Autor: MAUREEN LENNON ZANINOVIC
Revelan diseño ganador del Museo de Mario Irarrázabal
Proyecto ganador. Arriba se aprecia una elevación del pabellón de esculturas. Abajo recrea una perspectiva desde el pabellón hacia Santiago y el jardín de esculturas al medio.
Fines de agosto, Ignacio Sánchez, rector de la Universidad Católica, confirmó a “El Mercurio” que le propusieron al artista Mario Irarrázabal (1940) llevar su elogiada obra a los terrenos que este establecimiento de educación superior tiene en San Carlos de Apoquindo. Son varias hectáreas cercanas a la cordillera de los Andes, donde cobrará vida este llamado Espacio Humano. La autoridad reveló que —a través de un comodato— el escultor y su Fundación Piedra Viva le entregarán sus valiosas esculturas para dar forma a este futuro museo al aire libre.
En la coordinación del proyecto está Emilio Dela Cerda, profesor de la Escuela de Arquitectura UC y quien ha estado trabajando muy de la mano con este creador, célebre por sus imponentes manos emplazadas en distintos escenarios, como Punta del Este (Uruguay). “Son 300 obras, en su mayoría de bronce, también algunas pocas piezas de madera y de otros metales; y esas son las que se van a disponer según su tamaño, naturaleza y asociatividad en este parque abierto o dentro de un pabellón, sobre todo pensando en las obras más pequeñas que no pueden estar a la intemperie”, señala a “El Mercurio” el arquitecto Emilio De la Cerda. Agrega que se llamó a concurso abierto dirigido a académicos de Arquitectura UC.
“Ellos podían postular como jefes de proyecto y, como asociados, podían integrarse otros profesionales no necesariamente de la Católica y en esta última categoría participaron tremendos nombres, como Teodoro Fernández y Cristián Undurraga”, advierte el exsubsecretario del Patrimonio Cultural.
Explica que se recibieron 24 propuestas y que en la elección, realizada hace dos semanas, sesionó un jurado conformado, además del rector de la UC, por el decano de Arquitectura de este plantel, Mario Ubilla, el premio nacional de Arquitectura y representante de la Fundación Piedra Viva Enrique Browne, el director del Museo Nacional de Bellas Artes y también premio nacional de Arquitectura Fernando Pérez Oyarzún, la arquitecta y experta en paisaje Romy Hecht, Tomás Dalla Porta, director de infraestructura UC, el arquitecto represenLa oficina de Eloy Bahamondes, arquitecto y docente de la Universidad Católica, se impuso en este concurso del Espacio Humano, que estará emplazado en San Carlos de Apoquindo. tante de la Municipalidad de Las Condes Gonzalo Hevia, Magdalena Krebs, exdirectora de la Dibam y el arquitecto Sebastián Hernández.
“Fue un jurado muy robusto y todos coincidieron en que el proyecto ganador debía tener la capacidad de mediar entre la obra de Irarrázabal y el paisaje de San Carlos de Apoquindo, en la precordillera”, dice. Emilio De la Cerda añade que el otro criterio que se planteó es que pudiera funcionar tanto con el pabellón de esculturas abierto como cerrado.
“Osea que cuando, por razones de feriado, el pabellón de las culturas estuviera cerrado, el proyecto completo no quede inhabilitado, es decir, las zonas de cafetería, auditorio, pérgola y el parque mismo se pueden visitar”, aclara.
De esta manera se dio como ganador al proyecto de B+V arquitectos, liderado por Eloy Bahamondes y Lucas Vásquez, asociados con Marcelo Cox Cruzat, Francois Jullien y Sebastián Zarhi, además de un equipo de paisajismo conformado por Camila Romero y Francisca Salas, y Elena González García del Bello a cargo de la museografía. “Ellos propusieron construir dos pabellones.
Uno de ellos, el más grande, estará envuelto con una galería pública abierta al aire libre y, al otro lado, se ubicará el pabellón norte que tiene una pérgola central que mira sobre la quebrada y que, además, contiene una cafetería pública y un auditorio”, explica De la Cerda. Comenta que entreambos se configurará un parque de esculturas con un sistema de rampas de acceso y con paseos que están articulados con sistemas de filtración de agua.
“Además, a nivel de corte, se adaptaa la topografía del sitio, lo cual permite tener algunas zonas un poco más bajas, lo que facilita que los niños, algo que a Mario le importa mucho, puedan apreciar las obras”, concluye. UN PUNTO BISAGRA Eloy Bahamondes complementa que su proyecto se inserta en “un punto bisagra entre la ciudad y la precordillera.
Este museo va a ser una puerta de acceso a la precordillera y en ese sentido lo planteamos como un espacio que si bien tiene lugares cerrados, será bien abierto”. Añade que Espacio Humano contempla “hormigón y madera. Esta última nos permite recibir luz natural y el hormigón, en tanto, propicia que el edificio se integre bien con el cerro. Aún no podemos creer que nos ganamos este concurso y, sobre todo, con un tremendo aporte para Santiago”, cierra Bahamondes. A su vez, Ignacio Sánchez, rector de la UC, señala que el diseño ganador incluye a “arquitectos jóvenes y concitó el apoyo mayoritario del jurado. En todas las deliberaciones, aunque no formó parte del jurado mismo, estuvo presente Mario Trarrázabal, porque queríamos tener muy presente su sentir, su voluntad y propuestas. Ahora viene todo un calendario de actividades para los próximos dos años y así poder tener este Espacio Humano abierto a la comunidad”, concluye Ignacio Sánchez.