividades artísticas o deportivas que quieran, si cumplen con una condición: diez días sin ninguna pelea en el establecimiento. El festival “Yo Soy Insuco” es una de las actividades que han organizado los alumnos. Los colegios: peleas en la calle, peleas dentro del establecimiento.
Los niños llegaron muy ansiosos y discutían por cualquier cosa”, cuenta el director del Instituto Superior de Comercio (Insuco) de Coquimbo, Fernando Carvajal. "Durante el período que estuvieron en pandemia, se agredían seguramente a través de las redes sociales y, cuando volvieron, empezaron a cobrar lo que había quedado pendiente, esos ataques virtuales, los problemas que tuvieron antes de la pandemia”, explica.
Entonces el establecimiento comenzó a aplicar el proyecto socioemocional que recomendó el C C E mpezamos como todos ministerio de Educación y que consiste básicamente en incluir dentro de la jornada escolar completa algunas actividades para liberar esa ansiedad acumulada. Sin embargo, los incidentes no terminaron.
Uno ocurrió durante una dinámica deportiva. "Estaban todos los niños en el sector de la cancha y resulta que uno pasa a llevar con los pies a otro, no sé si intencionalmente, y se produce una pelea. La inspectoría general termina la actividad y todos los niños tuvieron que volver a las aulas”, explica. El director convocó a una reunión entre el Centro General de Estudiantes y los profesores coordinadores del proyecto de contención emocional, para que juntos acordaran una estrategia.
“La propuesta fue que cada diez días no debía haber ninguna pelea, para continuar las actividades deportivas y artísticas, la celebración del aniversario, el Día del Estudiante, todo lo que ellos propusieran en el marco de este plan socioemocional”, cuenta. Si cumplen diez días sin incidentes, las actividades continúan y luego empiezan a correr otros diez días, para tener otra actividad. La idea resultó. Cuando una discusión entre dos o más alumnos se empezaba a salir de control, los demás la paraban para no perder esos momentos de esparcimiento. Desde el 21 de abril no se han presentado nuevas agresiones físicas, ni dentro ni fuera del establecimiento.
Este martes, por ejemplo, en el salón de actos, los primeros medios participaron en el festival de la canción "Yo Soy Insuco”. Patricia Guerrero, sicóloga y profesora de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, explica que este método demuestra que a los a los niños hay que permitirles otras formas de relacionarse. "¿ Por qué funciona? Porque los chiquillos se están apropiando de su espacio. En el fondo lo que están haciendo es tomarse la escuela, para estar juntos de otra manera”, explica. Cuenta que un acierto del director del Insuco fue ponerse de acuerdo con los alumnos, para sa" ber qué quieren hacer. “No hay que decirles a los estudiantes que están atrasados. Todo el rato les estamos diciendo que están atrasados, que no aprenden, que no aprendieron nada cuando estuvieron encerrados. Uno no sabe qué pasó en la vida de estos chiquillos. Muchos tuvieron que trabajar para mantener sus casas. Imagina el manejo que tiene de muchas cosas ese niño que trabajó: por ejemplo, sabe trabajar con adultos. Otros cuidaron a sus hermanos chicos. Esas son habilidades que tienen que ser rescatadas. Hay que darles espacio para que puedan mostrar o que aprendieron”, asegura.