Autor: ARIEL DIÉGUEZ
Consejo de Monumentos reparará vestigios de la California del cobre
Chimeneas de una fundición construida en 1846 podrían derrumbarse 18 metros de alto tienen las chimeneas de la fundición del pueblo de Labrar. Alrededor de la Fundición de Labrar, 35 kilómetros al suroeste de lo que hoy es Freirina, en la Región de Atacama, había un pueblo que prosperó con la fiebre del cobre. “Tenía correo, recova, que eran los supermercados, plaza pública, policía, Registro Civil. Tenía su propio cementerio, capilla y dos o tres escuelas”, cuenta Oriel Alvarez, encargado de la Biblioteca Pública Municipal Homero Callejas Zamora, de Freirina. La fundición, construida en 1846, utilizaba la técnica del reverbero, que consistía en calentar el material extraído por los mineros, con carbón o con leña, derretir el mineral y transformarlo en lingotes que se exportaban. “Eran embarcados en el puerto de Peñablanca, habilitado especialmente, y en el puerto de Huasco”, explica. De esa pequeña California hoy sólo hay ruinas. Sobreviven tres chimeneas de la fundición, cada una de 18 metros de alto, declaradas monumentos históricos junto con las ruinas del pueblo. Dos de ellas están relativamente juntas. La tercera está más retirada. "Las Chimeneas de Labrar fueron introducidas y construidas por Charles o Carlos Lambert. Los empresarios, que eran casi todos ingleses, lo trajeron al sector de Freirina y ahí construyó él varias chimeneas para derretir cobre”, recuerda. Las chimeneas y los restos del pueblo son parte de un circuito turístico. “La gente, por iniciativa propia, llega hasta el lugar. Los caminos están buenos. Una vez, como el 2000,2002, sacaron los ladrillos de las bases, hicieron unos corazones y pintaron. Yo hice la denuncia y al responsable le pasaron una multa de 80 lucas”, recuerda.
La descripción de las chimeneas en el sitio en Internet del Consejo de Monumentos permite hacerse una idea de su importancia: “Son los únicos testimonios que quedan en pie de la tecnología que permitió a Chile Un pueblo con escuelas, policía, Registro Civil y hasta cementerio prosperó alrededor de este complejo industrial en lo que hoy es la Región de Atacama. convertirse en el primer país productor de cobre, entre 1851 y 1880, y desplazar de ese sitial a Inglaterra”. Este organismo abrió una licitación para realizar un diagnóstico del estado de estas chimeneas, el primer paso para repararlas.
“Si bien las estructuras han demostrado una buena respuesta dúctil (capacidad de deformarse sin romperse), se puede presumir que está próximo el estado límite, condición aún más vulnerable por la pérdida de los tensores metálicos”, dice un documento del Servicio Nacional del Patrimonio, anexo a las bases de licitación. Cada una de las chimeneas tiene una base cuadrada de dos metros por lado. Los ladrillos son refractarios, fueron traídos de Inglaterra y pegados con mortero de cal. Armazones metálicos les dan firmeza a las estructuras.
La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, cuenta que el diagnóstico y la posterior reparación surgen de una petición de la Municipalidad de Freirina. "Se realizaron visitas técnicas y, con la información recabada, se levantaron las bases para licitación, cuyos resultados permitirán implementar obras de emergencia, que se ejecutarán este año, por parte del Consejo de Monumentos Nacionales, con el propósito de detener el proceso de deterioro. Nuestro objetivo es contribuir al resguardo de este patrimonio y valoramos el compromiso de la municipalidad y de la comunidad de Freirina para el resguardo de su herencia cultural”, explica.
En una de las visitas técnicas, en abril pasado, funcionarios del Consejo de Monumentos hicieron levantamientos del terreno gracias a un escáner láser y captaron con un dron los daños de las chimeneas. "Permiten hoy en día reconstruir la historia tecnológica de la época, la vida de quienes trabajaron en estas faenas mineras y la importancia que la minería del cobre tuvo y tiene para el desarrollo de nuestro país”, explica la ministra.