¿Dónde jugarán los niños?
¿ Dónde jugarán los niños? 1 Opinión Liliana Cortes ¿ Dónde jugarán los niños? 1 as imágenes que hemos visto luego de ncendios en la región de Valparaíso son esoladoras. Cientos de familias perdieron a iares y amigos en una noche terrorífica, entras que otras miles vieron como el erzo de años de trabajo se convertía en cenizas. Pero detrás de la catástrofe se esconde otra tragedia, una permanente y silenciosa.
Porque la vida en un campamento no se encuentra amenazada únicamente por incendios o desastres naturales, sino que se enfrenta a otras amenazas “naturales” que parecen volverse abituales en nuestro país: asaltos, funerales narcos, secuestros, balaceras. 1 Esto es especialmente grave cuando rvarnos la realizad de la infancia que vive tos contextos.
Sesenta mil niños, niñas y :zs viven en campamentos en Chile, /o de ellos dice sentirse inseguro. rmantemente, casi la mitad ha enciado el abuso de alcohol y drogas, y 2Y0 ha estado expuesto al narcotráfico. de los niños en campamentos debe -tarse cada día a plagas de ratones, carachas, chinches, piojos y perros vagos; entras que el 80% ni siquiera dispone de ) para jugar porque no existen plazas o s recreativas. sto, el narco lo sabe, e instalado entre los riás vulnerables, los tienta, secuestra y priva de la tranquilidad y también de la dignidad, uando logra seducirlos, especialmente a las niñas, niños y jóvenes de nuestro país. Como Hogar de Cristo, hemos tenido que adaptarnos. Nuestros programas sociales, ubicados en los sectores más excluidos del país, han adoptado un protocolo de emergencia para sus trabajadores, el que resulta sorprendente. Redactado por alumnos de Trabajo Social en la Región de Valparaíso Interior, específicamente en San Felipe, tiene como objetivo orientar y ofrecer consejos de seguridad a los profesionales de nuestra organización.
Un ejemplo el caso de balaceras: “Todos deberán estirarse en el suelo cubriendo su cabeza y tratando de mantener la calma; no miren ni se asomen por las ventanas; distraigan a las personas que atendemos, a fin de no generar mayor pánico”. No podemos considerar normales estos protocolos. Debemos ofrecer hogares y tornos dignos y amables, que sean el primer principal refugio de los niños y niñas del s. La reconstrucción de las zonas afectadas los incendios de febrero debe considerar ste desafío, transformando la tragedia en una portunidad de esperanza. Directora social del Hogar de Cristo 1.