Autor: POR Sergio Paz, DESDE LA REGIÓN DEL MAULE.
POTRERO NORTE, DONDE RUGE EL MAULE
Anejo desde Nevados de Chillán a mi casa cuando llega un mensaje, Felipe “Chepo” Pizarro dice: “¿ Quieres ir a la inauguración del base Merasco la cabeza. Me sobo las piernas. Como regularmente preparo la edición anual de Guía Ski Chile, acabo de pasar días en Onai, el hostal de Chopo Díaz en Las Trancas. Y, la verdad, estoy exhaus to. Cansado. Sucio. Reventado. Pero, dia blos: el Maule es el Maule. Me detengo junto a la carretera y reviso Snow Forecast. En todo Chile no hay alerta de nieve, salvo para los Andes maulinos la referencia es Alto del Padre), zona para la que se anuncia una respetable nevazón de al menos 15 centímetros. “Voy. No voy. Voy”, escri Unas horas después estoy en casa.
Y mientras intento explicar a mi señora que volveré a la cordillera, en la bodega manoteo algunas de las cosas que necesito y ha ce tiempo no uso: pieles, carpa, saco de plumas, No encuentro ni el anafre ni la colchoneta. —Amor, ¿te molesta sí llevo ese colchón que compraste en el Llame Ya? —pregunto. —Es grande. Tiene hasta respaldo. ¿Cómollo vas a inflar? ¿ Dónde vas ahora? ¿ De nuevo a la nieve? ¿ Cuándo estarás en casa? —dice ella. “¿ Hay electricidad en el base camp?”, pregunto ami amigo Chepo. “Hay wifi, baños, electricidad. Todo”, dice él. —Amor, voy y vuelvo —le digo a ella Noche. Linda noche. Al día siguiente regreso a la carretera.
En Talca se sube al auto mi amigo Alberto Stern, sociólogo y esquiador, En 2019, cuandose desataba el covid, Alberto me había invitado a conocer los proyectos más emblemáticos en el Maule, un destino que, tras eventos de antología (como el encuentro Pieles, de mujeres randoeras), parecía estar a punto de despegar, todo lo cual quedó consignado en una crónica publicada en esta misma revista. El punto es que explotó la pandemia. Se il taló la sequía. Las autoridades cambiaron de traje. Y los emprendedores quedaron ahí atrapados entre las ganas yla ventisca.
SKISTOOK Finalmente, alas 3... 4 dela tardo, llegaamos al sector La Mina, desde donde solo faltan unos 40 kilómetros para llegar a la aduana, el lugar donde debes registrar tu arribo, algo que debe estar informado al menos cuatro días antes.
Luego, solo resta seguir por el culebrero camino que repta hacia el Paso Pehuenche, Vale la advertencia: en invierno, el camino (de 22 kilómetros hasta la frontera) permanece cerrado, y quienes van a andar ala zona solo pueden hacerlo en el sector Lo Aguirre, o bien en los cerros que están sobre la misma aduana.
Una de las gracias de Potrero Norte es que, si te alojas o has contratado alguna actividad en el lugar, puedes pasar, Enel momento en que el trámite queda listo, gruesos nubarrones anuncian que es cosa de minutos para que empiece a nevar.
Lo bueno es que desde la aduana al base camp de Potrero Norte son poco más de 3 kilómetros, Y, al legar; lo primero que sorprende es una larga fila de autos estacioados junto al camino, 100... 200 metros en dirección ala laguenel Whatna, destaca lo que hemos venido a ver: un sólido base camp compuesto por dos grandes domos, bien plantados —sobre un deck de fierro y gruesos tablones de madera— frente a la laguna y a una soberbia postal del macizo que corona el petrel, donde la laguna desagua en el río.
Comienzan a caer los primeros copos y, desde la orilla del camino, se observa que decenas de personas —que han llegado al evento— mueven desde sus vehículos cajas con comida, mochilas y todo lo necesario para pasar una o dos noches, —Buena, Sergio.
Llegaste —dice, en cuanto me ve, Kike Peña, uno de los dos emprendedores que pusieron en marcha Potrero Norte, el primer base camp de montaña permanente en Chile, Ya parados en la terraza del domo central ves que gente prepara brasas para un asado. Y no cualquiera, sino una parrillada con vista descomunal.
La verdad, todo en Potrero es brutamente gigante, partiendo por las motos de nieve que, tal como las carpas, se aglutinan junto a los domos como si se tratara de un bar en Alaska. —¿ Hasta dónde llega la propiedad? —pregunto, irónicamente, sin quitar los ojos de una montaña que, decer, parece incendiarse. —Hasta Argentina —dice Kike, y sonríe, mientras hace un guiño con una cerveza en su mano. Hay motivos para festejar. Potrero Norte es un fundo gigantesco —10/12 mil hectáreas— que se extiendo, básicamente, de este a oeste, entre la frontera con Argentina y la aduana chilena. Mientras que de sur a norte se emplaza entre la laguna del Maule y el cajón chico de Bobadilla, Este último, uno de los lugares más impresionantes para acceder a la base del volcán Campanario. Lugar privilegiado, tanto por su ubicación como por su belleza escénica, destaca por:su fácil acceso gracias al camino internacional, uno de los mejores de Chile, aunque últimamente ha comenzado a llenarse de hoyos. Además, en el mundo del rando y de las motos, se sabe que esteesun lugar que acumula muchísima nieve, incluso en años normales. O secos. Esta temporada, de hecho, cayeron más de cinco metros, que se conservan muy bien. Eso porque en buena medida el terreno corresponde a laderas sur. O sea, a laderas de baja exposición solar. Lo otro es que, en auto, rápidamente llegas a la base de cerros de poco más de dos mil metros de altura, en los que es (y razonablemente seguro) caminar con raquetas o randonear. En Chile, algo bastante excepcional ya que, en general, las rutas de rando exigen largas jornadas de aproximación. En Potrero Norte, en cambio, no se camina más de dos o tres horas. Incluso si bajas desde el camino hacia la laguna, no tienes que “patear” nada, salvo para regresar. Sea como sea, tres son ahí los lugares icónicos para andar, Los sector que está sobre los galpones de Vialidad. El Murallón del Arriero, en el límite sur. La Gozadera. 3 años más, la superficie debiera ampliarse pues los desarrolladores pla nean sumar dos campamentos base más.
Esocon la idea de que puedan ser conectados en rando o motos de nieve, consol dando así el que sería el primer “Rut to hut” del país Amén del campamento junto a la laguna, habría otro en Arenas Blancas, desde donde se tiene fácil acceso al cerro Colorado (y además a los murallones de Vial dad). Finalmente, el tercer campamento estará en el sector de Carilauna, laguna que quienes la conocen aseguran que es una de las más bellas de la zona central. —En el largo plazo —remata Kike Peña— la idea es que Potrero Norte se convierta en un parque recreativo de invierno y verano, con circuitos asociados a los campamentos.
Así, en verano se sumará la posibilidad de pescar truchas o fotografiar flamencos, ver en los bofedales matuastos 0 los cada vez más difíciles de encontrar sapitos de pecho espinoso (Alsodes pehuenche), hoy en peligro de extinción. MASTER PLAN En Potrero Norte comienza piosamente. Con Alberto nos apuramos y armamos el campamento.
Somos los primeros enel “barrio”, contiguo al domo, en el que, pese ala hora, a cada rato se instalan más carpas, Hay incluso un campade Patrullas de Ski, Más de diez vohan decidido apoyar el evento, Finalmente, serán más de 100 parti pantes, Al menos la mitad, mujeres, Muchas de ellas listas para pasar su primera noche en carpa sobre la nieve, En mi caso, soy consciente de que para estar bien la clave es estar lo más aislado posible. Por eso en el domo inflo el colchón que me prestó mi señora.
Y me hace feliz saber que, dentro de la carpa, cabe sin a nevar coSe estima que hasta fines de noviembre habrá suficiente nieve para disfrutar el base camp que se acaba de inaugurar en Potrero Norte, laguna del Maule, lugar que ya tiene cómodos domos, wifi y todo para disfrutar esta salvaje cordillera: amplios bowls y verticales chuts, más un prendido y amigable ambiente que rememora la fraternidad que existía en los refugios de nieve varias décadas atrás. 15.000 pesos por persona si vas en carpa. 25.000 pesos por persona si te quedas a dormir en el domo, Acceso motos de nieve: 30.000 pesos por día, con derecho a uso de baños, domo y señal wifi Arriendo moto con conductor: 350.000 pesos por día, una persona; 600.000 por día si usan cuatro personas la misma moto. Más información, e-mail: potrerocel. +569 5617 7845; Potrero Norte. Cl problem: —Quedaste en el segundo piso —bro"mea Stern. —El próximo año traeré veladores —bromeo yo. Nos relajamos.
Felipe “Chepo” Pizarro, deportista avezado —y hoy, acargo de los asuntos comerciales del proyecto—, ha sido un productor de primera y al lugar ha llevado de todo: cajas de pizzas (y horno para pizzas), gruesos cortes de huachalomo, vino, cervezas, música. —Estamos contentos —dice el maestro parrillero, tío de Kike, Luego comenta que, con la inauguración de Potrero Nor! iniciaun nuevo ciclo en una historia que es larga.
Tras la guerra, el español Abelino Peña Camino llegó a Chile y en el sector del Colorado (donde está la última bencinera, antes de acceder a la laguna) compró un fundo de 5 mil hectáreas, lo que le permitió dedicarse a lo que conocía bien: la curtiembre de cuero: Peña Camino hizo fortuna y prueba de aquello es la gran casona que dejó y que décadas después compró la Universidad de Talca.
La cosa es que, conocido como un hombre próspero, a poco andar un grupo de españoles que tenía tierras en la zona decidió “heredarle” el potrero del sector norte de la laguna, un peladero gigante, aunque improductivo. Pasó el tiempo.
Llegó la reforma agraria y alos descendientes de Peña Camino se les expropió el fundo El Colorado y solo se salvó el predio cordillerano. —Afortunadamente —explica el tío parrillero—, existía una norma que impedía que se expropiaran campos que estuvieran en la frontera, Para entonces, Potrero Norte era un gidescampado de tan difícil acceso que se necesitaban al menos dos días de viaje, por una polvorienta huella de tierra, solo para llegar a la entrada. Así las cosas, el dichoso campo poco y nada importaba en la familia. Los límites dela sucesión eran difusos y, en lo concreto, para pagar diferentes trámites y contribuciones, hasta hoy se ha arrendado a un ganadero que lleva sus animales para la veranada.
Con el tiempo, en todo caso, los Peña se han dado cuenta de que no solo se trata de un territorio de importancia estratégica, epicentro —por ejemplo— de la produc ción de energía que logran ahí empresas como Enel.
En un mundo en crisis, donde el agua y todos sus ambientes son de vital importancia, Potrero Norte tiene todo lo necesario para convertirse en un parque privado de alto valor, clave en la región (y en el país) para la preservación, el turismo sustentable yla educación deportiva y medioambiental. Ya, hace frío y me cansé, Me voy. Hoy dormiré en un hostal que hay en La Mina —dice el tío parrillero, cuando ya deben ser cerca de las 11 de la noche. La música sigue, pero a medianoche el campamento queda en silencio. Sigue nevando en el Maule. Al día siguiente, las nubes están tan bajas que la visibilidad no es mala. Es pésima. El sábado será of Y todas las fichas han quedado puestas para el domingo. Afortunadamente, el último día amanece despejado y, muy temprano, explota el run ran de las motos, Se siente el olor a bencina.
Tras el desayuno, los invitados nos trasladamos al sector de Los Murallones, a unos 3 a del campamento base, y ahí te das cuenta de que no son tres o cuatro las motos, sino decenas, El Maule, sin duda, es el epicentro de una fiebre que, en los últimos años, ha consolidado un especial grupo de motoqueros de nieve que, según estimaciones de José Alfonso Molina, de Motor Doo, ha ido creciendo lenta pero sostenidamente. Y en los próximos cincos años se espera ue la tribu se duplique. En los Murallones, tierra de motos y de randoneros, hay dos reglas, "Todos los que ingresen a la montaña deben llevar pala, arva y sonda. Las motos se moverán por la misma línea, cosa que la gente que se anime a randoncar tenga el camino siempre despejado.
El primero en empezar a llevar a es'quiadores y snowboardistas a las cornisas que coronan los cerros es Mario Peña, primo de Kike, En Potrero Norte, Mario es el hombre en terreno, el hombre de acción. También el de la primera visión. Deportista desde niño (alos 5 se inició en el mountainbiko), fue seleccionado nacional de triatlón y se convirtió en instructor de esquí en Fare Mones. De tanto en tanto, Mario se las arreglaba para venir al Maule. —Desde chico —dice, sín soltar el manubrio de su moto— soñaba con transformar este lugar en un gran spot para deportes outdoor.
Fue por eso que, casi dos décadas atrás, consiguió equipos, los puso en un jeep y, atiborrado de esquís y trineos, partió a enseñar a los niños de escasos recursos que, cada invierno, llegaban ala laguna para conocer la nieve. fue aún más lejos cuando citó asus primosenun departamento en Santiago y ahí les resumió las bondades del terreno que la familia tenía botado junto a la laguna, Entonces les explicó que podían hacer un parque de nieve y, adem: cuela de montaña gratuita para niños de la zona. —Siempre —dice Mario— mi sueño ha sido contribuir a democratizar los deportes de montaña. Y, además, crear un lugar. Donde la gente que le gustan estos deportes se pueda encontrar y compartir, tal coxmo cuando empezaron en Chile los deportes de nieve. Hoy, por el contrario, todo es distinto. Cada uno va y se las arregla como.
Puede, Concluida la reunión familiar, el que realmente enganchó fue su primo de La ¡ Serena Kike Peña, un fanático del surf; que hoy comparte su tiempo entre las operaciones del base camp y su trabajo como vendedor de instrumentos médicos. Ambos están convencidos de que el plan se concretará.
De partida, porque en la numerosa familia cada vez hay más certeza de que pueden convertir el lugar en un parque privado de relevancia mundial. ¿Por qué no? “¿ Por qué no?” eso que pienso en cuanto dejo de caminar y me preparo a tomar mi primera línea. “¿Por qué no?”, digo cuando miro todo lo que hay ahí enfrente y, lejos de ser un lugar aislado, silencioso, atemorizante, te das cuenta de que es divertido, lindo, transparente, sano, puro. Y no solo puedes estar. Puedes volver. El crear una es-